Es tan excepcional hacer una película (aquí un documental) sobre las consecuencias derivadas del golpe de Estado fascista de julio de 1936, y concretamente sobre el drama humano de decenas de miles de víctimas silenciadas en las cunetas españolas, que, pese a las diferencias de concepto que pudiéramos tener sobre el filme, no lo debemos ignorar. Se trata del resultado de un largo trabajo (más de siete años de investigación) emprendido por la joven cineasta madrileña Almudena Cerracedo y su marido, el norteamericano Robert Bahar, quienes, “cuando en 2010 empezaron a conocerse los temas de los bebes robados”, y sobre todo “a partir de la querella argentina” que investiga los casos de víctimas de la dictadura, decidieron que era “importante contar el legado del franquismo en España”. La pareja de directores empezó filmando “todo el movimiento social” y los primeros pasos de este proceso judicial auspiciado por la jueza argentina María Servini que sirvió para que en España se realizase la primera exhumación de una víctima del franquismo bajo tutela internacional: la de Timoteo Mendieta. Y lo que parecía un proyecto de corta duración se convirtió en 450 horas de rodaje y “seguir muchas, muchas historias”. Al principio se pensó en dos versiones: una internacional y otra española, pero al final una sola ha bastado. “El objetivo era contar la historia desde el punto de vista de las personas. Sus luchas, las de las víctimas y las de los supervivientes, que han decidido buscar justicia y romper el silencio”, defiende Almudena Cerracedo.

Aprender del pasado

Producida por los hermanos Almodovar, Agustín y Pedro, “El silencio de otros”, que ha obtenido el Premio del Público y el de Cine por la Paz en la última edición de la Berlinale, y que aún no tiene fecha para su estreno en España, da la voz a los descendientes de los desaparecidos, a los torturados en la dictadura y a los casos de decenas de miles de niños robados durante medio siglo. Igualmente el reportaje pretende concienciar a los jóvenes menores de 35 años porque, según la realizadora madrileña, “conocen muy poquito de esta situación”. “Fue increíble, la gente aplaudiendo en pie. Tremendo”, comentaba eufórico tras la proyección Francisco Vargas Mendieta, nieto de Timoteo Mendieta, una de las 24 personas que acompañaron al equipo en el escenario del prestigioso festival alemán. Por su parte, Cerracedo, que ya venía precedida del éxito de otro de sus documentales, “Made in L.A.”, sobre la lucha de unas obreras inmigrantes latinas por sus derechos laborales en Los Ángeles, destacaba “la reacción espectacular del público, haciendo preguntas y absolutamente emocionado”. Al tiempo que manifestaba mirar con envidia a Alemania, país que también vivió “un horror con el que ha decidido lidiar de otra manera: con el compromiso de la sociedad alemana de aprender de su pasado”. Ahora se trata también de aprender del nuestro. Abrir las cunetas del franquismo. Derogar la Ley de Amnistía de 1977. Romper nuestro silencio. Y este filme puede ser una buena fórmula para contribuir a ello, precisa José Mª Galante “Chato”, estudiante torturado en las mazmorras de la Brigada Político Social en Madrid.

Rosebud

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