En el último mes las elecciones estadounidenses y las catástrofes en el Estado español, con su pésima gestión y negación de su existencia, han alejado el foco que se volvió a poner en Palestina con el aniversario del inicio de la contraofensiva por parte del Eje de la Resistencia, y la actual invasión en Líbano por parte de las hordas sionistas. Comomilitantes comunistas asumimos todas las causas en las que el imperialismo recrudece sus ataques, y ante las que los pueblos dignos organizan su resistencia heroica.

El Eje de la Resistencia sigue ejerciendo lo que su nombre indica, resistir y resistir de forma organizada, ampliando sus apoyos populares y dando batalla al sionismo e imperialismo. El Eje de la Resistencia es la expresión de la organización del pueblo Palestinolevantado en armas. Que hoy cuentan con la solidaridad consecuente de: Yemen, Líbano, Irak, Irán, Siria, etc. A Palestina le corresponde el mérito del inicio de esta fase decisiva de lucha contra la ocupación sionista, y contra el imperialismo de forma más general.

Frente a quienes siguen reclamando paz, y aceptando la división de los dos estados, pidiendo al pueblo palestino que acabe con su resistencia armada y que acepte la ocupación de sus tierras, elPCPE llama al reconocimiento del Eje de la Resistencia como vanguardia armada, que planta cara a unas fuerzas técnicamente superiores, apoyados por las potencias occidentales, que perpetran un genocidio.  

Desde el 7 de octubre de 2023 el punto de no retorno está claro, se rompió la invisibilización de Palestina, y recogimos el testigo de la lucha y solidaridad.

Para hacer avanzar este apoyo, partimos desde el trabajo sobre:

El apoyo incondicional al Eje de la Resistencia.

La indivisibilidad de Palestina, desde el Jordán hasta el mar, con capital en Jerusalén.

Rechazo a la entidad sionista de Israel.

Libertad de los/las presos palestinos en las cárceles sionistas.

Salida de la OTAN.

Todo tiene que cambiar para que nada cambie! "

Giuseppe Tomasi de Lampedusa

Recientemente, la prensa internacional ha informado ampliamente sobre las elecciones presidenciales en Sri Lanka. De manera bastante sorprendente y casi unánime, en los principales medios de comunicación, en las redes sociales o a través de las declaraciones perentorias de políticos tanto de derecha como de izquierda, hemos informado o acogido con beneplácito la llegada al poder de un presidente "marxista", o incluso "marxista-leninista", o incluso mejor "comunista". Tales comentarios causaron hilaridad general en Colombo! Todavía bromeamos al respecto.

Curiosamente, nadie preguntó por qué al mismo tiempo los líderes estadounidenses, los de la Unión Europea, los del FMI también estaban visiblemente seducidos por la noticia, aplaudiendo lo que era un acontecimiento, por previsible que fuera. La bolsa de valores de Colombo subió bruscamente y la rupia ganó algunos puntos. La comunidad empresarial de Sri Lanka respiró aliviada. La multinacional petroquímica Shell, que había apoyado al solicitante, el Banco Mundial y la Fundación Bill Gates se declararon inmediatamente encantados. ¿Estamos asistiendo, como se podría imaginar, a una conversión súbita de los representantes de la oligarquía, a un terremoto político o más bien a una manipulación bien ejecutada?

¡Hechos y efectos !

¡La respuesta es simple! El nuevo presidente, Anura Kumara Dissanayake, no es ni anticapitalista, ni antiimperialista, ni siquiera socialdemócrata y, desde luego, no comunista. Incluso si eso significa decepcionar a aquellos que toman sus deseos por la realidad, no debemos confundir el efecto con los hechos. Sin embargo, es bien sabido, ¡"los hechos son tozudos"! Pensarlo dos veces y ceñirse a ello hace que las cosas sean más fáciles de entender.

El pasado 3 de octubre, el EH Bildu llegó a un acuerdo con el PSOE (con el apoyo de ERC, SUMAR y el PNV) para “derogar” de nuevo la Ley Mordaza.

El cinismo y la hipocresía vuelven a la palestra una vez más de mano del gobierno más democrático de la historia del estado español. En el comunicado del Comité Ejecutivo del PCPE del pasado 17 de julio ya denunciamos que la tan cacareada “derogación” de la Ley Mordaza quedaría en un simple retoque que la socialdemocracia nos quería vender a bombo y platillo como una victoria absoluta contra la reacción y el auge de la extrema derecha.

Nada más lejos de la realidad, este acuerdo supone alguna mejora, no podemos negarlo, pero dista mucho de poder ser considerado un avance en derechos sociales y políticos, a modo de resumen:

  • Las sanciones de insultos e injurias y por desobediencia a la autoridad, pasan de sanciones administrativas graves a leves. En el caso de las sanciones por insultos e injurias la ley señala expresamente que “deberá tratarse de expresiones relevantes, sin que pueda considerarse sancionable la sola disconformidad con un mandato legitimo o el ejercicio fundamental a la libertad de expresión. Asimismo, se dejará sin efectos la sanción cuando el sancionado acceda a retractarse/disculparse por sus expresiones”.

