El sábado 4 de agosto ha tenido lugar en Venezuela un nuevo episodio de la guerra imperialista contra este país soberano. El atentado que ha sufrido el presidente venezolano, Nicolás Maduro, no puede desligarse de la dinámica de injerencia y agresión que se inició con la llegada al gobierno del comandante Hugo Chávez en 1999.

Desde el mismo momento en que la revolución bolivariana emprendió la recuperación de su independencia política,  de la soberanía sobre sus recursos energéticos, y puso en marcha políticas sociales a favor de las clases populares, no han cesado los intentos de derrocar al gobierno y hacer retroceder la revolución bolivariana.

Llueven afuera; llueven las babas, los estornudos de los que mandan.  Afuera ya no hay esperanza, afuera está muriendo la razón.

Las calles están ardiendo.  M-Clan

Parecieran escritas estas palabras para describir la  nauseabunda escalada de vómitos dialécticos que las hienas de la burguesía española vienen exclamando estos días.

La derecha política española se ha lanzado a una carrera desesperada para, a golpe de demagogia y odio, excitar los más bajos sentimientos; aquellos que nos hacen dudar de la humanidad de quienes los expresan.  Con la consigna de “hablar claro” y decir lo que “todo el mundo piensa” estas ratas de cloaca extienden su odio y su clasismo alarmando en torno a la verdadera realidad de la llamada crisis migratoria que padece Europa, que no es más que la expresión de  uno más de los miles de capítulos de muerte y terror que el Imperialismo impone en África y Oriente Medio desde hace décadas. Una tragedia que, hoy por hoy, aun se nos muestra desvirtuada y sin la verdadera magnitud de los millones de seres humanos condenados a la muerte y/o a la pobreza extrema por culpa del Imperialismo.   

 

Todo un acontecimiento cinematográfico y también de homenaje hacia Cuba, su Revolución y sus combativas, abnegadas y heroicas mujeres, fue el estreno en Buenos Aires de la película “Cubanas. Mujeres en Revolución” dirigida por María Torrellas y producida por Resumen Latinoamericano. La sala del cine Gaumont se mostraba repleta de público y una importante cantidad de personas no pudieron entrar debido a que se agotaron las entradas media hora antes de la función. Lo mismo había ocurrido cuando hace un mes la película se presentó en La Habana, Cuba, impulsada por la Federación de Mujeres Cubanas.

Cinco expertos internacionales, entre los que está el exdirector Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, Jukka Takala, confirma la catástrofe epidemiológica mundial del mineral cancerígeno

 

Un trabajo revisado sobre “El desastre mundial del amianto” firmado por los expertos Sugio Furuya, Odgerel Chimed-Ochir, Ken Takahashi, Annette David y Jukka Takala en el International Journal of Environmental Research and Public Health hace unas semanas confirma lo peor: las muertes por enfermedades relacionadas con el amianto están aumentando y, todavía, se desconoce su impacto real debido a la ocultación de los datos. Concluyen que este drama se extenderá todavía durante 50 años y todos los estudios concluyen queestá aumentando la mortalidad de personas que estuvieron en contacto con las fibras del mineral cancerígeno.

El pueblo cubano va a conmemorar este “26 DE JULIO” el 65 Aniversario del asalto a los cuarteles de “Moncada” en Santiago de Cuba y “Carlos Manuel Céspedes” en Bayamo. Esta heroica acción revolucionaria determinó que 5 años, 5 meses y 5 días después, el pueblo cubano, con Fidel al frente, derribara la criminal dictadura de Fulgencio Batista que se había mantenido en el poder por el apoyo incondicional del imperialismo norteamericano.

El “26 de julio” se convierte en un referente mundial para los revolucionarios y revolucionarias, para los y las comunistas. Ha entrado en los anales y referencias históricas para los pueblos que luchan por la emancipación y por su auténtica libertad e independencia, es decir, la que le proporciona el Socialismo. Porque el “26 de julio” produjo la herramienta indispensable para organizar la Revolución, como fue el “Movimiento 26 de julio” que, tras el triunfo del 1 de enero de 1959, se convertiría en el Partido Comunista de Cuba.

