La más reciente ha sido en Bélgica, país que registra uno de los mayores índices de mortalidad por coronavirus en Europa. Sucedió en el Hospital Saint-Pierre en el corazón de Bruselas, Hospital donde se atendió el primer caso de coronavirus en Bélgica y el centro de referencia utilizado durante la emergencia sanitaria. Las imágenes se han hecho virales porque retratan a la perfección un sentimiento que se viene repitiendo entre el personal sanitario: la falta de apoyo y las apariciones de las autoridades a los hospitales para la fotografía y las relaciones públicas.

La protesta silenciosa de los sanitarios ante la primera ministra, Sophie Wilmès, tiene varios motivos como los bajos salarios, la falta de personal en momentos críticos y el recorte de presupuesto, pero el detonante ha sido la propuesta gubernamental de recortar gastos contratando personal de todos los ámbitos de la sociedad, no sanitarios, para reforzar plantillas en los hospitales durante la emergencia. De concretarse dicha propuesta, dejaría sin empleo a muchos profesionales de la salud. En medio de la ansiedad y la fatiga de trabajar estos meses para enfrentar la crisis sanitaria, esa propuesta ha sido valorada como un desprecio al trabajo del personal sanitario.

Un enfermero justifica así la protesta "La política nos da la espalda constantemente frente a nuestras llamadas a la ayuda", "Los equipos tienen pocos recursos humanos y las tasas de estrés lo demuestran. Pedimos que nuestro oficio sea revalorizado".

No es la primera protesta, el 15 de mayo personal del Hospital MontLegia CHC en Lieja, realizaron otra contra la gestión de las autoridades.

La crisis del covid 19 está dejando al descubierto que los recortes sanitarios de todos estos años pasan factura en términos de vidas humanas. Silenciosamente en todos los países de la Unión Europea se fue recortando el presupuesto de gasto público en servicios básicos. Por eso no extraña que las protestas del personal que está en primera línea de la pandemia surgen cada día, cuando las deficiencias fruto del desmantelamiento de los servicios públicos de salud son evidentes.

La escasez de recursos y de material para protegerse y atender a las personas contagiadas por coronavirus, es una situación que se ha denunciado también en Francia. Allí, la crisis desatada por la pandemia de coronavirus también ha dejado expuesto el deterioro del sistema de salud como resultado de la actuación de los gobiernos de los últimos treinta años.

Desde el principio de la crisis, se instauró la costumbre de aplaudir al personal sanitario desde las ventanas, cada noche a las 8pm. Sin embargo, el personal sanitario pide menos aplausos y más recursos.

En Toulouse frente al hospital de Purpan el pasado martes un grupo de enfermeros y médicos protestaron para exigir más recursos para los hospitales públicos. “Queremos hacer nuestro trabajo correctamente, y para eso hacen falta recursos del Estado. Sería mejor que la gente, en vez de aplaudir, que vengan a manifestar con nosotros en las calles, para apoyar a los hospitales público”, comentaba una enfermera del hospital (CHU) de Toulouse.

También aquí se han sucedido protestas, el personal sanitario estos meses ha lidiado con la escasez de equipos de protección, con la falta de acceso a pruebas diagnósticas, con la ausencia de refuerzos humanos y con la necesidad de atender una enorme carga burocrática. Se han evidenciado las enormes carencias de la sanidad pública y de que éstas son el resultado de un largo proceso de desmantelamiento.

Sólo desde un servicio público, universal y de calidad puede implementar un enfoque que trate a la salud como un “bien común” fuera de la lógica de la ganancia y de la mercantilización de la salud. # Por la derogación de la Ley 15/97. #Por una sanidad pública al servicio del pueblo trabajador.

Fuente: Redacción UyL

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