La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género ha realizado la encuesta de Percepción Social de la Violencia Sexual en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a una muestra de 2.465 personas de 16 y más años, representativa de la población de hombres y mujeres residente en España, en el año 2017. En el diseño del cuestionario de esta encuesta, se ha prestado especial atención a la necesidad de minimizar en las respuestas el efecto de la denominada “deseabilidad social”, para ello se han empleado preguntas procedentes de escalas psicométricas validadas a nivel internacional como la Escala AMMSA (Aceptación de Mitos Modernos sobre las Agresiones Sexuales), la Escala ISHMA (Escala Illinois de Aceptación del Mito del Acoso Sexual), y las escalas de sexismo moderno y de neo-sexismo, entre otras. La Encuesta de Percepción Social de la Violencia Sexual tiene como objetivo proporcionar una panorámica detallada de las percepciones que la población manifiesta sobre distintos aspectos relacionados con la violencia sexual.
Un entorno social que acepta o incluso apoya la violencia sexual en alguna circunstancia, contribuye a crear un clima de tolerancia que facilita que los agresores mantengan su conducta y dificulta que las víctimas revelen la violencia sufrida. Así, la erradicación de la violencia sexual no puede lograrse sin abordar las actitudes sociales que la toleran o justifican. En definitiva, reducir la aceptabilidad social de la violencia sexual es fundamental para prevenir esta forma de violencia, para poder trabajar en esta dirección hay que conocer el nivel de aceptación existente en la sociedad. Es la primera vez que se realiza no sólo en España sino también en Europa una encuesta enfocada íntegramente al estudio de la violencia sexual.
Las conclusiones del estudio plantean que el porcentaje de la población que tolera actitudes que de alguna forma pueden justificar la violencia sexual, culpabilizar a la víctima, o eximir al agresor es pequeño y son muchos más quienes rechazan todas estas actitudes. De todas formas, el rechazo o la tolerancia varían de forma sustancial en función del contenido e intensidad de cada afirmación. Un elevado porcentaje de la población desconoce que la mayor parte de las agresiones sexuales son cometidas por hombres que la víctima conoce, los sectores mejor informados con una intolerancia mayor a la violencia sexual son la juventud y la población con mayor nivel de estudios.
Se observa que el 43,0% de la población pertenece al grupo de rechazo a la violencia sexual sin diferencias estadísticamente significativas por sexo, solo el 6,1% pertenece al grupo de tolerancia a la violencia sexual. Las personas jóvenes de 16 a 34 años (54,4%) y las de 35 a 59 años (48,5%) rechazan la violencia sexual en mayor medida que las mayores de 60 años (24,2%). A medida que aumenta el nivel de formación se incrementa el porcentaje de personas que pertenecen al grupo de rechazo a la violencia sexual: 20,2% de quienes tienen estudios primarios o inferiores, 42,7% de las personas con estudios secundarios, 50,0% de quienes tienen FP de grado superior y 61,2% de las personas que tienen estudios universitarios.
En el cuestionario se introdujeron dos preguntas relativas a la igualdad de género, ante la pregunta Vamos a hablar de la situación de las mujeres en España en general, ¿cómo calificaría Ud. las desigualdades que existen entre hombres y mujeres en nuestro país: muy grandes, bastante grandes, pequeñas o casi inexistentes? El 68,7% de la población considera que las desigualdades de género en España son bastante grandes o muy grandes, frente a un 28,8% que considera que son pequeñas o casi inexistentes. Hay grandes diferencias en las respuestas proporcionadas por hombres y mujeres, un 79,5% opinan que son bastante grandes o muy grandes, frente a un 57,3% de los hombres. Del mismo modo, el porcentaje de hombres que cree que las desigualdades de género son pequeñas o casi inexistentes (40,3%) es más del doble que el porcentaje de mujeres (17,8%) que así lo considera.
Y en comparación con la situación de hace diez años, ¿cree Ud. que las desigualdades entre hombres y mujeres son hoy mayores, iguales o menores? Casi el 60% de la población cree que las desigualdades de género son menores hoy que hace 10 años. Hay diferencias según el sexo de la persona entrevistada: el 65,4% de los hombres frente al 53,3% de las mujeres, considera que las desigualdades de género son menores hoy que hace 10 años.
Se preguntaba también con la intención de valorar el grado de sexismo de la población, basadas en escalas psicométricas validadas a nivel internacional como la escala de sexismo moderno, la escala de neosexismo, o la escala de sexismo ambivalente, y buscan minimizar el componente de la deseabilidad social en las respuestas
El 72,5% de la población muestra algún grado de acuerdo con la afirmación “Las mujeres a menudo pierden buenos empleos debido a la discriminación sexual”, rechazando así el sexismo. Cuatro de cada diez mujeres (41,6%) se muestran totalmente de acuerdo con la afirmación frente a algo menos de uno de cada cuatro hombres (24,4%).
