El 4 de agosto del 2020 una gran deflagración sacude Beirut capital del Líbano al estallar en el puerto de esta ciudad un polvorín que acumulaba 2 750 toneladas de explosivos abandonados sin ningún tipo de medidas de seguridad desde hace más de 10 años. El puerto y los barrios aledaños así como gran parte de la ciudad resultaron devastados. El resultado, 135 muertos y más de 5 000 heridos.

Este hecho se produjo cuando el Líbano se hallaba sumido en una profunda crisis económica. Su moneda nacional devaluada. La administración del Estado corroída por una corrupción generalizada y amplios sectores de la población sumidos en una profunda miseria.

En el último año tras la explosión, el descontento generalizado culminó con grandes movilizaciones de masas de una envergadura jamás conocida en este país. Estas manifestaciones se fueron radicalizando hasta el extremo de producirse varios intentos de asalto al edificio del Parlamento y la Sede del gobierno.

La situación actual del Líbano es la de un polvorín a punto de estallar en una explosión social de consecuencias imprevisibles.

En este contexto el PCL (Partido Comunista Libanés) ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas progresistas del país a encauzar el descontento generalizado existente con el fin de “derrocar el régimen asesino y su sistema político apoyado desde el exterior”, en palabras textuales del llamamiento hecho por el PCL para formar un gobierno soberano e independiente que saque al país del estado de postración en que se haya y construya un nuevo Líbano.

Para entender como se ha llegado a esta situación, una breve descripción del proceso histórico del Líbano desde su independencia del colonialismo francés hasta la actualidad.

Líbano es un mosaico de etnias y religiones tradicionalmente enfrentadas. Destacan los cristianos maronitas que conforman las élites y clases económicamente dominantes privilegiadas por el colonialismo francés. Los árabes musulmanes en sus dos variantes, la sunní y la chiíta que son la población mayoritaria, y finalmente una importante minoría drusa practicante de una religión sincrética.

Líbano tiene una extensión territorial de 10 400 km2 y frontera con Israel y Siria. Para hacernos una idea, la extensión territorial de la comunidad autónoma de Navarra, una de las más pequeñas que componen el actual Estado Español, y una población aproximada de 7 millones den habitantes.

Líbano fue cuna de una de las civilizaciones más prosperas en los albores de la historia de la humanidad : “la civilización Fenicia”. En 1516 fue incorporada al imperio Otomano que se hallaba en el apogeo de su extensión, formando parte del mismo en los cuatro siglos siguientes.

Al término de la guerra imperialista (primera guerra mundial 1914-1918), tras la derrota del imperio Otomano, los territorios que conformaban este fueron repartidos entre las potencias vencedoras. Líbano y Siria pasaron a ser colonias de Francia.

En noviembre de 1941 la potencia colonial declaró la independencia del país, pero esta no se hizo efectiva hasta 1946, cuando las tropas francesas evacuaron el Líbano

Francia impuso una Constitución de carácter confesional que mantuvo las divisiones étnicas y religiosas existentes, con el fin de garantizar su influencia sobre el nuevo país independiente. Así, el Presidente tendría que ser un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán sunnita y el Presidente del Parlamento un Chiíta.

Esto conducirá en 1958 a una guerra civil que enfrentará a los maronitas del Presidente Chamoun con los árabes partidarios del líder egipcio Nasser, defensor de un Estado Pan-árabe unitario.

En 1970 como consecuencia de la expulsión de Jordania de la OLP (Organización de Liberación de Palestina), en el conocido como “Septiembre negro”, más de 200 000 palestinos huyen al Líbano y se refugian en el Líbano en campamentos situados en los arrabales de Beirut.

En 1975 las milicias derechistas de la organización Falange Libanesa atacan los campamentos de refugiados palestinos, estallando una nueva guerra civil que enfrenta una vez más a los cristianos maronitas, apoyados por Israel, contra las milicias árabes libanesas de izquierda, aliadas a los palestinos y drusos que habían formado un frente común.

Beirut quedó dividido en dos. Un año después en 1976, se llega a un acuerdo de armisticio que pone fin a la confrontación y se despliega la F.A.D. (Fuerza árabe de Disuasión) integrada por el Ejército Sirio que se interpone entre los contendientes. Esto no impide que en años posteriores los enfrentamientos se reproduzcan de forma intermitente.

En 1978 Israel invade el sur del Líbano, ocupando 850 km2 de territorio libanés y estableciendo en él un Estado tapón entre ambos países. Al frente de este minusculo Estado títere, Israel pone a un militar cristiano maronita colaboracionista, el General Lahoud.

1982 es un año especialmente tumultuoso y trágico en la historia reciente de Líbano. En junio de este año Israel invade el país y cerca la capital Beirut, poniendo como condición para la retirada la expulsión de la OLP y su dirigente Yaser Arafat que se hallaba refugiado en este país.

El 21 de agosto, más de 6 000 combatientes de la OLP son evacuados en barco por el puerto de Beirut.

El 14 de septiembre muere en atentado el Presidente del país Bashir Gemayel, que a la vez es el líder de las falanges libanesas maronitas. Dos días después las milicias falangistas con el apoyo del ejercito israelí penetra en los campos de refugiados de Sabra y Chatila y cometen un genocidio que conmociona a la opinión pública mundial. Mas de 2 000 refugiados palestinos, ancianos, mujeres y niños son asesinados.

Con la justificación de poner freno a esta situación en un acto de injerencia abierta, desembarcan en Beirut tropas USA, francesas e italianas. Al calor de estos acontecimientos surge en el Libano una organización de resistencia de confesión chiíta que en 1985 adopta el nombre de Hezbolah (Partido de Dios). Hezbolah rápidamente adquiere amplio apoyo entre el pueblo libanés pasando a ser la más importante organización de la resistencia libanesa.

En abril de 1983 un atentado en la embajada de Estados Unidos en Beirut, produce 60 muertes y en octubre del mismo año nuevos atentados producen 260 muertes entre las tropas de ocupación Norteamericanas y 58 entre las francesas, lo que obliga a la retirada del Líbano de los ejércitos de estos países.

El 5 de marzo del año 2 000 bajo la presión de los ataques constantes a los que se veía sometido por parte de Hezbolah , el ejército de Israel se retira del minúsculo Estado Tapón que había constituido en el sur del Líbano y que ocupaba desde hacía 18 años.

A lo largo de los años siguientes Líbano va entrando en una progresiva crisis estructural a todos los niveles que afecta a sectores cada vez más amplios de la población independientemente del origen étnico o religioso.

Tal como se menciona al inicio de este artículo en los últimos tiempos los males que aquejan a la sociedad libanesa han adquirido unas proporciones que hacen prever un inevitable estallido social. En esta coyuntura la posición solidaria de los comunistas ha de ser apoyar el llamamiento del PCL a derrocar el gobierno corrupto al servicio de la minoría dominante.

Juan Manuel Hernandez Legazcue

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