Hace pocas semanas la Agencia Central de Inteligencia (CIA para los enemigos) de EEUU desclasificó cientos de miles de informes secretos. De las más de 12 millones de páginas, apenas 3 son suficientes para revelar la catadura ética y política de quien durante más de dos décadas ocupó la secretaría general del PCE. El UyL digital, en su sección “Otros medios”, ya se hizo eco del artículo que, sobre dicho informe, publicaron “eldiario.es” e “insurgente.org” el 19/01/2017.

Aún pagando un enorme precio político, económico, patrimonial, personal, el PCPE se ha ido construyendo en el combate frontal a los conceptos que, según el documento ahora desclasificado y datado el 15/07/1975, vomitó en conversación mantenida con un responsable de la revista “Time” el promotor del eurocomunismo en el Estado español. Las y los comunistas siempre haremos frente a cualquier actualización bajo otras formas de las líneas que, entrecomilladas, define Carrillo ante la CIA, absolutamente incompatibles con la estrategia y la práctica del Partido Comunista:

  • Hacer a la organización más “aceptable” para las clases dominantes ocultando símbolos, escamoteando términos y vaciando el discurso bajo el pretexto del acercamiento a una clase trabajadora en la que realmente no se confía: “[…], Santiago Carrillo, Secretario General del Partido Comunista de España, se esforzó en ofrecer una imagen tranquilizadora de la política post-Franco y del papel que jugará su Partido… De este modo espera tranquilizar tanto a españoles como a extranjeros para que no teman a la participación comunista en el Gobierno post-Franco…”.
  • Eliminar el socialismo como objetivo estratégico, generando la ilusión de que la clase obrera pueda encontrar una salida favorable dentro del capitalismo: “[…], Carrillo afirmó que el objetivo de la Junta es la restauración de las libertades civiles y de las instituciones democráticas y no imponer el socialismo. Añadió que esto llegará más tarde”.
  • Buscar atajos para salir de la “irrelevancia”, generalmente medida por la obtención o no de prebendas institucionales, y habitualmente unido a elevadas dosis de personalismo, divismo y primeros planos: “[…] admitió (Carrillo) que si los «camaradas» le piden que asuma una cartera ministerial en el Gobierno post-Franco la aceptará”.
  • Arremeter contra quienes más consecuentemente lucharon contra el eurocomunismo: “[...]. Afirmó que los USA deberían haber encontrado el modo de evitar que Cunhal «se apropiara de la revolución portuguesa» mientras el General Spínola era todavía presidente. Carrillo está especialmente preocupado porque un Gobierno radical en Portugal dañe sus propias oportunidades de jugar un papel en la España post-Franco”.
  • Desterrar el antiimperialismo del discurso a la vez que se difama al primer Estado obrero de la historia: “[…], preguntado acerca de su actitud hacia las bases de USA en España, Carrillo dijo «los Americanos pueden quedarse en España tanto tiempo como los rusos mantengan tropas en Checoslovaquia»”.

Sirvan aquellas declaraciones de traición y miseria para poner en valor a las mujeres y hombres, comunistas, que no claudicaron ante el proceso de liquidación del que, hasta entonces, era para nuestra clase obrera sencillamente “el Partido”. Camaradas que fueron expulsadas y expulsados, bien por decisión de quienes habían usurpado el control del Partido bien por abandono “voluntario”, y doloroso, por parte de quienes valientemente rechazaron ese enorme y orquestado engaño a la clase obrera y a los pueblos del Estado español. Muchos y muchas de aquellas camaradas, junto a otros y otras de diferentes procedencias organizativas o que ingresaron en los primeros y más difíciles años del PCPE y los CJC, impidieron la desaparición de la referencia comunista en nuestro país, haciendo así fracasar el que era objetivo final del eurocomunismo.

Quienes a cualquier edad, pero especialmente las y los jóvenes, ingresamos en este Partido o su Juventud décadas más tarde, debemos continuamente aprender y mostrar un inmenso respeto por la enorme contribución de estos y estas veteranas camaradas que, a contracorriente, lograron mantener vivo el “hilo rojo de la Historia” y al PCPE como único referente del comunismo español. Ellas y ellos seguirán, y seguiremos, combatiendo al eurocomunismo, en todas sus formas y consecuencias actuales y futuras.

José Barril

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