El 61,3% de las mujeres y el 50,5% de los hombres muestra algún grado de desacuerdo con la afirmación “Las mujeres se ofenden muy fácilmente” rechazando por tanto el sexismo inherente a esta afirmación.
El 56,0% de las mujeres y el 43,1% de los hombres muestra algún grado de desacuerdo con la afirmación “En el fondo, las mujeres feministas pretenden que las mujeres tengan más poder que los hombres” rechazando el sexismo implícito a esta afirmación. El 21,4% de los hombres y el 14,2% de las mujeres tienen una amplia tolerancia al sexismo al estar totalmente de acuerdo con la afirmación. El 69,8% de la población muestra algún grado de desacuerdo con la afirmación “Es difícil trabajar para un jefe que sea mujer”, rechazando así el sexismo implícito a esta afirmación.
Para valorar la tolerancia entre la población hacia actitudes que de alguna forma pueden justificar el acoso sexual en el trabajo, se plantearon:
Las mujeres que dicen haber sido acosadas sexualmente en el trabajo, normalmente suelen exagerar, el 74,5% de las mujeres y el 63,3% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación. Aun así, uno de cada cuatro hombres (25,8%) y algo más de una de cada seis mujeres (17,7%) se muestra de acuerdo con la misma.
Si una mujer es acosada sexualmente en el lugar de trabajo, tuvo que haber hecho algo para provocarlo, el 89,7% de las mujeres y el 83,9% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación, habiendo distintas graduaciones de acuerdo y desacuerdo, por sexo. El 74,2% de las mujeres y el 61,4% de los hombres se muestran totalmente en desacuerdo con la afirmación.
La mayoría de las mujeres se sienten halagadas cuando los hombres con los que trabajan se fijan sexualmente en ellas, el 72,7% de las mujeres y el 61,0% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación. Por otra parte, el 15,7% de los hombres se muestra levemente de acuerdo, el 8,3% moderadamente de acuerdo, y el 6,1% totalmente de acuerdo, frente al 11,7%, el 5,6% y el 3,9% respectivamente de las mujeres
La mayoría de las mujeres en el fondo disfrutan cuando los hombres con los que trabajan se les insinúan sexualmente, en desacuerdo el 82,4% de las mujeres y el 74,1% de los hombres. El 58,1% de las mujeres y el 44,0% de los hombres se muestran totalmente en desacuerdo con la afirmación.
Casi todos los tipos de acoso sexual en el trabajo terminarían si simplemente la mujer le dice al hombre que pare. El 61,8% de las mujeres y el 52,4% de los hombres manifiestan su desacuerdo. Por otra parte, el 16% de los hombres y el 15% de las mujeres se muestran totalmente de acuerdo con la misma.
En el marco de la escala ISHMA, esta afirmación pertenece a la subescala denominada “responsabilidad de la mujer” que hace referencia a la creencia de que la responsabilidad para controlar el acoso sexual reside en la mujer acosada. Hay que señalar como preocupante que este ítem sea con el que mayor porcentaje de hombres y mujeres se muestran de acuerdo, es, de todos los empleados en la encuesta para medir el acoso sexual, con el que mayor porcentaje de la población muestra algún grado de acuerdo (37,0%). 40,9% de los hombres y el 33,4% de las mujeres, este dato resulta preocupante por sus implicaciones en lo relativo a la tolerancia al acoso sexual.
Hay dos apartados de opinión sobre las agresiones sexuales, en la primera se plantea:
Si una mujer invita a un hombre a tomar una copa en su casa después de haber salido por la noche, significa que quiere sexo, el apoyo a esta afirmación puede conllevar culpar a la víctima de una agresión sexual.
El 67,0% de las mujeres y el 59,2% de los hombres rechazan esta afirmación. El 41,9% de las personas entrevistadas se muestran totalmente en desacuerdo con la afirmación frente a un 10,0% que dicen estar totalmente de acuerdo.
Muchas mujeres tienden a exagerar el problema de la violencia machista, el 73,0% de las mujeres y el 60,0% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación .El 46,7% de las mujeres se muestra totalmente en desacuerdo con la afirmación frente a sólo un 28,3% de los hombres.
Cuando un hombre presiona a su pareja para mantener relaciones sexuales, esto no puede llamarse violación, el 75,9% de las mujeres y el 67,4% de los hombres manifiestan su desacuerdo.
