Sin duda alguna el conflicto por el que está atravesando el sector naval de Ferrol va mas allá de las meras reivindicaciones laborales, se trata de algo mas, pues el simbolismo y la significación de los astilleros ocupan un lugar destacado en la lucha de clases en este país, y están ligadas  a la historia del propio movimiento obrero y sindical,además de guardar una estrecha relación con la historia y con el propio desenvolvimiento del movimiento comunista.

Corresponde,pues, hacer hoy un repaso de la extensa historia de los astilleros ferrolanospara situarnos en el presente inmediato de la lucha de los trabajadores  de Navantia.

En los astilleros de Ferrol tuvo lugar la primera huelga durante la dictadura de Franco, la conocida como huelga del aceite, organizada clandestinamente por la célula del PCE en 1946, en esta ocasión la negativa de la mayoría de los trabajadores de hacer uso de la cantina en señal de protesta por las terribles condiciones laborales supusodetenciones y catorce sentencias de muerte. Esta huelga fue sin duda el precedente que dio inicio de todo un movimiento que cristalizaría con la eclosiónde las huelgas políticas del 72, en las que ocuparon un lugar relevante las primeras comisiones obreras con una fuerte implantación en los astilleros.

Después vinieron los tiempos de los gobiernos socialdemócratas,  la integración en la Unión Europea y en la OTAN, y la subordinación frente a las políticas dirigidas por los monopolios capitalistas y sometidas a los intereses del bloque imperialista dominante, vinieron las reconversiones, los vetos, los planes industriales, las prejubilaciones, etc.

Todo esto fue posible, en gran medida, gracias a la política reformista desarrollada durante décadas, que llevó a la clase obrera a una situación de desarme ideológicoy al abandono de las posiciones propias del sindicalismo de clase,sustituidas por una política entreguista fundada en el llamado pacto social.

¿Cuál es hoy realmente el problema? La carga de trabajo inmediata, los diques flotantes o el famoso flotel, que de por sí no podrían garantizar una carga de trabajo prolongada y no supondrían más que un parche temporal. ¿O realmente lo que está en juego es el propio futuro del astillero y el carácter público del mismo?

La mala gestión de la dirección de Navantia  no es casual, los medios al servicio del capital y de los monopolios llevan años bombardeándonos  con argumentos tendentes a mostrar la gestión de las empresas públicas como ineficaz, frente a la gestión privada que eleva siempre sus beneficios como excusa para privatizar las mismas, cuando en realidad los responsables directos de esa ineficacia son los mismos que hoy le piden a la clase obrera que se apriete el cinturón, los que se han hecho inmensamente ricos gracias a la privatización de las empresas públicas como Telefónica o como Repsol, (que siguiendo la lógica capitalista del máximo beneficio encarga la construcción de buques, no a Navantia, como podría parecer lógico sino a astilleros “más competitivos”) .

Es necesario romper el discurso ciudadanista e interclasista, las soluciones tienen que ponerlas los trabajadores de Navantia y el conjunto de la clase obrera de Ferrol,las armas para el combate, las mismas que en el 72, la huelga política y la movilización sostenida,  porque las soluciones hoy para el naval son imposibles sin plantear una lucha por objetivos políticos, por la defensa del carácter público de Navantia y por un programa estratégico de construcción naval enfocado a cubrir las necesidades obreras y populares y no a favorecer los intereses de los monopolios capitalistas ávidos de beneficios.

Es necesario recuperar una posición de fuerza, unir al conjunto de los trabajadores en torno a una plataforma reivindicativa, discutida y aprobada por las asambleas, y que refleje los intereses reales del conjunto de trabajadores por encima de las distintas estrategias sindicales incapaces por sí mismas de unificar al conjunto de la plantilla.

Hay, en definitiva, que dar la batalla de la misma manera que la dieron las generaciones pasadas. El camino sigue siendo hoy el mismo; quiien no arriesga no puede ganar.

F.A.D. 

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