
Una pregunta seria por la crisis educativa mundial del capitalismo que padecemos, no puede responderse con superficialidades ni con cifras frías tomadas de organismos internacionales que, a menudo, son parte del problema. No basta sólo con contabilizar alumnos matriculados, los índices de deserción, las tasas de alfabetización funcional ni los presupuestos asignados a las universidades. Esa crisis, tal como es, debe entenderse en toda su densidad histórica, política, económica, semiótica y filosófica. Debe pensarse desde las raíces estructurales burguesas que hacen de la educación un campo mercenario de disputa, y no únicamente desde las estadísticas que recubren el drama con barnices de objetividad demagógica. En rigor, lo que atravesamos hoy es un conjunto de crisis superpuestas, y entrelazadas, que tocan a la educación como sistema y como proceso, y que obligan a cuestionar la función misma de la escuela, de la universidad y de los proyectos de formación de la conciencia como mercancías.
Es obligatorio recordar que la educación no flota en una mueca filantrópica neutral, está determinada por la lógica del modo de producción dominante y su ideología (falsa conciencia). En un mundo regido por el capitalismo globalizado, la educación está sometida a la dictadura de su mercado. Sus sistemas educativos son evaluados con criterios de “eficiencia”, “productividad” y “competitividad”, categorías tomadas de la barbarie empresarial y aplicadas mecánicamente a su dictadura pedagógica. Su educación se convierte, así, en adiestramiento mercantil y no en un derecho humano universal. En lugar de formar sujetos críticos capaces de transformar su realidad, se entrenan operadores dóciles para un mercado de trabajo precarizado. Esta es la primera dimensión de la crisis, la subordinación estructural de la educación al capital, que la corrompe en su sentido más hondo.
- Detalles
- Escrito por Fernando Buen Abad

Hoy he aprendido sobre reggaetón y acudiendo a la RAE posee ritmo, melodía y armonía y estructura, así que hay que incluirlo como música. No obstante es sospechoso que la Biblioteca del Congreso de EE.UU lo incluya como música popular contemporánea.
Y es que todo está ligado o como dijera Marx “la ideología dominante es la ideología de la clase dominante”.
El reggaetón acapara radios, conciertos (parece irónico) y es parte de la educación del sistema a la juventud. No hay que pensar, mensajes cortos, sin contenido, solo bailar y con una carga sexual importante. Una vuelta más al sexo, drogas y rock’n’roll pero sin calidad musical.
Es cierto que el reggaetón suele basarse en estructuras repetitivas (como el ritmo dembow), pero esto no lo excluye de ser música. Géneros como el techno, el minimalismo clásico (Philip Glass) o incluso el punk también se apoyan en patrones cíclicos. La complejidad no siempre define el valor artístico: el blues de tres acordes o el folk tradicional han generado obras maestras con recursos limitados
Muchos géneros han sido despreciados antes de ser aceptados (el jazz fue "música de burdeles", el rock "ruido para adolescentes"). ¿Podría ser el reggaetón un caso similar?
Sí y no. Ya, una respuesta muy gallega (perdón a los gallegos por la broma simple).
Es obvio que la industria musical busca hacer dinero y es mucho más fácil sacar a cualquiera de un rincón y ponerlo a hacer el ganso, con samplers, loops, autotune y una coreografía más sencilla que el izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres (perdón por si algún reggaetonero ya se ha perdido), que acudir a músicos de los que se recorren pueblos, verbenas, teatros y otros rincones donde les dejen o les paguen un mínimo para hacer música.
Industria acelerada: Se producen canciones en horas, no en meses.
Público masivo: Muchos oyentes buscan evasión, no introspección.
Pero, además, el género (por llamarlo de alguna manera) reggaetón puede ser una contestación al exceso de ñoñería de una sociedad que condena cualquier cosa que se salga de la ideología dominante. El problema es que el reggaetón se queda en la forma y no llega a romper esa capa de falsedad social, y no solo no ataca al sistema sino que se mueve dentro de él, exacerbando el individualismo y la banalidad.
- Detalles
- Escrito por Juan Luis Corbacho