 

 

Catalunya está siendo sometida a un estado de excepción mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, aplicado por el Gobierno del PP de Mariano Rajoy, con la complicidad de Ciudadanos y del PSOE-PSC. Que a día de hoy se mantiene porque el Gobierno de Sánchez del PSOE lo permite, no solo porque le tiemblen las piernas, es que tampoco quiere la normalidad política de Catalunya, por coherencia ideológica y por no perder el poder central al que acaba de acariciar gracias a la inestimable muleta que le tiende Podemos; que quiere gobernar al modo de cómo funciona la Syriza griega.

 

Decir que por haber elegido el Parlament a un President, que no es oficialmente Puigdemont y que es Quim Torra, que por ello queda anulado el 155, no es más que otra patraña que no se la traga ni la portera de mi escalera. Ahí están los hechos: La Gneralitat de Catalunya puede disponer del presupuesto intervenido por la Hacienda estatal, pero no se le permite gastarlo en otros conceptos que no hayan sido autorizados por la autoridad central; el acercamiento de los presos políticos a las cárceles catalanas no se produce pese a que el juez Pablo Llarena entienda que la movilidad de los encarcelados corresponde a las instituciones penitenciarias, como echando este órdago a la autoridad del Gobierno. Y el presidente del Gobierno entreteniendo a los catalanes y catalanas con declaraciones esperanzadoras que hasta ahora no se traducen en nada.

A principios de junio, el parlamento se estremeció. El PSOE dio un golpe en la mesa y con el apoyo de diferentes partidos políticos (desde el espectro de derechas al de izquierdas) consiguieron arrebatarle el gobierno al PP. Se nos presentó como un gobierno con aires nuevos y nos quitaba el ambiente anquilosado de un PP muy conservador.

El nuevo gobierno fresco creó el ministerio para la Transición Ecológica. Un ministerio, dirigido por Teresa Ribera, que se encarga de los temas relacionados con medio ambiente, energía, desarrollo sostenible y con la lucha contra el cambio climático.

Ahora bien, quién es la ministra y qué nos va a ofrecer. Teresa Ribera es licenciada en Derecho, ha tenido experiencia en cargos técnicos de la administración pública, en consejos asesores de corte internacional, como el consejo asesor global en cambio climático del Foro Económico Mundial o en el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales. También participó en el la XXI Conferencia sobre Cambio Climático celebrada en París en 2015. Como podemos ver, la ministra no es ajena a las cuestiones medioambientales. Dado el perfil, podemos afirmar que es la ministra con más experiencia y más preparada en temas ambientales de las últimas cuatro legislaturas.

Justo en el momento en el que veníamos situando que se abría un horizonte de creciente movilización popular y aumento de la conflictividad laboral, la aritmética parlamentaria ha provocado un cambio inesperado de gobierno y retorna al PSOE al frente de éste. Un gobierno que ya hemos caracterizado como el encargado de abrir la ventana para ventilar el hedor de la corrupción orgánica del PP, para seguir haciendo respirable la gestión de gobierno del “consejo de administración” de la oligarquía en España. Un gobierno destinado a darle cauce y desatascar los principales conflictos sociales de nuestro país y que, de una u otra manera, venían poniendo en entredicho desde hacía tiempo la hegemonía de clase de la fracción dominante de la burguesía, sin que el gobierno del PP hubiera demostrado la más mínima capacidad de resolverlos sin generar una amplia quiebra social. Catalunya, igualdad formal de género, financiación autonómica, corredor mediterráneo, pensiones o modelo energético, son los retos que, con aires indudables de modernidad, debe enfrentar este gobierno para resolverlos a favor de los de siempre, pero sin generar una ruptura con el movimiento obrero y popular.

El ensañamiento con los ocho jóvenes que han sido juzgados por los hechos ocurridos en Altsasu el día 15 de octubre de 2016, es una clara demostración del carácter de clase del aparato judicial en este país, también de su actuación coordinada con el sistema de violencia estructural de la clase dominante y de su coherencia con los objetivos de la superestructura política que garantizan la explotación de la clase obrera por parte de la burguesía española.

Para decirlo de una forma sencilla y clara: esta sentencia no es otra cosa que una venganza de la Guardia Civil por los hechos ocurridos en el bar Koxka. Todo lo demás no es otra cosa que una comedia para tratar de legitimar esta venganza, en el marco de las leyes dictadas por la clase dominante.

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