Para poner en su justo contexto nuestro título comenzaremos citando a Paul Blackledge: “La concepción de Engels de la dialéctica de la naturaleza abre un espacio desde el que se pueden entender las crisis ecológicas como derivadas del carácter alienado de las relaciones sociales capitalistas”. Y Walter Benjamin en 1940 en los “Paralipomena” de su Tesis sobre filosofía de la historia resalta que “Marx decía que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero quizás sea al contrario. Quizás las revoluciones sean un intento de los pasajeros a bordo del tren (es decir, de la raza humana) para tirar del freno de emergencia”.

En el Anti-Dühring, Engels señala que la clase capitalista era “una clase bajo cuya dirección la sociedad corre hacia el desastre como una locomotora cuya válvula de seguridad está atrancada y el conductor no logra abrir”. Engels defendía que “si el conjunto de la sociedad moderna no ha de perecer debe llevar a cabo una revolución en el modo de producción y distribución”. Al igual que Marx, Engels estaba horrorizado por los “holocaustos victorianos” del colonialismo británico, tales como las hambrunas producidas por la destrucción de la infraestructura ecológica e hidrológica en India y la expropiación y exterminio devastadores infligidos a la ecología y el pueblo irlandés. Para Marx y Engels las fuerzas productivas se refieren a algo más que la simple tecnología. Marx insiste en que el instrumento o fuerza de producción más importante son los propios seres humanos. Así, la expansión de las fuerzas productivas se refiere a la expansión de las habilidades y poderes productivos humanos.

En el análisis de Engels (igual que en el de Marx) la producción nunca se considera como un fin en sí mismo, sino más bien como un medio para la creación de una sociedad más libre e igualitaria, dirigida al proceso de un desarrollo humano sostenible. Como la antropóloga marxista Eleanor Leacock señala, en la Dialéctica de la naturaleza Engels trató de elaborar una base conceptual que permitiera entender la interdependencia completa de las relaciones sociales humanas y las relaciones humanas con la naturaleza.

Y “La situación de la clase obrera en Inglaterra” es original en su poderosa condena al “asesinato social” infligido a la población por el capitalismo en la época de la revolución industrial. De hecho, esta comprensión de las condiciones materiales de la sociedad de clases capitalista, en tanto que medioambientales además de económicas, es evidente en toda la obra de Engels.

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