La causa palestina y los derechos del pueblo palestino han representado una prueba y un desafío tangibles para todo el sistema internacional desde su concreción después de la Segunda Guerra Mundial, no sólo a nivel moral y ético, sino también a nivel práctico ante un mundo golpeado por las crisis por todos lados. Sin embargo, todas esas crisis, sin excepción, son síntomas de la incurable enfermedad llamada entidad sionista, ente que el mismo sistema internacional creó y le otorgó -de manera despiadada – hace 77 años un falso certificado de nacimiento a costa de los derechos del pueblo palestino.

El pueblo palestino se levantó de las cenizas de la Nakba, la aniquilación y el desplazamiento, para encontrarse solo enfrentado a un mundo injusto que había otorgado a una banda de mercenarios sionistas un derecho en su tierra, y había preparado mecanismos para su expulsión y asesinato. Al observar atentamente la escena, identificó a una nación árabe e islámica vagando sin rumbo, sin identidad y a la sombra de los proyectos de “pseudo estados” que pretendían excluir a los palestinos y preservar los planes impuestos por las potencias occidentales. En este contexto, el espíritu de lucha y resistencia palestina estableció el núcleo para cualquier proyecto que se presentara como un contrapunto tangible a las ecuaciones de poder, los intereses materiales, el monopolio de la historia, el secuestro del presente y la imposición del futuro.

Han pasado casi ocho décadas desde la Nakba, durante las cuales el panorama regional e internacional ha ido cambiando hacia un control casi absoluto por parte de la entidad sionista. Mientras tanto, los regímenes árabes e islámicos no han logrado construir ningún proyecto autosuficiente que preserve sus identidades y defienda sus intereses. El pueblo palestino no fue inmune a estos cambios, pero se volvió más arraigado y rígido, la conciencia de su resistencia se desarrolló en proporción directa al estado de decadencia mundial ante el sionismo.

Justo cuando la entidad sionista, sus partidarios y el sistema occidental dominante se preparaban para dar los toques finales al proyecto de consumar la Nakba, borrar del mapa al pueblo palestino y pasarlo por alto literal e históricamente, estalló el Diluvio de Al-Aqsa para abortar los esfuerzos sionistas de hace décadas, detener los planes de recrear la identidad árabe e islámica atacando al Islam mismo, restaurar la conciencia de millones de jóvenes en el mundo árabe e islámico y en el corazón de las potencias occidentales, y golpear el corazón de la narrativa sionista.

Este incómodo VII Congreso

Recientemente, el Departamento de relaciones internacionales del Comité central del partido Comunista de Grecia (KKE) publicó un artículo criticando el Foro Antifascista Internacional en Moscú. Los teóricos del KKE  alcanzaron otro fondo ideológico con esta material, acusando al VII Congreso de la Internacional Comunista (1935) de errores y la definición  (hay que entender la definición no científica) problemática del fascismo. Se debe partir del hecho de que para la mayoría de los partidos, los desarrollos teóricos de la Komintern de ese tiempo autoritario y relevante hasta ahora. Su consideración y análisis están dirigidos principalmente a cómo podemos utilizar en la práctica la experiencia de lucha acumulada por los comunistas a lo largo de muchas décadas. Y finalmente, los camaradas del KKE declararon abiertamente a todos los antifascistas que ¡no están de acuerdo! En primer lugar, los ideólogos del KKE se rebelaron contra la definición de la internacional comunista (de Georgy Dimitrov), dada precisamente en el VII Congreso al fascismo en el poder:

"Fascismo  es una dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas, más imperialistas del capital financiero — …

Fascismo  no es el poder supraclásico ni el poder de la pequeña burguesía o del lumpen-proletariado sobre el capital financiero.

Fascismo  es el poder del propio capital financiero. Es una organización de represión terrorista contra la clase obrera y la parte revolucionaria del campesinado y la intelectualidad.

Fascismo en política exterior — es el chovinismo en su forma más burda, cultivando el odio zoológico contra otros pueblos".

