“Un día se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que parecía que estábamos congestionando las ideas y, atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo” , con estas palabras explicaba Maruja Mallo la procedencia del término “Las sinsombrero”
Ese simple gesto suponía una transgresión en la época en el que estas mujeres vivieron y lucharon.
El estreno del documental de Tània Belló descubre al “gran público” la existencia de esa “otra” Generación del 27 conformada por mujeres que destacaron en todos los ámbitos artísticos como sus contemporáneos Alberti, Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Salinas, Guillén, Aleixandre y Cernuda. Escritoras, periodistas, poetas, pintoras, etc., que tuvieron una gran relevancia e influencia artística e intelectual, pero que fueron tapadas y olvidadas por la historia de los vencedores.
Si retrocedemos en el tiempo, a la España de 1914, encontraremos a un grupo de mujeres como Victoria Kent, Margarita Mellen, Clara Campoamor, María Lejárraga que luchaban con valentía y determinación por la emancipación de las mujeres trabajadoras, participando de forma activa en la vida política y cultural de esos años. Su influencia fue decisiva en la siguiente generación, la que nos ocupa.
En este documental nos retratan concretamente a ocho de las muchas mujeres que conformaron la “otra Generación del 27”: María Teresa León, Concha Méndez, Maruja Mallo, Ernestina de Champourcín, Margarita Gil Röesset, María Zambrano, Ángeles Santos, Josefina de la Torre y Remedios Varó, pero quedan bastantes más en el tintero, como Luisa Carnés, Lucía Sánchez, Matilde de la Torre Gutiérrez y un largo etc., entre las que podríamos también incluir a las maestras republicanas.
La valentía de esta generación de mujeres no sólo radica en saltarse todos los convencionalismos reservados para las mujeres de la época, no sólo radica en adentrase en un mundo de hombres y ser capaces de destacar en él a través de sus novelas, de sus poemas, de sus cuadros, de sus obras de teatro, sino que además, y sobre todo, lucharon por la emancipación de las mujeres, defendieron sus derechos y en el contexto histórico en el que les tocó vivir, todas y cada apoyó al legítimo gobierno de la Segunda República, y lo defendió con uñas y dientes, por eso, estas intelectuales, eran además, republicanas y esto debe reivindicarse, y, por encima de todo, muchas de ellas eran socialistas y comunistas y por encima de todo luchaban por derrocar al desigual sistema capitalista y acabar con la explotación y las desigualdades de clase.
María Teresa León fue una destacada militante comunista, colaboró en la fundación de la Alianza de Intelectuales Antifascista para la Defensa de la Cultura, editando, en calidad de responsable de Agitación y Propaganda, la revista “El Mono Azul” y fue la vicepresidenta del Consejo Central del Teatro, directora del Teatro de Arte y Propaganda instalado en el teatro de la Zarzuela, dirigente de la política cultural del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes… no se puede entender la política teatral republicana ni la propia historia del teatro republicano durante la Guerra Nacional Revolucionaria, sin su figura. Tras la guerra se exilia.
Concha Méndez destacada poeta de esta generación, defendió siempre la causa republicana y la independencia de las mujeres, tras la guerra, el exilio, primero en París, y luego en la Habana.
Maruja Mallo, pintora surrealista, colaboró intensamente con Alberti, quedando constancia de este trabajo en el conjunto de los decorados del drama "Santa Casilda" (1930), testimonios en libros como "Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos" y en "Sermones y moradas". Comprometida con la República, desarrolló una activa dedicación docente como profesora de dibujo. En el 36 huye a Portugal y más tarde se exilia a Argentina.
María Zambrano, filosofa y ensayista, formó parte, como muchas otras compañeras, la mayoría maestras, de las misiones pedagógicas, que llevaban educación y cultura a todos los rincones de España. En su caso, la mayor parte del exilio lo pasó en México.
Desde el PCPE defendemos el papel histórico que desempeñaron estas compañeras y camaradas y que el patriarcado y, tanto la anterior dictadura franquista, como la actual, trata de enterrar en el olvido, sobre todo si éstas, además, fueron además militantes comunistas.
Sonia Iruela