En Madrid, el pasado  25 de junio, las dirigencias de las centrales sindicales CC. OO y UGT, se sentaron una vez más a compartir mesa y sonrisas con la CEOE y CEPYME;  las patronales del gran capital y de la mediana burguesía. Dueña la primera de las empresas del IBEX 35 y de las grandes empresas del estado español y la segunda representante de  la mediana burguesía propietaria de más del 70 % del tejido empresarial; dueños de empresas en las que, por poner un ejemplo muy reciente, se sobreexplota y abusa de jornaleras, o de esa multitud de empresas del sector  servicios en que se somete a la clase obrera a todo tipo de abusos laborales y personales. Esta ocasión han firmado el IV AENC, Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva  

EL modelo sindical practicado por la dirigencia de las organizaciones que hoy representan a los trabajadores y trabajadoras, no es nuevo ni sorprende, este modelo sindical basado en el ‘diálogo social’ es la garantía de la prolongación de la paz social de los últimos años. Paz social que le asegura a la patronal su estatus y hegemonía política y social.

Fue desde el primer momento del cambio de régimen -que no de sistema-  cuando se comienza el abandono de posiciones revolucionarias por parte de determinados miembros de las cúpulas de dirección de las organizaciones sindicales y partidistas.

Prueba de ello, fueron los Pactos de la Moncloa y  las diferentes reformas laborales mayoritariamente aceptadas, por UGT y CCOO. Desde las huelgas generales de 1985 y 1988 las posteriores huelgas generales se limitaron a la queja y pataleta y  no a la elevación de la confrontación de clases. Un cuadro de desidia incapaz de defender los legítimos intereses de la clase obrera

Esta Paz social-laboral es la que posibilita que se hayan impuesto sin costo alguno para el capital, las diferentes leyes y reformas laborales, principalmente las del 2010 por parte del PSOE y 2012 del gobierno del PP.  En estas dos ocasiones se convocaron huelgas generales que se gestionaron al margen de las necesidades y aspiraciones de la clase obrera y los sectores populares.

En estas dos leyes o reformas laborales, la patronal impuso el fin de facto  de la negociación colectiva, se introdujo una fórmula de convenio colectivo que da primacía al de empresa anulando el sectorial, consiguiendo con ello la división de los intereses ¨fuerza¨ de los trabajadores, facilitando el que la patronal pueda presionar al trabajador con amenazas de despido y un largo decálogo de situaciones nefastas para los intereses de la clase obrera.

Paz social-laboral que posibilita el que los gobiernos de turno y los partidos del arco parlamentario burgués, por mandato de la patronal, pongan en marcha el Pacto de Toledo que  está orientado a la liquidación del sistema de protección para el colectivo de Jubilados y Pensionista.

Y con esta Paz Social-Laboral que solo favorece al capital y sus aliados quienes  se autodenominan como legítimos representantes de la clase obrera ante la patronal vuelven a firmar otro acuerdo con el capital, en esta ocasión el IV AENC, Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. Desde el 2010 se vienen firmando estos convenios que solo han servido para confundir a los trabajadores y trabajadoras creando falsas expectativas y sirviendo para que los sindicatos que los firman los presenten como un logro de la ¨falsa¨ lucha sindical.

Denunciamos la firma del preacuerdo del IV AENC por varios motivos:

  • No es vinculante, ni de obligado cumplimiento con lo que estamos ante un brindis al sol.
  • Subidas vergonzosas e irreales: Las pobres subidas salariales que se han firmado (“en torno” al 2% fijo y 1% variable) además de que no compensan las pérdidas salariales de los últimos años, se ligan a la evolución de la productividad, resultados y control del absentismo, aspectos de difícil control por parte del trabajador y que terminan siendo contrarios a sus intereses. Esta vinculación con la productividad es todo un triunfo de la patronal que llevaba años intentando colocar este indicador como trampa para la clase obrera.
  • Pérdidas de derechos: Como la posibilidad de introducir mecanismos de revisión salarial dentro de los convenios colectivos.
  • Plantea una subida del SMI confusa: No solo porque los escasos 1000€ en 14 pagas va a depender de la capacidad de negociación en cada sector o empresa sino porque es sospechoso que hace 6 meses se haya firmado con el Gobierno llegar a los 850 € y con muchas condiciones de por medio.
  • Elude abordar lo principal: Como la derogación de las contrarreformas de 2010 y 2012 que tantos años llevan prometiendo estos sindicatos. O el control de la siniestralidad laboral o el nefasto papel de las ETT.

Que los sindicatos están obligados a negociar con la patronal es reconocido por toda la clase obrera, pero que estas negociaciones desde un primer momento estén atenazadas por la maldita Paz Social-Laboral y que el objetivo de estas negociaciones solo sean el mantener los privilegios de las clases explotadoras, no es aceptable.

Hoy las dirigencias de los sindicatos, y en especial las de UGT y CCOO,  no comprenden que solo a través de la confrontación entre la clase obrera y la patronal se podrán conseguir mejoras para nuestra clase..

El PCPE exige la derogación de todas las leyes y reformas laborales aprobadas por los diferentes gobiernos de la burguesía, en especial la de 2010 del PSOE y la de 2012 del PP.

La inmediata retirada de todos los acuerdos del Pacto de Toledo.

La retirada inmediata del IV AENC.

El PCPE hace un llamamiento a la clase obrera y a las  capas populares a organizarse en defensa de sus intereses, a romper con este modelo sindical que solo persigue la negación y anulación de la lucha de clases. Sola la clase obrera desde sus organizaciones clasistas podrá revertir el estado de sobreexplotación actual   al que el capital la somete.

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