La IV Comisión de las Naciones Unidas es la encargada, en este organismo internacional, de hacer el seguimiento de los distintos procesos de descolonización.

Auténtica vergüenza es la que tuvo que pasar el representante del Gobierno español en las sesiones celebradas en los primeros días de octubre donde, entre otros, se veía la cuestión del proceso de descolonización del Sáhara Occidental.

Cuando le tocó el turno de intervención al representante de Pedro Sánchez éste balbuceó una especie de “nooo..”. La presidencia de la Comisión, con incredulidad ante lo que parecía entender, preguntó: “¿En inglés o español?”, respuesta: “No…, no, que no voy a intervenir”

Estaba presente, en esa reunión anual, una Delegación canaria compuesta por treinta y dos personas, que se habían inscrito para intervenir, cada una de ellas con tres minutos de tiempo, defendiendo las tesis del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

La Comisión contaba, como de costumbre, con la presencia de una diversidad de países, que asistían con asombro a la grotesca escena. Entre otros, argentinos e ingleses debatían sobre el caso de las Malvinas, y a España sí le salió la voz cuando tocó el tema del Peñón de Gibraltar.

La delegación canaria -en la que estaba prevista la presencia del PCPE que imprevistos de última hora frustraron-, era expresión del importante movimiento de solidaridad desarrollado en el archipiélago en los últimos meses, con la constitución de una plataforma unitaria de diversas fuerzas políticas, en la que también participaban miembros de la importante población saharaui residente.

El cabreo de la delegación diplomática española en Naciones Unidas era de tal envergadura que cuando la delegación canaria solicitó una entrevista con la misma, en lo que es un habitual acto de cortesía, ni tan siquiera dieron respuesta, demostrando su incapacidad para encajar tan humillante derrota en esta confrontación.

La decisión de la IV Comisión, al final de las sesiones, fue un pronunciamiento claro y unánime por el derecho a la libre autodeterminación del pueblo saharaui.

Golpe directo a la línea de flotación de Pedro Sánchez y de la dictadura marroquí.

Hay que decir que Marruecos sólo consiguió que uno de sus lacayos en las islas fuera a defender sus tesis expansionistas y coloniales. Rafael Esparza, quien en una patética y atropellada intervención no tuvo el coraje suficiente para enfrentar su traicionera soledad en el apoyo a la dictadura marroquí.

Esta campaña de apoyo al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, desarrollada en el Archipiélago Canario desde el mes de junio, tuvo su colofón en un gran concierto celebrado el sábado día 15 de octubre en una Sala del Auditorio Alfredo Kraus, con la participación de artistas, poetas y profesionales de medios de comunicación de las islas, que constituyó una extraordinaria actividad política difícil de ver en estos últimos años, con un lleno total y un ambiente de enorme entusiasmo, donde la intervención del PCPC recibió una acogida entusiasta.

La lucha sigue, y ahora toca entrar en una nueva fase de este frente de la solidaridad, que en Canarias tiene unas coordenadas políticas especiales. Un tema que toca directamente con la cuestión de las migraciones desde el continente y con la propuesta de Estatuto de Neutralidad para el archipiélago.

Pedro Sánchez tiene una piedra en el zapato en Canarias, y más su Ministro de colonias, el traidor Albares. Las islas no son territorio pacífico frente a la traición del Presidente del Gobierno, la disposición a luchar para evitar el engaño y la venta del archipiélago le supone un importante escollo al gobierno de P. Sánchez en su sometimiento a la dictadura yanki, y también a la UE.

Que se amarre los machos, lo necesitará.

Juan García Corredera

uyl_logo40a.png