Estas dos sanciones son las que más se han interpuesto -desde la aprobación en el año 2015 de la Ley Mordaza1, y no es casual, ¿cuántas sanciones se han interpuesto con denuncias policiales manipuladas y directamente falsas?, esta realidad no cambiará con la nueva reforma, la presunción de veracidad de los cuerpos represivos del estado juega un papel fundamental en el ejercicio de la violencia del capitalismo.

 

Como ejemplo de que se intenta retrotraer a la sociedad en el estado español, como en el resto del mundo, a unos tiempos sombríos de recortes sociales, laborales y de derechos que los optimistas pensaban haber dejado atrás, traemos a colación la decisión del Cabildo de Tenerife (en manos de Coalición Canaria y el PP) de renombrar el monumento como “Monumento para la Concordia” y resignificarlo como “un espacio de memoria que promueva la paz y el entendimiento de los ciudadanos”.

Recordemos que esta corporación, al igual que el ayuntamiento, pelearon judicialmente para sacarlo del Catálogo de Vestigios Franquistas, concluyendo que esta estatua no se ajusta a las leyes de la memoria histórica. Esta fuente escultórica, obra de Juan de Ávalos y situada en la Avenida de Anaga, en pleno centro de la capital tinerfeña, fue inaugurada en marzo de 1966, y el NODO de la época señala claramente que “conmemora la partida del generalísimo Franco cuando, capitán general de Canarias, salió de aquí para acaudillar el movimiento nacional”. Ya en 2010 el Ayuntamiento le dio el nombre de “monumento al Ángel Caído” para “blanquear” su origen de clara exaltación del dictador y de su victoria en la guerra civil.

El juzgado de lo contencioso administrativo nº 3 de Santa Cruz de Tenerife, a cargo de la jueza María Isabel Pardo Vivero Alsina, en contra de valoraciones contrarias emitidas anteriormente por expertos en la materia, como son la Unidad Técnica de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna, que concluyeron que carece de valores artísticos excepcionales, considera que hay indicios de contener valor artístico y cultural y ordenó que el Cabildo de Tenerife incoara un expediente de Bien de Interés Cultura (BIC) en sentencia del mes de junio. La Corporación Insular dirigida por Rosa Dávila (CC), que ya había inundado las calles de Santa Cruz con carteles en los que se pedía a la ciudadanía que defendiera el monumento, anunció el viernes 4 de octubre a través del BOC que inicia los trámites para incoar dicho expediente.

Cuando tanto va a escribirse sobre el triunfo electoral de Donald Trump, con un contenido absolutamente previsible, superficial o anecdótico, ajeno a la realidad de la lucha de clases, se impone hacer una consideración que, desde las categorías del marxismo-leninismo, las mismas que nos indican que el capitalismo, en su fase de desarrollo imperialista, se encuentra sumido en una crisis general de carácter estructural, valore lo que supone el triunfo de una opción cuya promesa electoral básica es “volvamos a hacer grande a América”. ¿Qué significa y qué alcance real tiene este llamamiento?

Pero antes que nada, un previo absolutamente necesario para entender la trascendencia del triunfo electoral de Donald Trump, es dejar claro que la opción del Partido Demócrata, para nada es una alternativa favorable, ni a los intereses y necesidades de las grandes masas trabajadoras de los EE.UU, ni a los de la soberanía de los pueblos y la paz en el mundo. La candidatura demócrata, plenamente identificada con el capitalismo más avanzado y globalista de los grandes fondos de inversión, solo confrontaba con el candidato republicano en cuanto a determinados aspectos de la gestión del capitalismo norteamericano en una batalla fratricida entre las dos principales fracciones que lo conforma. Se trata de un mero reemplazo de los gestores del capital, en el marco de una campaña electoral en el que los multimillonarios presupuestos de cada candidato, son absolutamente determinantes para la victoria de una u otra opción.

Por lo tanto, reafirmamos que, en el absolutamente antidemocrático sistema electoral norteamericano, tanto monta el Partido Republicano, como el Partido Demócrata en su posición de legítimos representantes del capitalismo de la potencia imperialista hegemónica desde el final de la II Guerra Mundial.

 

La violencia de género aumenta en todas las situaciones de guerra. Es más, en otros artículos hemos analizado la utilización de las mujeres como arma de guerra.

En Gaza esta realidad está siendo desproporcionada, se sale de todas las estadísticas y experiencias previas. Según datos de organizaciones en el territorio, en 2014, cuando se produjo una de las peores ofensivas de Israel sobre Gaza, un 39% de las mujeres había sufrido algún tipo de violencia machista.La misma encuesta de enero de este año cifra esta cantidad en un 78% de las mujeres.