Los teóricos del KKE no están de acuerdo con el hecho de que Dimitrov asignó el capital financiero como el principal cliente del fascismo. Además, en el KKE, para mayor convicción, declaran que la definición de Dimitrov no solo es errónea, sino que también está desactualizada para hoy. Debe entenderse que este argumento está destinado a aquellos que consideran que la posición de la internacional comunista sigue siendo correcta. La definición, dicen, fue en gran medida coyuntural, ya que se dio en condiciones en que "las fuerzas imperialistas planeaban la destrucción del único estado socialista en el mundo, y la URSS buscaba dividir a las fuerzas imperialistas y explotar sus contradicciones".

La relación actual entre la Unión Europea y Estados Unidos no se define por la sumisión ni por la derrota, sino por el abandono estratégico. Europa ha quedado relegada, como un juguete roto descartado por Washington.

La UE no ha sido derrotada por Estados Unidos, pues ello implicaría una confrontación directa. Simplemente, la administración Trump está desarticulando sistemáticamente los consensos internacionales vigentes desde la Segunda Guerra Mundial. Esta ruptura ha generado una divergencia en la estrategia geopolítica de ambos actores, exacerbando los desacuerdos en temas clave como la relación con Rusia o las políticas arancelarias.

Sin embargo, esta pugna no constituye un conflicto entre entidades soberanas (sean estados o bloques supraestatales) equivalentes, ni mucho menos un enfrentamiento interimperialista. Tal interpretación, sostenida por ciertos elementos político-ideológicos, es una idealización interesada que busca justificar políticas antiobreras, como el rearme militar.

Bajo la retórica de la "defensa de la soberanía europea" o el "autonomismo", se están impulsando medidas que atacan directamente a la clase trabajadora. El resultado es una nueva transferencia de riqueza del Trabajo al Capital, disfrazada de proyecto de independencia continental.

Resulta igualmente incorrecto afirmar que existe un enfrentamiento político-ideológico. El materialismo histórico nos enseña que la realidad material determina el sujeto político-ideológico y no a la inversa. Las ideologías penetran entre la clase trabajadora, alejándola de la defensa de sus propios intereses, y legitiman la dominación y el poder hegemónico de clase, independientemente de la facción del imperialismo que representen.

En las últimas fechas, los partes de guerra informan de importantes avances rusos en la recuperación de zonas del óblast de Kursk, hasta ahora invadidas por el ejército ucraniano; así como de logros en la liberación de parte de los territorios del Donbass. Mientras, Ucrania ha estado lanzando repetidos ataques con misiles y drones contras infraestructuras rusas de generación energética, haciendo todo lo posible por contravenir las negociaciones bilaterales de alto al fuego entre EE. UU. y Rusia en ese sentido. Además, al ya muy macabro saldo ucraniano (acumulado desde 2014), se le debe añadir nuevos asesinatos premeditados de civiles, incluyendo unas y unos periodistas rusos mientras ejercían su profesión.

Todo alentado y jaleado por esa llamada “Coalición de Voluntarios” que lidera la vertiente europea del imperialismo de la OTAN y la UE, principalmente Francia y Reino Unido. Cínico nombre: ¡como si Macron o Starmer (o las personas de su clase social, vaya) fueran a ponerse en primera línea de fuego!, ¡ni siquiera en la retaguardia! Mientras, plantean la posibilidad de desplegar unas 30000 tropas extranjeras en suelo ucraniano, como una agresión más directa y más explícita —si cabe— a Rusia, a sumar a la ristra de asesores militares expertos que llevan ya años en el territorio. Pero el grave peligro amenazante es… ¡sí, Putin! Y aquí agitan esa propaganda, sembrando el miedo irracional entre la población, con el famoso kit de supervivencia de 72 horas. Y planifican futuros simulacros de evacuación por guerra en las escuelas, adoctrinando desde la más tierna infancia. Todo para que la clase obrera y los sectores populares traguemos (y de buen grado, si puede ser) con los sacrificios económicos y humanos que causaría la guerra que el imperialismo OTAN desea extender, a la desesperada, para tratar de remontar su tasa de ganancia. Que el plan “Rearmar Europa”, de más de 800000 M€ para la industria militar, el cual nos anunciaban las sonrientes Ursula von der Leyen y Kaja Kallas, ¡no se paga del aire! Por si los espeluznantes vídeos de reclutamientos forzosos entre la juventud ucraniana no fueran suficiente aviso de la que se nos viene encima, tomemos más nota: en la tan civilizada Dinamarca acaban de hacer obligatorio el servicio militar también para las mujeres. Esa es la igualdad de la UE: ¡todas las obreras y obreros a la picadora de carne de la guerra imperialista!

