Lo que se está cocinando en el PP está estremeciendo los cimientos de Génova,13, aquel edificio pagado con dinerito “b” que sirvió de esparcimiento a tantos y tan blasonados dirigentes populares.

La victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de la Comunidad de Madrid ha hecho que la Presidenta se pavonee ante el panorama nacional, de un modo tan impúdico, que Casado ha tenido que tirar de Almeida, un hombre de confianza y de gran estatura (política) para frenar las ínfulas de la madrileña y proponer una tercera vía que encarnaría Ana Comins, o sea “ni pa mí ni pa ti”.

Pero Ayuso está emperrada en la Presidencia del Partido de la región, aunque tenga que llevarse por delante a todos los mandamases de la formación facha. Para tan elogiable cometido, Isabel cuenta con la impagable asistencia de Miguel Ángel Rodríguez que hizo su galopada en el campo de las malas intenciones de la mano del repelente José María Aznar.

¡Claro! Una vez el río revuelto, Esperanza Aguirre, que no tiene bastante con Gürtel, Lezo y Púnica, salta al ruedo azuzando a Casado para que se convoque el Congreso, cuanto antes. Ella, que es una mujerona muy influyente y que a M. Rajoy le dio lo suyo, ya avisó con tiempo; no quiere en la dirección del Partido a “chiquilicuatres y niñatos”. Es evidente que Madrid sigue en su empeño de enfrentarse a la dirección nacional.

Isabel lo tiene cristalino, ella lo quiere todo y sabe que quien controle la dirección regional marcará el resultado del Congreso, y a lo tonto y a lo bobo, ya ha adelantado que los mayores éxitos del PP se han cosechado cuando el grupo parlamentario, el Gobierno y el Partido funcionan al unísono.

Pero Casado, que tuvo buenos maestros, no acaba de pronunciarse y la despacha diciendo que todavía faltan muchos meses para la celebración del Congreso y que no lo mareen.

En todo este barrizal anda también Ángel Carromero, que está subiendo como la espuma en el PP y enriquece su currículum con una condena por homicidio imprudente en Cuba, contra dos opositores al gobierno cubano (que dios tenga en gloria).

Las terceras vías nunca fueron muy ventajosas para nadie, pero a Pablo Casado no hay manera de sacarlo de ahí; pretende acoplar al alcalde de Madrid, a la actual Secretaria General y a la enreda de la Ayuso para evitar que “la virgen de Murillo” acumule más poder, pero esta medida no parece tener mucho predicamento entre la militancia de la derecha madrileña y todo apunta a que la Presidenta de la Comunidad dará un golpe de mano que pondrá patas arriba a la actual dirección.

Bueno... y con toda esta bulla, ¿qué hay de nuevo? Que la derecha más rancia y más podrida está congregando fuerzas para hacerse con el liderazgo de los populares. Que Miguel Ángel Rodriguez, que ya fue asesor de Aznar y vimos mucho en las televisiones, está moviendo hilos y marcando el rumbo que debe tomar Ayuso, que avanza con determinación para arrebatarle el programa a VOX y de paso desplazar a Casado de la dirección del partido.

La derecha española, la más cavernícola, la más carca, la más extrema y la más retrógrada nunca se ha ido, sigue custodiando la vigencia de los principios franquistas, apegada a las instituciones y en estos días, Isabel Díaz Ayuso y su cortejo están inmersos en una furibunda batalla por representarla.

Privatización, precarización, individualismo y mucho orgullo nacional, eso es lo que esta derecha reserva a la clase trabajadora. Cuando lo importante es cumplir con las exigencias del capital, nadie mejor que Ayuso para cumplir rigurosamente con el mandato.

Telva Mieres

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