La clase obrera se organiza y se defiende con las organizaciones sindicales, son ellas las que negocian los Convenios Colectivos, pero cuando más alejado se esté del centro de trabajo, más probabilidades tenemos que los sindicatos institucionales dejen tiradas las expectativas de las plantillas a la primera de cambio. Últimamente están muy acostumbrados a entender muy pronto la postura de la patronal y asumir que este no es el momento de pedir, sino de rogar.
En Alicante tenemos algunos ejemplos que nos hacen comprender el desapego de las y los trabajadores con los sindicatos institucionalizados.
1.- Convenio de Limpieza de Edificios y Locales. Se firma con una vigencia desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2023 y una subida salarial total del 12.08 %. En las asambleas fueron vitoreados. Sin embargo, cuando llegó la primera nómina, las trabajadoras, que en su mayoría son a tiempo parcial, habían perdido 51 euros en sus nóminas al eliminar el plus transporte.
2.- Convenio de Limpieza de los centros dependientes de la Consellería de Sanidad. En este Convenio la subida que se planteaba era del 0 % para el 2021 y del 1 % para el 2022 y 2023. Las asambleas de manera abrumadora deciden no firmar, incluso donde están las delegadas de los dos sindicatos. Sin embargo, estos decidieron hacer una consulta por WhatsApp y, para sorpresa de todas, el resultado es SÍ a la firma. Si no lo hubiésemos visto, si no hubiésemos estado en las asambleas, no nos lo creeríamos.
3.- Convenio de Viajeros por carretera. Los sindicatos institucionales llevan años firmando lo que les ponen a cambio de delegadas y delegados, pero lo cierto es que los trabajadores se siguen afiliando al sindicato del patrón, que algunas veces incluso va en las listas, si no él, alguien de su familia. Este año parecía que la cosa tomaba otro giro más interesante. Los trabajadores dijeron en las asambleas que fuesen estas quienes decidieran, que ya estaba bien de firmar al margen de los afectados, y se creó un grupo para poder participar con más de 400 conductoras y conductores. El objetivo era recuperar algunas de las barbaridades que se habían ido firmando y que obligaban al trabajador a realizar jornadas draconianas.
Las asambleas marcaron unos mínimos: que solo se pueda partir la jornada una vez y un máximo de 2 horas; pago íntegro de la jornada, desde su inicio hasta su final y una jornada laboral máxima de 12 horas con 12 de descanso y garantizar el IPC. La patronal no aceptó y se convocó huelga. El día del Tribunal desconvocaron la huelga por la buena predisposición de la patronal. No obstante, esa buena disposición no se tradujo en nada. La huelga estaba convocada para el 2 de mayo. Se realizó una encuesta (estos sindicatos no hacen asambleas y no dejan que otros puedan hacerlas) entre los afiliados del grupo de WhatsApp. Los resultados fueron aplastantes, más de 95 % a favor de la huelga. En ese momento, empezaron a entrar nuevos miembros al grupo, más de 150 que votaban por el acuerdo. Aún así, ganó la huelga.
UGT firmó el acuerdo perdiendo poder adquisitivo y no recuperando los cortes de jornada, lo hicieron, según sus palabras, por responsabilidad, y CC. OO., pudiendo mantener la convocatoria de huelga, no lo hizo, por oportunismo. No firmó, porque no hacía falta, con UGT, la patronal tenía convenio y desconvocatoria, así pueden criticar sin movilizar.
Tres ejemplos, en tres convenios distintos, donde los sindicatos institucionales firman al margen de lo que les dicen sus afiliadas y afiliados. El sindicalismo es absolutamente necesario, pero el pegado a la base, el que decide en las empresas; cuando más alto está el que firma, menos representa los intereses de nuestra clase. El PCPE apuesta por que la clase obrera esté afiliada a sindicatos de clase y combativos, no podemos seguir manteniendo estructuras caducas que nos van quitando derechos por la paz social.
Vicente Alcaraz
Comision de MOS