No puede una acostumbrarse a esta derecha obtusa, transmutante y sin lustre , ni viendo a Abascal lamentándose del escándalo de una España “socialcomunista” que se les rompe a golpes de hoz y martillo, reivindicando el orgullo gay en el Parlamento o contando los muertos de Paracuellos, ni escuchando a Casado que tiene ganas de callejear por el mundo y no va a regalarle más prórrogas a Sánchez porque él sabe, a ciencia cierta, que para eso tiene un Master, que el Gobierno dispone de muchas leyes, entre ellas la Ley Mordaza, para acelerar la desescalada, ni observando a Arrimadas haciendo el esfuerzo, en su estado de gravidez, de arrimar el hombro para llevar a España por el camino del diálogo y del consenso, ni soportando a Isabel Díaz Ayuso que, subida a nuestras costillas, se encaramó en la Comunidad de Madrid para defender los intereses de España.

La Presidenta de Madrid, que engordó su curriculum convirtiendo a Madrid en el epicentro de la pandemia y con el milagro del Ifema, se ha trazado ahora un objetivo muy claro, salvar la economía aunque sea cargándose al género humano. Según ella, se puede prescindir de la salud pero de la economía no. Ella, aventajada pupila de Cifuentes y Aguirre, dedicó estos años a desvalijar la sanidad pública pero con esa espontaneidad y desparpajo que tienen los descerebrados asegura que la Comunidad de Madrid goza de un sistema de salud fuertote y robusto y para demostrar la eficacia de su gestión quiere pasar de la Fase 0, ya, inmediatamente.

Tal es su obstinación y tan pintorescos sus argumentos, que la Directora de Salud Pública, Yolanda Fuentes, se negó a firmar el informe técnico que justificara el paso a la Fase 1 y presentó la dimisión considerando que no prevalecen los criterios de salud, pero aún así, sin informe, ni dossier, ni documentación, sin nada, Ayuso solicitó al Ejecutivo el cambio de fase y el Gobierno se lo denegó, con buen criterio.

La Presidenta tiene urgencia, señores. La Presidenta nos ha contado, con todo su papo, que ha mantenido muy jugosas reuniones con sectores económicos y que la patronal le ha transmitido que tiene prisa por abrir sus negocietes. Así como lo oyen, la patronal ha expuesto sus lastimeras razones y ha resuelto que la Fase 0 no favorece a sus intereses y va la Ayuso y lo casca.

Sí, señoras, los de los minutos de silencio, los de los crespones negros, los de las corbatas negras, los de la pena negra, los de las lágrimas negras, los de los toros negros, los que se lavan las manos en agua bendita, los de las velas y los padrenuestros , los de la derecha más rancia y más cavernícola no pueden esperar más y entre todos, cada uno con su trasnochado discurso, salen a auxiliar a las élites más poderosas, porque han descubierto que si los trabajadores no curran, a los ricos no les salen las cuentas.

Sin ánimo de establecer comparaciones, la socialdemocracia, por destino natural, gobierna tratando con mucho mimo a los monopolios y a las grandes empresas, privatizan servicios para asignárselos a los negocios de los ricos y reparten algunas migajas sociales cuando hay beneficios, pero hemos de reconocer que han tenido el tino de buscar el asesoramiento de científicos y técnicos para enfrentar esta crisis, pero es que la derecha, en una situación semejante, nos extirparía la misma vida a los trabajadores con tal de darles ganancias a los boyantes burgueses.

Esta derecha salvaje e indecente es para temerla. Esta derecha monstruosa y macarra nos remataría en el suelo y pisotearía nuestra sombra para satisfacer las ansias de riqueza de los explotadores usureros y estafadores. Esta derecha disparatada, de banderas al viento, nunca entendió de derechos, ni de libertades, ni de progresos y siempre acudirá rauda en defensa de las rentas de la oligarquía y despreciará las necesidades de la humanidad. Esta derecha solo entiende de yugos (y flechas) y de opresión.

Telva Mieres

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