Las líneas que a continuación siguen no constituyen en si una crítica cinematográfica. Son tan solo la presentación y el reconocimiento de una película sobre los años jóvenes de Karl Marx, el padre ideológico del comunismo. Un simple avant-goût a la espera de su estreno. Se trata, pues, de un filme que en estas semanas se someterá al juicio de los/as espectadores/as españoles/as, que además yo no he visto aún y que, en cualquier caso, viene precedido de un controvertido pase por la Berlinale de este año. Entonces ¿por qué tal prontitud en el comentario?, se preguntarán ustedes. Pues quizás por todas esas razones, pero sobre todo por otras dos que quisiera añadir: una, porque la industria cinematográfica mundial, si bien a veces se ha inspirado en la filosofía de Karl Marx en películas como, por ejemplo, “Tiempos modernos” (1936) de Charles Chaplin, “Espartaco” (1960) de Stanley Kubrick o en general en el cine soviético, jamás ha llevado a la gran pantalla la vida y la obra extraordinarias del genial pensador alemán. Aunque sólo haya sido, como es el caso aquí, examinando sus años más lozanos.

La otra razón que me anima a comentar con entusiasmo esta de todas formas esperada producción es que con su distribución internacional se reconoce de alguna manera la vigencia del pensamiento revolucionario de Karl Marx, precisamente cuando faltan escasos meses para que se cumpla el bicentenario de su nacimiento (Tréveris, 5 de mayo de 1818). Pero igualmente porque su aconsejada visión incitará - estoy seguro - a no poca gente a volver a aprehender una teoría, la única, que de manera consecuente y científica explica las relaciones de producción capitalistas y los mecanismos revolucionarios para superarlas. Razones más que suficientes para adentrarme, incluso casi a tientas, en esta expectante cinta dirigida por el cineasta y activista político haitiano Raoul Peck (Puerto Príncipe, 1953), de quien conocemos sobre todo el premiado documental “I Am Not Your Negro” (2016), que explora la historia del racismo en los Estados Unidos a través de reminiscencias del escritor afroamericano James Baldwin, junto a militantes por los derechos civiles estadounidenses como Medgar Evers, Malcolm X y Martin Luther King.

Hasta nuestros días

La película, pese a su título, no trata exactamente de la juventud de Karl Marx sino del extraordinario y fructífero encuentro con el joven Friedrich Engels en el Paris de 1844. Es decir, en el preciso momento en que éste, hijo de un próspero industrial renano, investiga el sórdido nacimiento de la clase obrera británica. Descubrimiento que posibilitó a Marx completar su evolución materialista, determinar la misión histórica del proletariado en la sociedad capitalista y poder publicar el 21 de febrero de 1848, a los 30 años, el Manifiesto Comunista, uno de los tratados políticos más influyentes de la historia de la humanidad. Por lo demás, esperar a que este cineasta, o cualquier/a otro/a con talento y agallas, sea capaz de abordar la vida madura de quien con justeza y decisión afirmó que “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Entonces el cine probará al gran público que los efectos del marxismo se extienden hasta nuestros días.

Rosebud

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