Según un reciente informe, publicado por U.G.T. bajo el título de "Análisis de las horas de trabajo y la jornada laboral en el periodo 2008 - 2014", el porcentaje de horas extraordinarias no pagadas por los capitalistas ha pasado del 35% en 2008 al 56% en el año 2014.

 

Un poco de economía política...

Para entender por qué se produce este fenómeno conviene recordar que el trabajo que el obrero y la obrera invierte en la empresa se divide en dos partes. Durante una parte de la jornada, produce un valor equivalente al de su fuerza de trabajo. Es el trabajo necesario. Durante la otra parte de la jornada, el obrero y la obrera produce un valor del que los capitalistas se apropian gratuitamente. Es el plustrabajo o tiempo de trabajo adicional.

El plustrabajo obrero es la fuente de todos los ingresos que obtienen los empresarios. El valor creado por ese plustrabajo es la plusvalía, esto es, el resultado del trabajo no retribuido a la clase obrera.

Tras el estallido de la crisis capitalista, la patronal, favorecida por las medidas aprobadas por el gobierno de turno (reformas laborales del PSOE primero y del PP después, ha intensificado brutalmente la explotación del trabajo por el capital. Una de las formas tradicionales de incrementar la explotación capitalista es, precisamente, el aumento de la jornada laboral, con la consiguiente disminución del precio de la fuerza de trabajo. Como resultado, según los datos publicados por el Observatorio de Seguimiento de la Reforma Laboral -de la última-, en tan sólo dos años los salarios se habían reducido en un 10% (datos de febrero de 2014).

Consecuencias para la clase obrera...

En términos económicos, se incrementa la pobreza de la clase obrera. En nuestros barrios crece por todas partes la miseria. Al mismo tiempo, crece también la brecha entre las rentas del trabajo y las rentas del capital, la sociedad se divide cada vez más en dos polos opuestos: quienes nada tienen y quienes lo tienen todo. Crece también la pobreza relativa de la clase obrera, en comparación con la riqueza de los capitalistas, incrementándose el proceso de transferencia de rentas del trabajo al capital.

Pero no sólo han consecuencias económicas. El incremento de la jornada laboral expresada en horas extraordinarias, pagadas o no, afecta directamente a la seguridad laboral. Tal y como reconocen los propios capitalistas, a mayor jornada mayores riesgos de sufrir un accidente y además mayores posibilidades de que ese accidente sea grave. Lo anterior se complementa con la aparición de mayores dificultades para conciliar la vida laboral con cualquier otra faceta vital, limitándose el descanso, la posibilidad de acceso a la cultura o las posibilidades de atender debidamente el cuidado y educación de hijos e hijas. Por tanto, no sólo empeoran las condiciones laborales del obrero y la obrera, sino que empeoran sus propias condiciones generales de vida.

La lucha sindical y política, una lucha imprescindible...

El robo masivo de horas extraordinarias se ha visto favorecido por todas las reformas laborales habidas en España desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores. Asuntos como la generalización del cómputo anual de la jornada, que impide en la práctica su control real, o la exigencia por parte de juzgados y tribunales de que las horas extraordinarias sean probadas una a una, haciendo sumamente difícil que sean reclamadas. Pero, más en general, ha sido el debilitamiento extremo de la negociación colectiva y de la organización y lucha sindical de nuestra clase obrera lo que facilita el incremento de la explotación; a lo que han contribuido los sucesivos gobiernos capitalistas, la patronal en pleno -grande y pequeña-, los partidos políticos que de una o otra forma sirven al capitalismo y, también, cómo no señalarlo, la propia aristocracia obrera representada por las cúpulas sindicales a todos los niveles.

Hoy, remontar la situación, exige de nuevo situar en el programa sindical la lucha por la jornada de trabajo, por su reducción, junto a la lucha por el aumento general de los salarios. La lucha por la prohibición de las horas extraordinarias. Esa lucha económica de la clase obrera, necesaria en todo momento, se dirige exclusivamente a paliar las consecuencias del capitalismo. Por tanto, junto al fortalecimiento de la lucha sindical de clase, urge levantar con fuerza la lucha política, con el Partido Comunista al frente, la que apunta al derrocamiento del sistema explotador que condena a las inmensas masas trabajadoras a la miseria extrema, porque, bajo el capitalismo, el trabajo asalariado seguirá siendo, por su esencia misma, esclavitud asalariada.

RTM 

uyl_logo40a.png