Cualquier mujer que sea tan poco precavida como para andar sola de noche por callejones oscuros tiene parte de culpa si es violada, el 85,5% de las mujeres y el 85,4% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación, sin diferencias estadísticamente significativas por sexo, salvo en la graduación, El 72,5% de las mujeres y el 66,6% de los hombres se muestran totalmente en desacuerdo. El apoyo a esta afirmación implica culpar a la víctima de su agresión sexual.
El alcohol es a menudo el causante de que un hombre viole a una mujer, el 52,2% de las mujeres y el 48,0% de los hombres manifiestan su desacuerdo con la afirmación Un 50,0% de los hombres y un 45,6% de las mujeres dicen estar de acuerdo. Un 16,4% de las personas entrevistadas dicen estar totalmente de acuerdo con la afirmación.
El hecho de que casi un 50% de las personas entrevistadas muestre algún grado de acuerdo con esta afirmación, que implica eximir de culpa al agresor, indica que es necesario continuar educando y sensibilizando a la ciudadanía para evitar que se juzgue a la víctima y se exonere al agresor.
El segundo bloque de preguntas mide otros aspectos relacionados con la tolerancia a la violencia sexual:
El 82,7% de las mujeres y el 79,2% de los hombres manifiestan algún grado de desacuerdo con la afirmación “Una mujer que vista de forma provocativa no debería sorprenderse si un hombre intenta obligarle a mantener relaciones sexuales”, rechazando por tanto culpar a la víctima de una agresión sexual.
El 83,3% manifiesta algún grado de desacuerdo con “Si una mujer es agredida sexualmente estando borracha tiene parte de la culpa por haber perdido el control”, El 73,2% está en desacuerdo con la afirmación “Una mujer que haya tenido muchas parejas sexuales tiene menos credibilidad si denuncia una agresión sexual”, rechazando en ambos casos así culpar a la víctima de una agresión sexual.
El 54,0% manifiesta algún grado de desacuerdo con “Si una mujer no tiene intención de tener relaciones sexuales con un hombre no debería coquetear con él”, rechazando así culpar a la víctima de una agresión sexual en base a su comportamiento previo. El 43,7% muestran algún grado de acuerdo con la misma, lo que implica que culpan, al menos parcialmente, a la víctima de una agresión sexual y por tanto tienen una cierta tolerancia a la violencia sexual.
El 44,4% de las mujeres y el 37,6% de los hombres manifiestan algún grado de desacuerdo con la afirmación “Es más probable que una mujer sea violada por un desconocido que por un conocido”, mientras que el 37,3% y el 43,6% respectivamente dicen estar de acuerdo con la misma. La respuesta a esta pregunta pone de manifiesto el desconocimiento de un elevado porcentaje de la población sobre las características de las agresiones sexuales: según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, sólo el 18,6% de las violaciones que se producen fuera del ámbito de la pareja son cometidas por desconocidos. Es decir, la mayor parte de las agresiones sexuales son cometidas por hombres que la víctima conoce.
En el análisis de las creencias sobre los motivos por los que algunos hombres agreden sexualmente a las mujeres hay que distinguir entre los que de alguna forma justifican el comportamiento del agresor y los que no.
Motivos que exculpan, al menos parcialmente:
“Tener problemas mentales”, citado por el 34,1% de las personas entrevistadas. “Consumo de alcohol y/o drogas”, citado por el 25,3%, No pueden controlar sus impulsos sexuales”, mencionado por el 19,7% de las personas entrevistadas, “No identifican sus acciones como una agresión sexual”, citado por el 14,3%.
Motivos que no exculpan al agresor de su comportamiento:
“No aceptar el rechazo por parte de una mujer”, mencionado por el 28,2% de las personas entrevistadas, “Buscan controlar a las mujeres”, citado por el 25,3%, “Disfrutan sometiendo sexualmente a las mujeres”, mencionado por el 22,4%.
El motivo más citado tanto por los hombres como por las mujeres es el estereotipo relativo a que los agresores tienen problemas mentales, pero los hombres (38,4%) lo citan en mayor medida que las mujeres (30,0%). Las mujeres citan más frecuentemente que los hombres motivos que no eximen al agresor de su culpa como “No aceptan un rechazo por una mujer”.
El 74,3% de las mujeres y el 66,9% de los hombres opinan que las agresiones sexuales casi no se denuncian, siendo las diferencias por sexo estadísticamente significativas. Aun así, algo más de uno de cada cuatro hombres (26,9%) y una de cada cinco mujeres (21,9%) creen que las agresiones sexuales se denuncian siempre o en la mayor parte de las ocasiones, lo que contrasta con la realidad: un análisis realizado con datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 mostraba que sólo el 6% de las mujeres que sufren una violación por parte de alguien que no es su pareja ni expareja, denuncian a su agresor. Este dato va en la misma línea que otros estudios realizados a nivel internacional y que también reflejan la escasa frecuencia con la que se denuncian las agresiones sexuales.