Ilustración: Moro
La realización de la Feria Internacional del Libro de La Habana es una contundente muestra del valor que el Estado cubano le confiere al libro y la lectura. Con la premisa martiana ‘Leer es crecer’, la temática que nos convoca ‘Leer es construir identidad’, ratifica que, solo una lectura forjada desde la identidad cultural de una nación puede permitir a cada persona construir una cultura rica, solidaria y plena de opciones.
“En la oferta de tres millones de libros físicos y dos mil libros digitales, se expresa la voluntad de un país para que su pueblo siga teniendo acceso a la lectura, como una fuente inagotable de conocimientos”, agregó Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro, quien comentó que entre las novedades de esta edición se encuentran las Aulas de Lectura, que funcionarán a lo largo del país, a las que asistirán alumnos y profesores. “Será un marco propicio para el intercambio y un impulso importante al Programa Nacional Por la Lectura”.
“En toda Cuba se dispondrán de más de tres millones de ejemplares para el público, que también podrá adquirir sus libros digitales que se podrá descargar gratuitamente en sus presentaciones”, explicó Rodríguez Cabrera.
El directivo reconoció que en esta oportunidad seguirá existiendo una diferencia de precios entre los libros nacionales y los traídos del exterior. “Nunca el precio de un libro de un expositor extranjero se va a parecer a la subvención que el Estado cubano hace para que el libro siga llegando a la familia”, advirtió.
No obstante, señaló que habrá descargas gratis de libros digitales y, ante las limitaciones actuales, la Feria se acercará al barrio: “Este es el empeño de una nación que quiere demostrar al mundo que, a pesar de las dificultades, su fiesta del libro será una realidad. No faltará la entrega y estoy seguro de que nuestro pueblo nos acompañará en este importante evento cultural”, concluyó Juan Rodríguez Cabrera.
- Detalles
- Escrito por Lina Rey Gallego

Es un icono del Pop que ha sobrevivido a la Era estelar del pop. Fundó una de las grandes bandas de la música electrónica a nivel internacional: Pink Floyd. Las obras míticas de The Wall o La cara oculta de la luna, así como Whish you were here forman parte de la memoria vivencial de generaciones y generaciones.
Había sido vetado por Bolsonaro en Brasil, su compromiso antiimperialista se caracteriza por una gran firmeza y lealtad a las luchas de los pueblos, la denuncia del carácter guerrerista de la OTAN y de Yankilandia.
Las giras son apoteósicas por los continentes del mundo, sus conciertos se convierten en verdaderas mareas de un público entregado a su música desde México hasta Sudamérica. En la decadente Europa se dio el caso de la maniobra de cancelar el concierto en la pasada primavera en Francfurt por parte de los dueños y accionistas de los derechos de la Messe Francfurt, que dieron instrucciones en el Festhalle el pasado mes de mayo.
Representa una voz imprescindible en la solidaridad con Palestina, continuamente el líder de Pink Floyd denuncia el muro que imponen los sionistas a los palestinos, cientos de kilómetros de cemento en Cisjordania, valla eléctrica en Gaza, así como el muro en la frontera con México o el muro impuesto por la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental, privando de su tierra al pueblo saharaui.
Recientemente sus conciertos han sido verdaderos tsunamis como el del pasado 17 de noviembre en Uruguay con su puesta en escena de The bravery of being out of range. El fracaso del lobby israelí ha sido estrepitoso, memorable el escenario donde denuncia a los presidentes yankis desde Reagan a Biden como criminales de guerra. Su voz retumbó también en las entrañas de la Argentina del demente prosionista Milei.
Miguel Ángel Rojas
- Detalles
- Escrito por Miguel Ángel Rojas








