El método de análisis marxista es el materialismo dialéctico, un método que parte de la existencia del mundo material al margen de la conciencia humana, entendiendo todo aquello que ocurre en la realidad, todos sus fenómenos, en su interconexión y en proceso constante de cambio.
La dialéctica presenta una serie de rasgos principales:
- La dialéctica entiende los objetos y fenómenos como elementos vinculados unos a otros, relacionados y condicionados entre sí. Entender esos fenómenos de forma aislada, como departamentos estancos nos dificulta entenderlos. Los fenómenos se ven afectados por su contexto, por todo aquello que lo rodea en el espacio y tiempo. Aplicado al ámbito social, esto supone que entender un movimiento o estructura social es imposible sin estudiar las condiciones en las que ha surgido y desarrollado.
- La dialéctica entiende la realidad en constante cambio y movimiento. No hay fenómenos u objetos inmutables, sino que están en constante transformación. Aplicado a la sociedad, esto nos lleva a entender cualquier régimen social, cualquier idea sobre la forma de organización social como temporal, cambiante y propia de su tiempo, lejos de poder ser entendidas como algo eterno e inmutable. Lo que hoy está en plena vigencia, mañana estará obsoleto y será sustituido por lo nuevo.
- La dialéctica concibe el cambio en los fenómenos y objetos como fruto de la acumulación de pequeños cambios cuantitativos, que tomados en conjunto dan lugar a saltos de calidad, cambios profundos y acelerados que transforman esos fenómenos en algo sustancialmente diferente. En el ámbito social, se dan momentos históricos de transformación acelerada y radical de las sociedades, dando lugar a nuevas formas sociales cualitativamente diferentes: las revoluciones.
- La dialéctica entiende que el proceso de cambio es impulsado por fuerzas contradictorias que conviven internamente en el fenómeno u objeto. La confrontación entre ambas tendencias es lo que impulsa el cambio. Socialmente, entendemos que las sociedades están trufadas de contradicciones, una de las cuales es la fundamental en cada momento histórico (que no la única); el desarrollo de esas contradicciones sociales es lo que entendemos como lucha de clases.
Al contrario que otros filósofos anteriores -especialmente Hegel- Marx y Engels entendieron la dialéctica de un modo materialista, es decir, partiendo de la naturaleza como algo material y tangible, que posee una existencia independiente de nuestro pensamiento. Todo lo existente es materia en movimiento, sometida a constante cambio según las leyes dialécticas. Una realidad material que es cada vez más cognoscible gracias al desarrollo científico y tecnológico, con el criterio de práctica como elemento último de la verdad: en última instancia, contrastar nuestras proposiciones con la propia realidad es lo que nos permite demostrar la veracidad de nuestros postulados teóricos.