El Movimiento Comunista Internacional tiene hoy algunas estructuras que, aunque débiles, son el resultado de muchos años de esfuerzos, de compromiso militante y de una concepción táctica en el camino para cambiar la actual situación de dispersión.

La estructura más consistente del MCI es, sin dudarlo, la de los Encuentros de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), que llevan ya dieciocho años celebrándose. El próximo, al hilo de cien aniversario de la Revolución de Octubre, se celebrará en Moscú en el tramo último de este 2017.

En una fase histórica de máxima internacionalización de la lucha de clases, la actual debilidad de la coordinación comunista internacional conlleva una clara desventaja en esa lucha de clases para la clase obrera. Al tiempo que plantea retos de calado histórico a todas las organizaciones revolucionarias, para encontrar una salida a esta situación de desventaja.

En los últimos años además de los EIPCO se han dado otros pasos, en distintos ámbitos, que no hay que despreciar. Son pasos cortos, pero algo andan en el camino.

Al mismo tiempo que se avanza en ciertos aspectos, estos mismos avances están generando tensiones centrífugas, que avizoran peligros nuevos para la tendencia sumadora.

Sin que se haya producido un debate, siempre necesario en la lucha revolucionaria, parece ser que hay quienes se han trazado su propia hoja de ruta para protagonizar una nueva ruptura en el débil Movimiento Comunista Internacional. Una nueva ruptura que carece de articulación dialéctica con el mismo desarrollo de la lucha de clases, y por ello es una ruptura ajena a esta lucha de clases, una ruptura que está anclada en una concepción endogámica de la lucha ideológica. Concepción endogámica que, ajena al papel protagonista de la clase obrera, se resuelve en pasillos, cenáculos y maniobras, ajenas a la cultura y la práctica revolucionarias.

Una estrategia tan débil, e indefendible, explicaría el por qué un reducido número de militantes del PCPE se embarca en una aventura fraccional contra nuestro Partido. Vulnerando los más elementales principios del centralismo democrático y haciendo de la mentira y el engaño su principal recurso en el logro de sus objetivos.

Ese escenario se concretaría en la creación de un PCPE bis, que disputara a nuestro Partido su legítima presencia en las instancias internacionales en que participa, y donde los promotores de la operación de ruptura del MCI apoyarían a la fracción PCPC bis, como si fuera el genuino PCPE.

Esa discusión en el EIPCO rompería en dos ese marco de Encuentros, entre quienes siguen reconociendo a nuestro Partido de una forma leal, y los promotores de la ruptura, que pretenderían legitimar a la fracción. Se escenificaría así una nueva ruptura del MCI, a partir de un supuesto nuevo polo leninista, donde algunos tienen la disposición nada revolucionaria de hacer de perritos falderos de esta operación.

Esa ruptura tendría consecuencias desastrosas para la clase obrera internacional, y para sus destacamentos más organizados, los partidos comunistas y obreros.

En próximas fechas es posible que este diagnóstico que hacemos de la situación se vaya confirmando con las actuaciones de ciertos promotores de la ruptura.

Desde el PCPE tenemos que advertir, en primer lugar, que nunca nos vamos a prestar a una nueva ruptura del MCI y que, en la medida de nuestras capacidades, trabajaremos duro, como lo llevamos haciendo desde nuestro nacimiento, para hacer avanzar las posiciones más unitarias de las organizaciones revolucionarias internacionales. También trabajaremos en nuestra propuesta de Frente Mundial Antiimperialista, que es también una estructura de unidad, a nivel diferente.

La defensa del marxismo-leninismo hoy se expresa, de una forma destacada, en el compromiso por hacer avanzar la unidad revolucionaria internacional, con el objetivo de dotar a la clase obrera de las mejores condiciones para fortalecer el proceso de acumulación de fuerzas y el desarrollo de la conciencia de clase. Ello tendrá siempre una táctica y una estrategia. Aunque, al parecer, para algunos, eso solo tiene estrategia, sin táctica.

El PCPE estará siempre trabajando por el avance de la unidad revolucionaria internacional. Nuestro proyecto no es de ruptura de las débiles estructuras de coordinación, que con tanto esfuerzo han sido construidas.

Quienes hoy empujan hacia una ruptura del MCI responden a una posición aventurera, que debilita la lucha de la clase obrera internacional.

El PCPE sabrá defenderse de esas maniobras.

Secretariado Político del PCPE

A 27 de abril de 2017

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