El KKE desde el primer momento condenó la intervención imperialista de EE.UU., de la OTAN y de la UE en Ucrania y el golpe de estado llevado a cabo por las fuerzas reaccionarias, con la participación de los nazis, que crea grandes peligros para el pueblo ucraniano. La actitud de estas fuerzas y su crítica respecto a los acontecimientos en Ucrania y el referéndum en Crimea, son un monumento a la hipocresía.

Son las mismas fuerzas que jugaron un papel principal en el desmembramiento de Yugoslavia, en la secesión de Kosovo, en las intervenciones imperialistas en Irak, Afganistán, Libia, en la organización de golpes de estado contra gobiernos que no eran de su agrado. Lo mismo intentaron hacer en Siria y ahora en Ucrania.

Teniendo como criterio el interés de los pueblos, consideramos que la incorporación de Crimea en Rusia no confronta eficazmente esta intervención, ni solucionará esencialmente ninguno de los verdaderos problemas del pueblo de Crimea, ni significará una normalización de la situación o una solución de largo plazo de paz y cooperación con los pueblos de la región con prosperidad y progreso. Tanto en Rusia como en Ucrania, la mayoría del pueblo está sufriendo puesto que vive en las condiciones de barbarie capitalista que produjo el derrocamiento contrarrevolucionario en 1991.

Entendemos que el pueblo de Crimea, que en gran parte es de nacionalidad rusa y tártara, se preocupa por la ocupación del poder gubernamental por las fuerzas nacionalistas y fascistas, que una de sus primeras actividades enfocó contra las minorías y los comunistas, con la abolición de la ley por las “lenguas regionales” y la destrucción de los monumentos antifascistas. Sin embargo, la secesión de Crimea de Ucrania y su incorporación a Rusia no solucionan el problema del cambio de la correlación de fuerzas a expensas de las fuerzas reaccionarias y fascistas.

Sería diferente si Rusia fuese un país socialista y el pueblo de Crimea tomase su decisión y pidiese su adhesión a una unión socialista junto con Rusia, tal como sucedió con la incorporación de países a la URSS.

La secesión de Crimea y su incorporación a Rusia fortalecerán aún más la corriente nacionalista tanto en Ucrania como en Rusia. Atraparán a millones de trabajadores en una confrontación en base a la nacionalidad, ocultando las verdaderas causas del conflicto así como la única solución alternativa para los pueblos que es un diferente camino de desarrollo, el socialismo.

Además, existe el peligro que “abra el odre de Eolo” en otras regiones también, particularmente en los Balcanes, que podría llevar a la incorporación de otras regiones p.ej. la incorporación de Kosovo en la llamada “Gran Albania” que está ligada con las anexiones de territorios de países vecinos. Además, hay ejemplos como el desmembramiento de Yugoslavia que en el nombre de la autodeterminación de los pueblos, allanó el camino para el cambio de fronteras.

Los acontecimientos confirman la superioridad del socialismo en el tratamiento de problemas respectivos. Todos los cambios administrativos en Crimea, a partir de 1921 cuando fue proclamada república autónoma, en el marco de la URSS, hasta su incorporación administrativa en Ucrania en la década de 1950, se produjeron sin problemas y de manera pacífica, porque predominaban las relaciones de producción socialistas y, en consecuencia, el criterio fue el interés de la clase obrera y del pueblo.

El pueblo de Crimea, el pueblo ucraniano, el pueblo ruso tienen memoria histórica y experiencias positivas de los años del socialismo, que no se han borrado a pesar de que han pasado más de 20 años del derrocamiento. El pueblo de Crimea tiene intensos recuerdos de la lucha antifascista del pueblo soviético, que escribió páginas históricas en Sebastopol. El hecho de que en varias regiones los que piden la unión con Rusia manifiestan con banderas rojas, entre otras cosas, expresa una memoria o una expectativa, a pesar de que tal expectativa no es realista en las condiciones y los desarrollos actuales. Porque hoy día Rusia es un país capitalista que está en antagonismo con los demás centros imperialistas y su pueblo está sufriendo.

La experiencia histórica enseña que en condiciones de socialismo, los pueblos y las nacionalidades en la URSS vivían fraternalmente y progresaban con paz, mientras que hoy se disemina el veneno nacionalista-divisorio. Este es el camino que deben seguir hoy los pueblos, todos los pueblos.”


Texto extraído de solidnet.org

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