En el seno de una familia burguesa nace en Madrid en el año 1896 Margarita Nelken. Hace estudios de bachillerato, de francés, de piano y pintura y orienta su vida al arte y a la actividad política. Militó primero en el Partido Socialista y en 1936 se alistó al Partido Comunista de España. Ella, como Campoamor ó Kent logró el acta de diputada durante el período de la república.
La incorporación de las mujeres a las organizaciones políticas se fue dando de forma paulatina en las primeras décadas del siglo XX y la feminización del discurso en el período de 1931 a 1936 abrió espacios para que las mujeres accedieran a la política y a la independencia económica. Nelken tuvo una importante participación en la sublevación de Castilblanco y fue una figura central en la Revolución del 34 en Asturias donde tomó parte activa al lado de los mineros. Durante la guerra nacional-revolucionaria las mujeres eran requeridas para labores de soporte (manutención, hospitales, vestimentas) pero Nelken, aunque el Partido Comunista llamaba a las mujeres a la retaguardia, se entregó al combate en los frentes y dos batallones llevaron su nombre.
En una España fundamentalmente agraria, ultracatólica y atrasada la trayectoria de Margarita Nelken, sus concepciones ideológicas, políticas, sexuales, su intuición y su formación artística la situaron en la élite cultural que acabó viviendo el éxodo trágico del destierro y el exilio, pero la Nelken, que participó en la defensa de Madrid, se mantuvo en España hasta el último minuto.
La Nelken cuestionaba en sus concepciones feministas el origen natural de lo que eran atribuciones sociales de las mujeres, ella trató, insistentemente, de desenmascarar los intereses sociales que cubren ciertas funciones “naturales”: sobre todo, la función que la maternidad tiene en el aparato ideológico. La maternidad es el asunto más reiterado en la obra de Nelken. En cuanto al voto femenino Margarita Nelken argumentaba que era necesaria una labor educacional de años para que las mujeres pudieran decidir su voto sin que estuviera sometido al beneplácito del esposo, el padre o el cura.
Formó parte de la Asociación de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, organización hegemonizada por el Partido Comunista pero que integraba a mujeres de diferentes ideologías e intervino en el primer Congreso nacional junto a Dolores Ibárruri, Victoria Kent y Julia Alvarado. Fueron sus convicciones, alimentadas por la causa de la revolución rusa y no su temperamento incendiario y apasionado, del que tanto se habla, las que propiciaron su entrega a la causa socialista. Su afianzamiento ideológico la llevó a pensar en la causa feminista como algo integrado en la lucha por el Socialismo.
En 1942 el PCE la expulsa de sus filas sin precisar las razones pero la ruptura con el Partido no rompe la ligazón que Margarita Nelken sentía con la revolución soviética donde su hijo murió luchando en las filas del Ejército Rojo.
Numerosos libros, artículos y colaboraciones con temas políticos y culturales dan testimonio de la clara inteligencia y la lealtad de una mujer intelectual comprometida en la causa de la clase obrera.
Telva Mieres