Ni cambio de modelo, ni defensa de lo público, ni reducción del gasto militar

Los Presupuestos Generales del Estado 2021 (PGE 2021) han sido presentados por los miembros del gobierno de coalición socialdemócrata como “los presupuestos para la transformación”, con alabanzas a la cuantía de los mismos y a su carácter social. Cambio de modelo productivo, país más ecológico, feministas, cohesión social, etc., son los calificativos de la propaganda oficial.

Unos PGE 2021 de 416 498 millones de euros (esta cifra no incluye operaciones financieras), que significan un incremento del 19.4 % con respecto a los del presente año. Aunque se vende que ello es debido a una importante subida de la presión fiscal sobre las grandes fortunas, el dato esconde que son los fondos europeos extraordinarios los principales responsables del aumento. Este breve artículo solo aspira a realizar una primera valoración.

Se dice: la política sanitaria sube un 75 %. Pero no se dice que esto va de forma casi exclusiva a atender la situación generada por la pandemia, pero no a una recuperación de la sanidad pública; y tampoco a una intervención de los precios de los suministros sanitarios, que se están incrementando de forma especulativa y en algunos casos llega a quintuplicarse. El gobierno sigue dejando barra libre a estas sanguijuelas y con su práctica apoya ese antisocial negocio.

Tres mil millones de euros para el IMV, no ocultan que a día de hoy esta medida del gobierno es un fracaso estrepitoso. En octubre, el Ministro Escrivá reconocía que del objetivo de casi un millón de ayudas necesarias tan solo 90 800 han sido autorizadas. Y se trata sencillamente de comer cada día. Las oficinas de la Seguridad Social están cerradas a cal y canto y ni tan siquiera es posible obtener la documentación necesaria.

Sumando los capítulos de Infraestructuras, Industria, Turismo y Economía Verde, la cantidad es de 30 000 millones de euros que se apropiarán las grandes empresas monopolísticas de estos sectores. Ya los créditos ICO de la primera ola fueron captados mayoritariamente por estas mismas empresas. A las pymes solo llegaron las migajas.

Casi el 7 % de incremento del presupuesto para la llamada Casa Real -que no es otra cosa que un lobby de parásitos- precisamente en el año de la fuga de Juan Carlos a EAU, que debería producir una rebaja de esta partida, pues su hijo declaró solemnemente que este dejaba de percibir su “salario” desde esta “Casa”. Pues no, lo que ocurre es que la estancia del huido en EAU sale más costosa aún. Un gasto, por demás, nada transparente, pues no se informa del uso de esta generosa cantidad.

El aumento del gasto militar es una realidad oculta en diversidad de capítulos, para así tratar de ocultar este escandaloso gasto parasitario. Según las formas de calcular su importe total –capítulo de Defensa exclusivamente, o criterio Delás-, esta subida estaría siempre en un rango superior al 4.5 %. El gobierno continúa con el incremento del gasto militar, siguiendo la disciplina impuesta por la OTAN, con aumentos en la compra de armamento y también en el número de efectivos humanos. Una demostración incontestable de la voluntad de este gobierno de continuar sus intervenciones imperialistas pues, por ahora, este aumento de dotaciones militares no está destinado a la intervención del ejército en el interior del país.

Por tanto, concluyendo, con estos PGE 2021 no hay cambio de modelo productivo, el gobierno sigue en la disciplina de la UE y de la OTAN, no se revierten ni un milímetro las políticas privatizadoras, no se reduce el gasto militar, y las políticas de gasto social no tienen una orientación de recuperación de los sectores del pueblo más golpeados, sino una orientación de amortiguación del conflicto social en ciernes, tratando que con una “ayuda” de 430 euros durante tres meses una familia en paro, sin derecho a desempleo, acepte resignadamente su situación.

Hay muchas razones para organizar la lucha obrera y popular contra estos presupuestos y contra este gobierno.

C. Suárez

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