Situación de la juventud obrera inmigrante

“In Time”, es el título de la película que me vino a la cabeza, al conocer la notícia del último amigo, que al igual que muchos otros compañeros y camaradas inmigrantes, vuelve a su país una vez finalizado su visado de estudios.

La juventud en el Estado español sufre desde hace años incontables ataques por parte de la patronal y los gobiernos títeres afines a ella. Con tasas de desempleo cercanas al 55% y más de un millón y medio de parados entre los 16 y los 29 años, se hace una tarea casi imposible para un joven obrero o estudiante el acceder a una vivienda digna.

Siempre me ha resultado curioso que aquellos personajes que se llenan la boca hablando de la defensa de la familia y se proclaman a sí mismos “pro-vida”, sean los mismos que nos niegan a los jóvenes la posibilidad de formar una, pues son los mismos que con las contrarreformas laborales esquilman nuestro poder adquisitivo y quienes mediante los recortes reducen las plazas en guarderías, escuelas o eliminan ayudas a la maternidad.

La juventud en el capitalismo se ve abocada a un modelo de ocio que adormece su conciencia de clase y no soluciona sus necesidades sociales.

Los gestores del capitalismo profundizan el proceso de expulsión de la educación y de abaratamiento de la mano de obra joven, se acrecientan los ataques contra los estudiantes de extracción obrera y popular, el último de ellos las becas sin cotización y el sistema de prestamos, ante lo que muchos estudiantes comienzan a organizarse, debatir y avanzar en una línea que permita la lucha constante y prolongada. Tal es la situación del momento actual y la que nos marca nuestras tareas. 

Desde mucho antes del comienzo de la crisis, el trabajo en establecimientos de comida a domicilio ha sido uno de los más precarios que un joven puede encontrar. La propia creación del convenio de “elaboradores de productos cocinados para su venta a domicilio” fue una maniobra de las empresas, multinacionales en su mayoría con sistemas de franquicias, para salirse del convenio de la hostelería, malo también, pero de mejores condiciones. Así, se posibilita una explotación y abuso desmedido con elementos que son peores que lo regulado en el Estatuto de los Trabajadores, como por ejemplo los referentes a la flexibilidad de horarios.

El curso del 2013-2014, sin ceñirnos exclusivamente al ámbito académico, ha supuesto para la Juventud Comunista un nuevo acumulado de fuerzas y experiencias que nos hacen avanzar a pasos de gigante.

Un sistema jerárquico que obliga a pasar muchos años con un sueldo de miseria y unos criterios opacos son los principales obstáculos

El cambio de la lógica en las Universidades, hacia una lógica empresarial hace que los criterios de selección sean cada día más exigentes y las condiciones laborales para los ‘estamentos’ más bajos de esta pirámide peores lo que implica que sólo quien pueda costearse una buena formación y mantenerse muchos años con el sueldo de sus padres puede trabajar en la Universidad.

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