Nunca en la historia las empresas españolas habían ganado tanto dinero como el pasado año: 64.021 millones de euros. “Aumentan con fuerza los ingresos en todos los negocios”, destacó Ana Botín, presidenta del Santander; “Ha sido un año extraordinario”, subrayó Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol; “Seguimos mejorando nuestra posición competitiva en los principales mercados”, enfatizó el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete....

Por su parte, Pepe Álvarez (UGT) destaca que los salarios se negociarán en el marco del AENC, que las cláusulas de revisión salarial van a ser fundamentales y que el Pacto de Rentas incluye además otras materias, que hay que definir. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha insistido en que un pacto de rentas requiere de un acuerdo salarial, pero que un acuerdo salarial por sí solo no determina un pacto de rentas.

Mientras, las personas con trabajo o con pensión han perdido poder adquisitivo y también se han complicado las condiciones laborales, se ha impuesto el silencio en las empresas como esperanza para mantener el puesto. Sobrevivir en esta jungla ya es todo un reto.

El Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, el 26 de abril presentó una ponencia sobre la necesidad del Pacto de rentas y dice: “La agresión a Ucrania ha exacerbado las tensiones geopolíticas que ya habían contribuido decisivamente con anterioridad al fuerte encarecimiento de las materias primas energéticas —la mayor parte de las cuales importamos del exterior  —“

“Hasta la fecha, la información de la que disponemos sugiere que este reparto de los costes entre empresas y trabajadores se estaría produciendo ya de una forma tácita. En concreto, los aumentos salariales pactados para 2022 en los convenios registrados hasta marzo se situaron en el 2,4 %, incremento que es claramente inferior al registrado recientemente por los precios de consumo. También sería deseable que se evitaran fórmulas de indiciación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguardia”.

¿Qué significa el PACTO DE RENTAS para la clase obrera? El pacto es un entente entre el Gobierno y los agentes sociales que afectaría, teóricamente, tanto el aumento de los salarios como el crecimiento en los márgenes y los beneficios de las empresas.

La primera de las reuniones se celebró el 7 de marzo. Y desde entonces, los medios de comunicación se encargan de trasladar la necesidad de ser responsables en esta época de guerra, como si antes de la guerra el IPC no estuviese disparado, el 2021 sin el actual conflicto bélico acabó con un 6.5%, nos dirán que habrá tiempos mejores, -siempre son malos tiempos para que la clase obrera reclame sus derechos, pero no para el empresariado que, con independencia del Gobierno de turno, llena sus arcas con nuestro dinero y esfuerzo.

El pacto de rentas significa asumir la pérdida de poder adquisitivo, el empobrecimiento de las y los trabajadores, y la miseria para aquellas personas que se ven en la calle fruto de la crisis del capital. Porque el Pacto no puede obligar a reinvertir los beneficios a los empresarios, ni a crear empleo, es decir, ellos más ricos, nosotros más pobres: Eso es el PACTO DE RENTAS.

Como dice el Gobernador del Banco de España y podemos corroborar en la página del Ministerio de Trabajo, el pacto de rentas ya está en la negociación por mucho que se les llene la boca a los sindicatos con una poco creíble movilización. El IPC del 2021 acabó en el 6,5% y en abril estamos en el 8,4% de inflación, con estos datos, no tiene explicación que los convenios firmados por CCOO y UGT en el 2022 se sitúen  en el 2.4 %. Viendo la tabla, y los beneficios empresariales, desde el PCPE solo nos queda decir que el PACTO nos está empobreciendo, (un 11% en dos años) y acabando con la lucha obrera que es y será el motor de avance de nuestra clase. Nada nos han regalado, ni nada nos darán con pactos.

* El incremento del 8,4% es hasta el mes de abril de 2022

Vicente Alcaraz, Secretaria de MOS