“Se trata de decir que Berta va a seguir brotando en muchas luchas, en las nuevas generaciones, en las luchas de las mujeres, que es tan urgente y que viene marcando mucha presencia. Eso significa para nosotros la siembra de Berta Cáceres”. Bertha Zúñiga Cáceres.

El 3 de marzo de 2016, el mundo se despertó con la dolorosa noticia, desgraciadamente no sorpresiva, del asesinato la lideresa indígena lenca, luchadora feminista, ecologista y por los derechos humanos, Berta Cáceres Flores.

Fue baleada en su casa de su ciudad natal en La Esperanza, desprotegida por el gobierno de Honduras, que lejos de otorgarle la protección que exigía desde  2009 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por las reiteradas amenazas contra su vida, conspiró y organizó su asesinato, perpetrado por las fuerzas armadas y ordenado por la  oligarquía de su país y las transnacionales.

Nació en1973, hija de Austraberta Flores López, una partera, enfermera y alcaldesa, que se dedicó atender la salud de refugiadas salvadoreñas durante el conflicto armado de ese país. El compromiso de su madre a la que ayudaba desde pequeña la marcó profundamente.

A frente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH),  encabezó la campaña contra el constructor más grande de represas a nivel mundial, la compañía Sinohydro y la Corporación Financiera Internacional, inversora privada del Banco Mundial. Consiguiendo acabar con los planes de edificar una represa hidroeléctrica en el Río Gualcarque, considerado por los indígenas lencas como sagrado y vital para su subsistencia.

Sus luchas contra las concesiones mineras, el uso de los ríos para la construcción de complejos hidroeléctricos, la expropiación de sus territorios,  las carencias en los sistema de salud y agrícola, la desigualdad y violencia contra las mujeres o las bases militares estadounidenses las entendía como una integralidad… La nuestra es una organización indígena de lucha territorial que busca construir un proceso de emancipación tendente a desmontar las múltiples formas de la dominación: el capitalismo, el patriarcado, el racismo.

Una lucha contra los intereses económicos transnacionales y al que solo la unidad de los pueblos podría vencer… Unamos nuestra lucha a la de los otros pueblos de América en el marco del ALBA, la Alianza para los Pueblos de nuestra América que ha puesto sobre la escena una nueva fuerza propositiva y solidaria, que ha alimentado la reflexión internacional de los movimientos. La perspectiva del COPINH no es sólo nacional, sino global, y se alimenta de la solidaridad y de las luchas de los otros pueblos de nuestra América: del venezolano, del cubano, del boliviano, del ecuatoriano, del nicaragüense. Los sentimos vecinos, y esto nos da mucha fuerza para resistir a la criminalización y a la brutalidad a que estamos sometidos...

Fue reconocida póstumamente por el programa de Naciones Unidas para el Medio ambiente y galardonada en 2015 con el Premio Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas medioambientales, su discurso al recogerlo hizo un llamado a la humanidad que no cesa y que nos interpela diariamente… el COPINH, caminando con otros pueblos por su emancipación, ratifica el compromiso de seguir defendiendo el agua, los ríos y nuestros bienes comunes y de la naturaleza, así como nuestros derechos como pueblos.

¡Despertemos! ¡Despertemos Humanidad! Ya no hay tiempo.

Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal... La Madre Tierra militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente los derechos elementales, nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida…

 

Tatiana Delgado Plasencia.

 

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