ÚLTIMOS EDITORIALES

Llegada la hora de redactar el Editorial del UyL de los meses de verano, se hace inevitable hacerla  con una cierta dosis de resumen o revisión de los acontecimientos ocurridos durante el curso político que iniciamos el septiembre de 2022.

Un repaso que mira atrás para situar la necesaria comprensión de los principales elementos determinantes del futuro inmediato y a la vez, ayudar a perfilar con mayor detalle las referencias del proyecto estratégico que defendemos.

Pero también una evaluación del trabajo del Partido que, no solo sitúe las necesidades básicas de la construcción partidaria1, sino que defina de forma meridiana el porqué del compromiso del PCPE con el propósito de levantar referentes organizativos unitarios fundamentados en acuerdos políticos concretos. Una tarea compartida con otras organizaciones, pero fundamentalmente con compañeros y compañeras sin filiación partidaria, dirigida a hacer del Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS), de las diversas patas sobre las que debe articularse2, una realidad concreta en construcción a la que poder referenciarse los diversos colectivos de base del movimiento obrero y popular, que se sitúan en análisis y posiciones de clase.

Un propósito que de la mano de las organizaciones hermanas con las que compartimos el espacio político del Encuentro Internacionalista, también da los primeros pasos para, de forma colectiva, concretar en una iniciativa política común, el propósito de avanzar hacia la concreción histórica del paradigma de Estado Socialista,  que el desarrollo de la lucha de clases y el efectivo respeto al derecho a la autodeterminación de los pueblos en su sentido leninista (independencia), acabe definiendo.

LA CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO ES UNA REALIDAD

 Y lo es por su carácter estructural, lo que hace que afecte a la totalidad de la sociedad, generando una profunda crisis de dominación que se expresa en innegables mayores cotas de explotación y violencia.

Hoy el capitalismo desarrolla la lucha de clase como un complejo ejercicio de guerra multidimensional en el que, además de la constante desvalorización de la fuerza de trabajo que requiere para mantener sus beneficios, el recurso a la guerra se convierte en una necesidad para sostener la arquitectura de su hegemonía económica, social y cultural.

Frente a ello, y aunque es necesario destacar que todavía en un marco de supremacía absoluta de relaciones capitalistas, se abre paso una nueva realidad internacional multipolar que, determinada por la pujanza económica y diplomática de China y la dirección política del PCCh, orilla la dominación absoluta del imperialismo occidental norteamericano y de sus aliados nucleados en torno a la OTAN.

Sin duda, un nuevo escenario para el desarrollo de la lucha de clases que sitúa nuevos retos y oportunidades que no es posible desaprovechar. Una realidad diferente que, para convertirse en un factor real de emancipación social y soberanía de los pueblos, requiere la intervención decisiva del movimiento comunista. Una situación cambiante, que exige analizar dialécticamente su evolución bajo el criterio exclusivo de los intereses globales del proletariado mundial, y hacerlo conforme a un complejo ejercicio táctico de definición de alianzas diversas que ayuden al propósito estratégico del poder obrero.

Un reto difícil, con multitud de aspectos que atender, pero del que resulta imposible ausentarse o hacerlo de forma prejuzgada y/o antidialéctica, sin incurrir en traición.

Esa misma crisis general del capitalismo, al que ya no le vale el recurso de la monetarización y la deuda para sobrevivir manteniendo una imagen de normalidad, es la que también en España, marca la agenda del creciente empobrecimiento de la clase trabajadora y el progresivo desmantelamiento de los servicios sociales, incluido el sistema público de pensiones.

Un ataque sistemático a todas las conquistas laborales y sociales que avanza bajo el criterio del mal menor impuesto por las políticas de conciliación de clase y pacto social. Una realidad que exige un cambio de tendencia que recupere la iniciativa mediante un trabajo concreto de acumulación de fuerzas, fundamentado en el creciente papel de las asambleas obreras y populares.

Un proceso que requiere orillar de la toma de decisiones a quienes, en nombre de los trabajadores y trabajadoras, les usurpan su soberanía y la institucionalizan. Dirigentes vecinales cooptados, burócratas sindicales, políticos reformistas… aliados indispensables de la Patronal para mantener la paz social, forman parte de la lista de enemigos a batir en el cuerpo a cuerpo irreconciliable entre el Capital y el Trabajo.

Igual que en Francia, el gran objetivo por el que trabajar en lo concreto, incidiendo en la realidad material de nuestra clase, sin aceptar bajo ningún concepto ni un paso atrás más, es recuperar la movilización de masas; fundamentalmente la de la clase obrera y el uso de la huelga como herramienta prioritaria de la lucha obrera.

Sumar, el proyecto liderado por Yolanda Díaz en el que, más allá de una suma de liderazgos, lo colectivo y lo orgánico ya no existe, culmina el proceso de liquidación del PCE iniciado por Santiago Carrillo y transforma el espacio político que sucede al esperpento postmoderno de Podemos, en una casa común del reformismo, absolutamente subsumida al PSOE.

Como parte de la institucionalidad que se somete a los intereses del Capital, es parte del problema y no de la solución. La gestión de los casi cuatro años de Gobierno de Coalición PSOE/UP, no dejan lugar a duda (reformas laborales, ley mordaza, Sáhara, gasto militar, bases  militares yankis, guerra de la OTAN en Ucrania, deterioro servicios sociales, cada vez más barreras para acceder a los servicios de administración pública…). Con un discurso ajeno a cualquier contenido de clase y repleto de todo tipo de significantes vacíos sometidos a la consideración última de la razón de Estado, ya sólo pueden engañar a quienes situando tan bajo su percentil político e ideológico, únicamente conciben vivir sometidos a la gestión “menos” mala del capital.

¿Y LA ALTERNATIVA?

El Socialismo, la única vía posible de articular una alternativa real al Capitalismo.  Poder burgués vs. poder obrero, en un momento histórico donde por el nivel de decadencia que muestra el capitalismo senil en su última fase de desarrollo imperialista, ya no tiene nada positivo, ningún aspecto de avance social o democrático, que ofrecer a la Humanidad.

La urgencia histórica y la consigna del momento no puede ser otra que el Socialismo.

Un Socialismo que no vendrá solo, que necesita del Partido Comunista que, en un creciente ejercicio de capacidad de dirección política, sea capaz de transmitir la ideología socialista a unas masas conscientes de su responsabilidad histórica como sujeto político de la Revolución. Pueblo organizado en las estructuras soberanas del Frente Obrero y Popular por el Socialismo para iniciar la contraofensiva revolucionaria que derrote al Poder Burgués.

La crisis existe, las condiciones objetivas son evidentes de la mano de la pobreza y el deterioro social y civilizatorio que nos envuelve; la responsabilidad que nos corresponde como revolucionarios y revolucionarias es aprovechar la ocasión, transformar la subjetividad de las masas y convertir cualquier estallido social en una crisis revolucionaria.

En esa tarea siempre estará el PCPE.

 

1 Trabajo celular regular y efectivo, ejercicio práctico de dirección política de los comités intermedios y del CC, trabajo de masas, formación política e ideológica y conformación del Aparato Central necesario en cada momento.

2 Con absoluta prioridad en el movimiento obrero, antiimperialismo, feminismo, defensa del medio ambiente.

 

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