Si tuviéramos que analizar la posición política que el parlamentarismo español está asumiendo en los últimos tiempos, con respecto al papel de la OTAN, las últimas incorporaciones a tan “magna institución” o la asignación de recursos y su relación con el conflicto con Rusia, concluiríamos, para ser breves y certeros, que hay dos posiciones. Quienes apoyan a la OTAN a las claras y quienes la apoyan a las oscuras. 

Por un lado están aquellos grupos o partidos políticos que mantienen un acercamiento mayor a la “institución bélica”, que se corresponden con la rama más derechizada del parlamento español. Para todas las cuestiones, mostraron un respaldando sin fisuras a la Alianza Atlántica.  

Es curioso, cómo el Partido Popular y, particularmente, Vox, al margen de votaciones puntuales tácticas, hacen patria de una alianza militar que realmente somete la soberanía económica, territorial y militar, a intereses ajenos a España. Esa España grande y libre, que aclaman vehementes, empequeñecida por los gastos militares, tributos obligados al yankee y tan libre como lo puede ser un Estado ocupado militarmente por otro. Actualmente en España hay dos bases militares, en Morón de la Frontera, Sevilla, y en Rota, Cádiz, con cerca de 8 mil militares estadounidenses. Pero esto no es una invasión. 

También el PSOE ha hecho un esfuerzo supremo para entrar en este selecto grupo de entusiastas otaneros. Desde la traición del referéndum hasta hoy, con el apoyo de Unidas-Podemos, sin los cuales no hubiera sido posible esta legislatura. El PSOE es por mérito propio, el principal artífice de la sumisión del Estado Español a los intereses del eje anglosajón . 

Tanto PSOE como PP han demostrado con creces ser eso que se viene en llamar “partidos de estado”, que realmente significa que toman las decisiones correctas para salvaguardar los intereses del perro que les da de comer y poner todos los recursos del Estado a su servicio.

Por otro lado, estaría por dilucidar (ardua tarea) el papel no tan claro ni transparente de Unidas-Podemos y analizar la bicefalia esquizofrénica a la que nos somete habitualmente. Para estas cuestiones, no parece tan terco el “sí es sí” que con tanto fervor defienden en otras lides, que sin dejar de ser importantes, no son centrales para el avance en la emancipación social de las garras del capitalismo, en esta fase autodestructiva en la que se encamina.

Por ejemplo, El Congreso, en septiembre de 2022 avaló la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN con la abstención de Podemos y el 'no' de IU, salvo la abstención de Alberto Garzón. Otro que demuestra responsabilidad de estado… 

Pablo Echenique,  portavoz del grupo en el Congreso, justificó la decisión por la oposición a la Alianza Atlántica y a la vez el respeto a la soberanía de ambos países nórdicos, que han solicitado su ingreso como medida de protección frente a Rusia tras la guerra en Ucrania. ¡Acabáramos! Así se puede comprender y aceptar cualquier decisión, siempre que esté avalada, soberanamente por una nación. Cabría hasta el nazismo… como parece que es el caso.

Pero claro, estos son los mismos chicos y chicas que respecto al conflicto de Ucrania manifiestan que “el uso de las amenazas o la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado supone una grave violación del derecho internacional y de la carta fundacional de Naciones Unidas.”, pero se refiere a Rusia, no a la OTAN. He aquí, una clara posición “ni-ni”: ni condenan el papel ofensivo y criminal de la OTAN, ni lo harán nunca. 

Qué se puede esperar de quienes tras la intervención en el Congreso de Zelenski declararon: “Hoy hemos reafirmado ante Ucrania nuestro compromiso con los Derechos Humanos y la necesidad de juzgar todos los crímenes de lesa humanidad. Zelenski ha recordado algo que la derecha quiere mantener enterrado: la democracia española fue sepultada bajo las bombas de Guernika.” 

Kike Parra

uyl_logo40a.png