Úrsula Kuczynski, también conocida como: Úrsula Beurton, Ruth Werner, Ruth Beurton o por su nombre en clave Sonja o Sonya nació en Alemania,, el 15 de mayo de 1907.
En 1924 se une a la KJVD (Juventud Comunista alemana) y tras dos años de militancia pasa a las filas del Partido Comunista Alemán en1926 con tan sólo 19 años.
Tras sus estudios de biblioteconomía trabajó para una gran editorial berlinesa de la cual fue despedida por su participación en las manifestaciones del Primero de Mayo, y más tarde en una librería de Nueva York, fue en ese momento cuando creo la Biblioteca de Trabajadores Marxistas la cual dirigió durante los años 1929 y 1930.
Fue al mudarse a China en 1930 cuando comienza su labor de espionaje para la GRU (Dirección de Inteligencia Soviética) poniéndose bajo la dirección de Richard Sorge. Tras este primer contacto con el mundo del espionaje se trasladó a Moscú donde se formó en los aspectos prácticos de la artesanía espía y se convirtió en una gran operaria de radio y conocedora del código Morse, lo cuál la convertirían en pieza clave de muchas operaciones.
Estas habilidades las aplicaría durante su estancia en Suiza entre 1938 y 1940, donde participó en el anillo espía “Lucy”. Los códigos enviados por Sonja a Moscú en esta época aún no han podido ser descifrados.
Tras su estancia en Suiza se mudó a Inglaterra y esta vez sería Úrsula la encargada de establecer y dirigir un anillo de espionaje soviético, a través del cual logró infiltrarse en los exiliados comunistas alemanes, en la Agencia de Inteligencia de los EE. UU. Uno de sus grandes logros fue infiltrar a un gran número de agentes en la “operación Martillo” que trasladaba a los refugiados alemanes de Inglaterra garantizando así una Inteligencia Interna comunista dentro del Tercer Reich.
Una vez retirada del espionaje se dedicó a la escritura, en su gran mayoría cuentos infantiles, escribiendo también sobre su experiencia como espía siendo su obra más famosa “Sonya´s Report´”
Úrsula recibió un gran número de condecoraciones por su trabajo de espionaje, la Orden de la Bandera Roja, una de las condecoraciones más importantes de la Unión Soviética, o la Orden de Karl Marx entre otras distinciones.
Se la considera por muchos historiadores como una de las espías más relevantes de la Unión Soviética, y a día de hoy se intuye que sus actividades fueron mucho más extensas de lo que se llega a intuir y seguramente nunca se sabrá realmente hasta donde alcanzó su trabajo. Sus jefes de la GRU llegaron a comentar que con cinco como ella la guerra se hubiera acabado mucho más rápido, sin embargo, al preguntarle a Úrsula por su gran contribución ella afirma que “simplemente estaba trabajando como mensajero”.
Inés