Desde hace un año, los ataques del ejército israelí suman más de 41 000 personas muertas en Gaza y Cisjordania, 95000 heridas y casi dos millones de desplazadas, entre las cuales más de 11200 de las personas asesinadas han sido mujeres y niñas.

Una de las formas de violencia que ejerce la entidad sionista contra el pueblo palestino desde hace décadas es el desplazamiento forzoso para la ocupación de sus tierras por colonos israelíes. En situaciones de desplazamiento, las mujeres también enfrentan mayores riesgos de violencia de género, acoso y explotación.

Y esto es así también en Gaza. Para empezar, las supervivientes de la violencia de género en pareja necesitan recursos de imposible acceso en un sistema de salud al borde del colapso (como tratamientos para posibles lesiones, medicinas o apoyo psicosocial). Pero, además, los servicios de protección locales formales, como comisarías de policía y hogares seguros para mujeres, las han dejado en situación de riesgo o, en caso de las supervivientes de la violencia de género, sin espacios seguros ni apoyo.

La Secretaría de Movimiento Obrero y Sindical del PCPE quiere hacer llegar al conjunto del pueblo trabajador nuestra posición, ante el crimen cometido por los poderes políticos y empresariales en Valencia.

En primer lugar, desde esta Secretaría y el conjunto de la militancia comunista del PCPE, trasladamos nuestro más sincero pesar por los cientos de trabajadoras y trabajadores que han perdido la vida en Valencia, víctimas de una gestión criminal de políticos y empresarios para quienes prevalece el interés monetario y el beneficio propio sobre las vidas humanas.

En este articulo no pretendemos centrar nuestras valoraciones en aspectos de carácter técnico, aunque por otra parte sí deberemos de abordar, ya que lo sucedido en Valencia gran parte ha sido consecuencia de una gestión política del suelo o urbanística centrada exclusivamente en los intereses de especuladores y explotadores capitalistas. Especuladores que, aprovechando las políticas de desarrollo urbanístico que el capitalismo ha implantado en esa zona, como en cualquier otra del estado español, orientadas principalmente a favorecer la obtención de suelo barato, sin importarles en absoluto las consecuencias que tales acciones urbanísticas puedan acarrear por la destrucción del medio ambiente así como los riesgos de urbanizar sobre terrenos no aptos para ello, como laderas, barrancos, ramblas y cauces, que históricamente sirvieron para llevar las aguas al mar o zonas de humedal y donde cualquier situación climática adversa puede, como así ha ocurrido, propiciar verdaderos desastres.

Si al desastre provocado por los capitalistas, ávidos de riquezas, por la perversa política urbanística diseñada en su propio beneficio, se une el priorizar el beneficio particular de estos explotadores quienes dudan en poner en riesgo la vida de trabajadoras y trabajadores si con ello salvan sus ganancias, obtendremos el cuadro completo de lo sucedido.

A nadie se le escapa que el capitalismo rebaja a mera retórica el derecho de las trabajadoras y los trabajadores a disponer de una vivienda digna. Al igual que en otros tantos ámbitos, el sistema ha convertido este derecho fundamental en elemento especulativo para unos pocos y en objetivo inalcanzable para la mayoría. En artículos previos ya hemos situado diferentes aspectos sobre las necesidades del pueblo trabajador en este aspecto, así como las cifras en torno a viviendas vacías y solares urbanizables abandonados que, principalmente en manos de fondos buitre y entidades financieras, aguardan impunemente para obtener los mejores rendimientos especulativos. No ahondaremos de nuevo en ello, en esta ocasión bajaremos aún más al terreno y hablaremos de qué nos encontraremos cuando busquemos un lugar donde vivir. La media para disponer de una vivienda digna supone casi la mitad de nuestros ingresos netos, porcentaje que crece considerablemente si lo ceñimos a las condiciones de precariedad laboral que sufre el pueblo trabajador, muy especialmente la juventud de extracción obrera y popular. Para situarnos en lo concreto, cabe señalar que en el conjunto del Estado el precio medio por el alquiler de una vivienda de 60 m² es de 780 €, cifra que asciende a 1 040 € si hablamos de Catalunya y a 1 120 € si nos ceñimos a la Comunidad de Madrid. En grandes ciudades los precios aún se disparan más. Por ejemplo, en la Ciudad de Barcelona esos mismos 60 m² costarían de media 1 340 €*. Ahora hagamos cuentas y revisemos nuestros ingresos: ¿cuánto nos queda entonces para vivir? Esa es la cruda realidad a la que nos enfrentamos.

Si bien es cierto que solo durante el último año estos índices de precios se han elevado en torno a un 10 %, en absoluto el problema de la vivienda es algo nuevo, sino que se trata de un ataque sistémico, organizado y calculado, inherente a la dictadura del capital.

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