Trabajadoras de cuidados, de varios puntos del estado, están acampadas frente al Ministerio de Trabajo en justa reivindicación de sus derechos. ¿Qué es lo que piden? Pues lo menos que se despacha…tener los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras.

La Plataforma Unitaria de Auxiliares de Ayuda a Domicilio junto con el colectivo Servicio Doméstico Activo (SEDOAC), pretenden durar lo que haga falta en sus acciones hasta revertir la situación que soportan, ante un Ministerio que, consideran, no reconoce sus derechos como trabajadoras en igualdad de condiciones. Reclaman cuestiones fundamentales: evaluación real de los riesgos laborales en su lugar de trabajo, revisión del epígrafe de jubilación, reinternalización del servicio y la cuestión de la regularización de la figura de asistente personal.

Entienden que están siendo expulsadas del ordenamiento jurídico en materia de prevención de riesgos laborales, que están discriminadas ... “Si nosotras que somos trabajadoras por cuenta ajena bajo la dirección de un empresario y, por tanto plenamente integradas en el Estatuto de los Trabajadores padecemos esta situación, las compañeras de trabajo de hogar están directamente fuera por ser su trabajo de carácter especial, no solo están expulsadas de hecho como nosotras, sino también de derecho”,  explica el comunicado conjunto.

Incluso estando contratadas, cada vez son menos en esta situación, las trabajadoras del hogar tienen un régimen especial de la seguridad social que no les reconoce cuestiones tan básicas como la incapacidad laboral transitoria (ILT), prestación por desempleo o convenio colectivo.

Realizan maniobras con pacientes y usuarios durante horas, cuerpos que superan con mucho el peso de sus propios cuerpos, situaciones que sin las garantías necesarias, explican, dañan severamente su salud. Responsabilizan a las instituciones públicas...“nos pasa esto porque la administración con dinero público saca estas subastas con empresas buitre y a nosotras nos dejan en manos de ellos, en el limbo, nos dejan abandonadas”.

Aunque su acción en la calle es durísima, no ha tenido la misma repercusión que otras luchas actuales de la clase obrera. Porque el trabajo de cuidados fundamental para el desarrollo de la vida misma está no sólo desprestigiado sino mal pagado, altamente precarizado, cuando no es directamente en la economía “llamada” sumergida, una forma amable de denominar a la explotación en una de sus máximas expresiones, eso sí que es ilegal y no las personas que se ven obligadas por este sistema y su racista ley de extranjería a viajar, vivir y trabajar "ilegalmente" en cualquier estado capitalista.

Nos preguntamos por qué aún hoy las condiciones de trabajo, sueldo e incluso protección social son tan lamentables, por qué este colectivo de trabajadoras no han sido atendidas por la súper ministra, llevan un año esperando: “…la ministra de trabajo jamás nos recibió, se ha reunido con todo el mundo menos con las trabajadoras del hogar, y eso por qué, ¿porque somos las que cuidamos?, ¿porque no somos empresarias? No lo sabemos, pero realmente el cuidado no está en el centro, y la pregunta que nadie puede respondernos es quiénes cuidan a las que cuidan”.

Por qué no forma parte fundamental de la labor del gobierno y por qué tampoco está entre una de las principales reivindicaciones del movimiento feminista, tan ajetreado últimamente en sus debates sobre el borrado de las mujeres y la igualdad real de género, yo les diré mis por qué.

Porque los derechos de la clase trabajadora y mujeres de extracción obrera, migrante, racializada y socialmente excluidas no les interesa ni al feminismo burgués e institucional, ni a nadie cercano al poder. Cuando hablan de igualdad y del protagonismo de las mujeres en la sociedad y el empoderamiento, hablan  de sus opciones como integrantes de su clase, la burguesa, de blancas con trabajo estable y poder adquisitivo.

Porque las cuotas y el acceso al poder al más alto nivel, la famosa rotura del techo de cristal, es solo para sí mismas y se olvidan de las que cocinan y limpian sus casas, empresas u oficina, curan, bañan, cuidan y atienden a menores y mayores dependientes. Quieren romper el techo de cristal sin mirar sobre quién caen esos cristales.

Y mientras las trabajadoras de cuidados están pasando noches heladas al raso en defensa de sus derechos, lo que se prioriza en redes y foros es una campaña de acoso y derribo a las mujeres trans, que luchan por algo tan básico como que se las considere un ser humano con derechos. Por lo visto vamos a ser borradas por ese hecho, planteamiento que no entiendo por mucho que se expliquen.

Desde el PCPE queremos hablar de las mujeres realmente borradas... migrantes, trabajadoras del campo o el hogar, de la limpieza, obreras manuales, auxiliares de enfermería o atención a la dependencia, etc… las realmente borradas por esta sociedad patriarcal y capitalista con el beneplácito del feminismo burgués.

Traer aquí sus reivindicaciones, su justa lucha y decir que sin su trabajo no sólo la maquinaria de explotación y opresión del capital no sería posible sino que esas ministras, directoras de empresa, profesionales etc. no podrían estar dónde están.

Que nuestro lado no es con las que quieren romper el techo de cristal, es con las que están pisando, chapoteando en el lodo tal como ellas mismas expresan, si hay que borrar a alguien o abolir algo borremos la explotación y la opresión y a sus representantes.

Tatiana Delgado Plasencia.

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