Las elecciones del 2019 llegaron tras las importantes movilizaciones del movimiento feminista por lo que los programas se llenaron de las propuestas que están en el debate en la calle, la agenda política la imponía el feminismo y los partidos tenían que darles respuesta. Unos, los autodenominados feministas, las dieron a favor y otros obviamente, los reaccionarios de viejo y nuevo pelo frontalmente en contra, ha llovido poco desde allí, la sequía producida por el cambio climático es atroz, y llegadas al 2023 nos toca votar y analizar qué se ha hecho de lo prometido y cómo por la desmovilización del movimiento feminista y su instrumentalización desde las instituciones, el neomachismo ha logrado avanzar en su agenda política, y aunque los discursos y programas actuales estén de medidas a favor de la igualdad de derechos, salvo el de VOX claro, debemos analizar qué ha pasado en estos 4 años de gobierno socialdemócrata y si la agenda feminista en pro de las mujeres ha avanzado o lo que hemos perdido en el camino.

Desde el gobierno de PSOE y Unidas Podemos se defendió en un inicio propuestas de reformas básicas, con el apoyo de los partidos del pacto de la investidura, por un lado, la supresión del delito de abuso sexual para evitar nuevas sentencias como la de la Manada y reforma del Código Penal para garantizar que la falta de consentimiento explícito de la víctima será clave en los delitos sexuales, la ley del  sólo sí es sí y por otro lado que se amplíe el concepto de violencia machista más allá del ámbito de la pareja o la ex pareja. Ambos propósitos han quedado mermados e incumplidos.

La gestación subrogada y la prostitución también estaban sobre la mesa, en ambos casos se proponían su ilegalidad, pero la posible abolición de la prostitución queda vacía de contenido al no estar acompañada de un plan integral y los vientres de alquiler, ilegales actualmente, se les está dando un blanqueo mediático e ideológico para que se legalicen en el estado español.

Las medidas contra la brecha salarial, la defensa de los derechos de las trabajadoras del hogar, la necesidad de cambiar las medidas de conciliación, la inversión pública en enseñanza de 0 a 3 años y dependencia, o la jornada laboral a 34 horas semanales, o se han quedado a medias o todavía a pesar de renovar la legislación falta mucho tiempo y presupuesto para que se implanten realmente.

Así que este próximo 28 de mayo tendrán lugar las elecciones autonómicas y municipales y aunque la campaña electoral no comienza oficialmente hasta el 12 de mayo a las 00:00 h, llevamos meses escuchando los cantos de sirenas a los candidatos y las candidatas sobre los múltiples y diversos temas que ya habían hablado hace 4 años, antes de gobernar u hacer oposición según el caso. Y algunas propuestas son calcadas del 2019, como las acciones que llevarán a cabo para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, acabar con la violencia machista y la brecha salarial, mejorar las pensiones de las mujeres y un largo etcétera, el tiempo pasa las promesas permanecen.

Estamos otra vez de campaña, este año será larga, hasta diciembre, y con un movimiento feminista dividido gracias a las artimañas del feminismo burgués se está ninguneando la esencia del pensamiento y acción feminista, que no queremos cambios estéticos y reformas parciales, no nos son suficientes, porque un feminismo que no luche contra la explotación de clase, la opresión de género y la discriminación racial no es feminismo.

Desde el PCPE, como feministas de clase, consideramos que los derechos de las mujeres y la igualdad de género no solo son derechos humanos fundamentales, que deben ser defendidos por mujeres y hombres por igual, sino que son el primer paso para promover el desarrollo social y económico y reducir la pobreza, así como un pilar necesario para un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Para lograr la igualdad plena necesitamos crear planes integrales de igualdad para eliminar las desigualdades por razón de sexo, identidad de género, identidad sexual, condición social, religión, etnia, etc., para acabar con la violencia machista, para acabar con la trata de mujeres, niñas y niños, y estos planes deben estar fundamentados en la realidad, por lo que para su creación y desarrollo es indispensable la participación de las mujeres, de la clase trabajadora, que decidamos queremos cambiar esta sociedad injusta, que nos explota, discrimina, oprime y violenta, debatiéndose en los barrios, las asociaciones de vecinales, las asociaciones de mujeres, los centros de trabajo.

Las políticas que establecen los partidos del sistema, los partidos socialdemócratas, ya lo hemos visto, son políticas antiobreras, y nos imponen una serie de debates vacíos de contenido que no llevan a ninguna parte, o suponen un retroceso. El Partido Comunista de los Pueblos de España pone en el centro la lucha de clases y la lucha contra la opresión como dos ejes indisolubles, de su práctica política, y para ello el PCPE sale a la calle a organizar al pueblo, a hacerlo protagonista de su futuro, por eso, las mujeres trabajadoras, tenemos que reflexionar sobre el futuro que queremos y organizarnos en nuestro día a día consiguiendo que cada lucha sea una victoria, ese es el verdadero poder del pueblo y ejercer el voto al PCPE es una acción más de este proceso.

Secretaría Feminista

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