¿Considera Ud. que las denuncias de agresiones sexuales que interponen las mujeres…? Hay importantes diferencias entre hombres y mujeres en la respuesta a esta pregunta. Casi tres de cada cuatro mujeres (73,0%) consideran que las denuncias por agresiones sexuales raramente o nunca son falsas, frente a un 59,9% de hombres que así lo creen. El 33,2% de los hombres y el 22,5% de las mujeres consideran que las denuncias son falsas algunas veces. El porcentaje de quienes creen que las denuncias son a menudo falsas es escaso (2,1% de los hombres y 0,9% de las mujeres).
Sobre los motivos por los que las mujeres que han sufrido una agresión sexual no denuncian a su agresor, el 73,9% de las personas entrevistadas citan el miedo al agresor como motivo, el 58,0% mencionan la vergüenza, el 26,3% el “miedo a que no la creyeran” y el 15,2% el “miedo a ser considerada culpable de lo sucedido”.De todas formas, el orden de las razones más citadas se mantiene en todas las categorías de todas las variables analizadas siendo siempre el primer motivo “el miedo al agresor”, el segundo “la vergüenza”, el tercero “el miedo a no ser creída” y el cuarto “el miedo a ser considerada culpable de lo sucedido”.
Sobre la frecuencia con la que las mujeres denuncian las agresiones sexuales, el 74,3% de las mujeres y el 66,9% de los hombres opinan que las agresiones sexuales casi no se denuncian. Aun así, el 26,9% de los hombres y el 21,9% de las mujeres creen que las agresiones sexuales se denuncian siempre o en la mayor parte de las ocasiones, lo que contrasta con la realidad: un análisis realizado con datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 mostraba que sólo el 6% de las mujeres que sufren una violación por parte de alguien que no es su pareja ni expareja, denuncian a su agresor. Este dato va en la misma línea que otros estudios realizados a nivel internacional y que también reflejan la escasa frecuencia con la que se denuncian las agresiones sexuales.
En relación a la prevención de la violencia sexual, la medida más citada son las campañas de sensibilización contra las agresiones sexuales (32,0%), seguida de la educación afectivo-sexual (28,4%). El 19,5% se decanta por la opción “Facilitar información general sobre qué hacer y a qué lugares acudir en caso de sufrir una agresión sexual” y el 12,1% por las “Campañas informativas para identificar los distintos tipos de agresiones sexuales”.
Sobre la medida más importante para prevenir la violencia sexual contra las mujeres, ¿cuál consideraría Ud. más importante para prevenir la violencia sexual contra las mujeres? Educar a los hombres a no agredir (sexualmente) o Enseñar a las mujeres a evitar situaciones de riesgo. El objetivo de esta pregunta era ver hasta qué punto la población considera que la responsabilidad de la agresión sexual es de los agresores o de las víctimas. Si se concede más importancia a “enseñar a las mujeres a evitar situaciones de riesgo” se pone en ellas, al menos parciamente, la responsabilidad en caso de sufrir una agresión sexual y no en quienes realizan la agresión. El 77,0% de las personas entrevistadas se decantan por la opción “educar a los hombres a no agredir sexualmente” frente al 14,8% que eligen “enseñar a las mujeres a evitar situaciones de riesgo”.
¿Cree Ud. que habría que educar a hombres y mujeres sobre el consentimiento sexual para prevenir agresiones sexuales? y ¿a qué edad habría que comenzar a educar a hombres y mujeres sobre el consentimiento sexual? El 93,6% de la población está de acuerdo con la necesidad de educar a hombres y mujeres en el consentimiento sexual como forma de prevenir las agresiones sexuales frente a un 3,5% que se muestra en desacuerdo. Con respecto a la edad a la que habría que comenzar dicha educación, la edad que se cita con más frecuencia es la de los 12 años. El 97,4% de quienes creen que es necesario educar sobre el consentimiento sexual, considera que esta educación debería recibirse antes de los 16 años y el 73,5% con 12 o menos años.
El 32,0% de las personas entrevistadas considera las campañas de sensibilización contra las agresiones sexuales como la mejor opción para prevenir las agresiones sexuales, el 28,4% se decanta por la educación afectivo-sexual, el 19,5% elige la opción “Facilitar información general sobre qué hacer y a qué lugares acudir en caso de sufrir una agresión sexual” y el 12,1% las “Campañas informativas para identificar los distintos tipos de agresiones sexuales”.
Tatiana Delgado