Érase una vez un reino donde los súbditos lo son por un alzamiento militar, donde el dictador del Ferrol coronó al campechano del 23-F, que reinó malversando, defraudando, robando… mientras el pueblo las pasaba canutas por la explotación y la crisis capitalista. La Francocracia siguió en el poder, diseñó una constitución para los franquistas, los ricos y el rey.

La inviolabilidad que le reconoce el artículo 56.3. de la regia Constitución española al ex-Jefe del Estado Oligárquico-Burgués le protege hasta el punto de que el emérito huido, seguro de sí mismo, ha vuelto; dicen que “para participar en una regatas”, escondiendo con esta visita la normalización de su situación de blanqueo legal de sus delitos que el galimatías de prescripciones y leyes a la carta de sus privilegios le conceden. Mientras tanto, el gobierno más progresiste de la historia de Españe muestra un gran dominio del blanqueo mediático del anti-popular “Régimen del 78”.

Hacer soportar más de 40 años de monarquía parlamentaria emanada de las entrañas del franquismo es una función que cumplen muy bien los lacayos del capital de este ejecutivo y los diferentes gobiernos de corte conservador o progresista, que hemos sufrido la clase obrera desde que Franco dejara “todo atado y bien atado”.

Para ello. el presidente Sánchez encargó en febrero del 2021 a la ex-vicepresidenta Carmen Calvo llevar a cabo un “nuevo marco de actuación más transparente, moderno y actualizado de la monarquía en España”, contando por supuesto con el consentimiento y permiso de Felipe VI.

Garantizar la transparencia mediante un Real Decreto del Consejo de Ministros no es más que una operación de cirugía estética, ya que la fiscalización de las cuentas de la monarquía no pasará por mejor clínica de cirugía plástica, que son “las cortes”. Es decir, no se someterán a debate en el Congreso ni en el Senado, bajo la justificación de que el Parlamento no tiene competencias para controlar las cuentas del Rey. Es decir, estamos asistiendo a una fiscalización privilegiada, ya que el control de las cuentas de la casa real se remitirán al regente, sucesor del designado por El Dictador.

Ni la maestría en el arte del birlibirloque (que según el Centro Virtual Cervantes consiste en estafar con destreza) al anunciar la “necesaria Ley de la Corona”, que serviría para fiscalizar los gastos de la Casa Real, puede ocultar la profunda corrupción de esta institución. Mientras se mantenga la inviolabilidad del monarca y la total impunidad ante los casos de corrupción del emérito, toda disposición de transparencia, disfrazada de buenas intenciones del Rey, son palabras muertas. The New York Times estimaba en el año 2012 en casi 2.000 millones de euros la fortuna de Juan Carlos de Borbón. La cantidad y el origen siguen siendo un secreto de estado.

El pactado Real Decreto con el PP no esconde la desvergüenza de la Fiscalía al cerrar las diligencias sobre la fortuna en el extranjero del rey Juan Carlos. Tampoco resuelve esto el hecho de que Felipe VI salga como beneficiario de una offshore, según noticia publicada en el diario The Telegraph .

La campaña de blanqueo de imagen de esta corrupta institución, mediante el cacareado gesto de transparencia del monarca en los medios de desinformación masiva, es la eficaz maniobra del “gobierno progresista” para preservar los privilegios de la monarquía.

Denunciar el “sí se puede” de Podemos. o el “capitalismo de rostro humano” de IU-PCE. como instrumentos de engaño y traición a los intereses de la clase obrera es imprescindible.

La corrupta monarquía debe responder ante la justicia popular e ir a prisión, no sin antes devolver todo lo robado. SOLO EL PUEBLO ORGANIZADO SALVA AL PUEBLO.Por la República Socialista de carácter confederal.

MY. GO.

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