El pasado 8 de marzo, las y los comunistas salimos al combate desde el feminismo de clase frente al interclasismo y desclasamiento con el que la burguesía trata de hegemonizar esta lucha crucial, pero también, frente a aquellas posturas machistas que en nombre de la clase rechazan el género. Las mujeres soportan opresión patriarcal, y las de clase trabajadora, además de la opresión impuesta por la división sexual del trabajo y el machismo, continúan padeciendo las funestas consecuencias del excelente matrimonio entre el capitalismo y el patriarcado, siguen siendo las grandes protagonistas del desempleo, los contratos a tiempo parcial, las reducciones de jornada para las tareas reproductivas, de las dobles jornadas, las menores pensiones, las agresiones laborales y sexuales, y un largo etcétera que las sitúa en una vulnerabilidad sin igual. Solo el feminismo de clase reúne las herramientas para encabezar la lucha de todas las mujeres y acabar con el capitalismo y el patriarcado.

Diversas organizaciones del Partido, como Alicante o Murcia, además de participar en las manifestaciones y concentraciones que tuvieron lugar en todos los territorios, organizaron jornadas, charlas y debates en los días previos para difundir nuestra propuesta como alternativa al feminismo burgués. También nos gustaría destacar el trabajo llevado a cabo en este frente por la organización de Orihuela como un buen ejemplo del trabajo político realizado entre las masas, que consiguió congregar en las calles de esta ciudad a cientos de mujeres y hombres que asumieron las consignas de nuestra propuesta comunista de feminismo de clase.

Eduardo Vecino

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