No se sabe a ciencia cierta cuando nace Bartolina, está perfectamente datado su brutal asesinato un 5 de septiembre de 1782 de la manera más atroz imaginable. También consta el descuartizamiento de su cuerpo y el reparto por diferentes lugares para que sirvieran de escarmiento frente a posibles levantamientos indígenas.
Hija de José Sisa y Josefa Vargas, originarios del Alto Perú, que vivían del comercio de la coca y de la tela, se dedicó desde pequeña a dicho comercio junto a ellos. Recorrió así los pueblos andinos y conoció la realidad en la que vivían. Observó el sometimiento, la explotación, las ofensas y los abusos que les deparaban los ocupantes y le fue naciendo la conciencia necesaria para oponerse a la dominación y la opresión de los conquistadores.
Desde los 19 años independiente, se casó con Tupaq Katari (Julián Apaza ) y ambos, junto a otros líderes indígenas participan de una manera fundamental en el levantamiento aymara -quechua de 1780-1783, donde desempeñan un papel de liderazgo importantísimo, hasta el punto de que en 1781 son proclamados virrey y virreina.
Bartolina, mujer de coraje, estrategia e inteligencia, asumió el puesto de comandante político-militar y jugó un papel destacado en todas las acciones de guerra. En mayo de 1781 el ejército aymara pretende la toma de La Paz, sitiada durante meses, y donde Bartolina comparte nivel jerárquico junto a su esposo. Se cree incluso que Tupaq Katari no emprenderá ninguna acción sin antes haberlo consultado con ella.
El ejército español, ofreciendo indultos a los delatores, allanó la traición de sus compañeros. Emboscada cuando se dirigía al campamento de Pampajasi el 2 de Julio de 1781, conducida presa a la Paz, allí la torturaron y si quedó con vida, fue sólo para intentar utilizarla como carnada en la capturar de Tupaq Katari. Ambos sufrieron suplicio y castigo ejemplar a fin de evitar que cundiera el ejemplo.
Esta fue su sentencia: "Bartolina Sisa Mujer del Feroz Julián Apaza o Tupaj Catari , en pena ordinaria de Suplicio, que sea sacada del Cuartel a la Plaza mayor atada a la cola de un Caballo, con una soga al Cuello y plumas, un aspa afianzada sobre un bastón de palo en la mano y conducida por la voz del pregonero a la Horca hasta que muera, y después se clave su cabeza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, para el escarmiento público en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampajasi donde estaba acampada y presidía sus juntas sediciosas; y después de días se conduzca la cabeza a los pueblos de Ayo-ayo y Sapahagui en la Provincia de Sica-sica, con orden para que se quemen después de un tiempo y se arrojen las cenizas al aire, donde estime convenir"
Ana Muñoz
En honor a la aguerrida aymara, desde 1983 se instituyó el 5 de septiembre como el Día Internacional de la Mujer Indígena y en 2005 el Congreso Nacional de Bolivia la declaró heroína nacional.