Comencemos el recorrido por la guerra de Vietnam, donde el ejército de EEUU no solo luchó criminalmente contra el sufrido Viet Cong en Vietnam del Sur; sino que, sin ninguna declaración de guerra, bombardeó intensamente ciudades, puertos y vías de transporte de Vietnam del Norte, como Hanoi y Haifong. En la guerra contra el Viet Cong usó profusamente las bombas de napalm y un defoliante químico, el agente naranja, que producía graves enfermedades en las personas y contaminó por décadas extensas zonas agrícolas y acuíferos, causando inmenso sufrimiento por generaciones.
En 1983 invadieron la isla caribeña de Granada. En las hemerotecas, aquellos noticieros con ¡un mapa de la península ibérica, señalando Granada! Por cierto, la excusa para esa invasión fue que los granadinos estaban construyendo -con ayuda cubana- un aeropuerto. Según EEUU, este aeropuerto sólo se construía con fines militares y como amenaza. ¡Paradójico que después de la invasión, los propios yanquis tuvieron que terminar dicho aeropuerto porque sí hacía falta para la economía de la isla! Y los únicos cubanos que encontraron los marines no fueron tropas cubanas, sino trabajadores que estaban construyéndolo y que intentaron, con limitadísimas posibilidades, hacer frente a dicha invasión. Excusa para ocupar un país extranjero vulnerando las normas internacionales.
Año 1990: Las tropas iraquíes invaden Kuwait el 3 de agosto de 1990, después de que Sadam Hussein pidiera el pertinente permiso al embajador norteamericano que, con una respuesta ambigua, le hizo creer que lo tenía. Los yanquis tenían la excusa perfecta: el 16 de enero de 1991 una coalición internacional, liderada por los EEUU y con el paraguas de las Naciones Unidas, inició la Guerra del Golfo. Con la capital del país devastada por los bombardeos, Hussein tuvo que enfrentarse a una guerra civil. Los kurdos reclamaron sus derechos y las regiones chiitas del sur se alzaron en armas. Sin embargo, el temor a que la caída del presidente iraquí desestabilizara la zona llevó a los vencedores a no apoyar estos movimientos. Todavía no era el momento de desembarazarse de su peón. En esta guerra se comenzaron a utilizar, para comprobar su efectividad, los proyectiles de cañón y bombas de aviación recubiertas de uranio empobrecido, que afectaron incluso a soldados de la coalición que no estaban protegidos contra sus efectos. Por supuesto, nadie se preocupó de la contaminación radiactiva en la que dejaron vastas extensiones del sur de Irak.
El bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia tuvo lugar desde el 24 de marzo hasta el 11 de junio de 1999. Fue una guerra iniciada unilateralmente por la OTAN sin la autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que según el derecho internacional, dichos bombardeos constituyen por sí solos crímenes de guerra. Si a esto le sumamos que los norteamericanos utilizaron bombas recubiertas por uranio empobrecido, por su mayor capacidad de penetración, nos encontramos con que -nuevamente- EEUU es el único país del mundo en utilizar armamento con componentes radiactivos: ¡no hace falta que nos vayamos a Hiroshima y Nagasaki en 1945! Y nuevamente no se habló para nada de los efectos de dicho uranio sobre la población civil, la contaminación del terreno y las aguas y los efectos sobre las generaciones por nacer. La chapuza jurídica fue lo suficientemente grande como para que la ex-fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, en su libro “La Caza. Yo y los criminales de guerra”, cuestionara la legalidad del ataque.
Nuevamente Irak: invasión entre el 20 de marzo y el 1 de mayo de 2003, que terminó de destruir en la práctica a Irak como país unificado.
Y terminaremos este somero recorrido en Afganistán, conflicto iniciado con la invasión de EEUU, junto con otros satélites, el 7 de octubre de 2001; y que finaliza con la caída de Kabul el 15 de agosto de 2021 y con la retirada total de las tropas estadounidenses el 30 de agosto de ese año. Para los y las de cierta edad, las imágenes televisadas de esa retirada nos trajeron a la memoria la anterior de Saigón en 1975. La falta de un poder central fuerte que controlara la totalidad del territorio y la constante inestabilidad política del país, dificultaron el sometimiento de los grupos tildados por el gobierno norteamericano como terroristas. Y aunque los talibanes fueron sacados del gobierno, siguieron controlando buena parte del país y dieron una permanente batalla contra los invasores. Aunque Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda, fue asesinado por los estadounidenses en 2011 (con una incursión ilegal en Pakistán, no en Afganistán), el conflicto, luego de 10 años, se convertía en una guerra de desgaste; sin ningún resultado claro, por lo que los miembros de la coalición fueron retirando paulatinamente sus tropas.
Marcos