“El internacionalismo es la esencia más hermosa del marxismo-leninismo y sus ideales de solidaridad y fraternidad entre los pueblos. Sin el internacionalismo la Revolución Cubana ni siquiera existiría. Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad.”

FIDEL.

Fidel siempre reconoció la participación internacionalista en los procesos de lucha y liberación en Cuba. Desde las primeras batallas por la independencia de Cuba, los mambises se declararon internacionalistas, más de tres mil internacionalistas participaron en la lucha contra la esclavitud, muchos alcanzaron grados de jerarquía militar por su capacidad organizativa y valentía. Después, Julio Antonio Mella y el Che continuaron con la práctica del internacionalismo, dando su vida en la lucha contra el imperialismo y contra su agresividad colonizadora.

Para el imperialismo, ahí radica el verdadero peligro de Cuba, su capacidad de colocar la lucha de cualquier pueblo al mismo nivel que la suya propia, practicando un internacionalismo real, lejos de una retórica complaciente, y siempre ajustado a la propia lucha que libra cualquier pueblo del mundo.

Después de más seis décadas de un criminal bloqueo económico, comercial y financiero, Cuba resiste el envite feroz del imperialismo que trata de disminuir y derrotar la resistencia del pueblo cubano, y su defensa del socialismo.

¿Qué hace una organización revolucionaria frente a una agresión de semejante envergadura?

No hay otra opción que estar a la altura del momento histórico, y realizar una solidaridad que en la práctica denuncie y frene la agresión imperialista contra Cuba.

El autodenominado “libertario” Javier Milei afirma cínicamente rechazar el papel del estado. Pero su gobierno utiliza, sin dudar un instante, todo el aparato estatal de violencia contra la clase obrera y los sectores populares, movilizados en defensa de los y las pensionistas.

Colectivos de pensionistas vienen organizando cada miércoles movilizaciones en reivindicación de sus derechos: prórroga del sistema actual de jubilación, subida de las cuantías de la pensión, acceso gratuito a medicamentos, etc. Están viviendo una situación extrema: según estadísticas oficiales, la pobreza creció 12,8 puntos porcentuales en el primer semestre del gobierno Milei, la cifra más alta desde la crisis del 2001; mientras que entre los y las mayores de 65 años, ese aumento fue de 16,5 puntos. Muchas pensiones están claramente por debajo de la mitad del coste de las necesidades vitales básicas de subsistencia. Y el gobierno ha dejado de cubrir el acceso gratuito a muchos medicamentos, sobre todo para enfermedades graves y crónicas.

Por si fuera poco, con la decisión de no renovar el mecanismo de “moratoria previsional” (al que se venían acogiendo el 78% de las mujeres trabajadoras y el 44% de los hombres), Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, endurecen notablemente las condiciones para acceder a las pensiones. Se estima que a corto plazo, unas 243.000 personas –aun con la edad legal cumplida– verán denegado su derecho a jubilación: el 50% de los hombres y el 69% de las mujeres. Importante brecha, pues ellas enfrentan mayores tasas de desempleo y de empleo informal. Además, muchos obreros y obreras han sido estafados por sus empleadores, que no pagaban las cotizaciones correspondientes.

  

En distintas ocasiones hemos intentado acercarnos al origen del proceso de destrucción, persecución y exterminio del pueblo palestino. No insistiremos en analizar el acuerdo Sykes-Picott (1916) Declaración Balfour (1917), y el Libro Blanco (1938), para procurar señalar los prístinos motivos que condujeron al genocidio que viene desarrollándose desde la aprobación en la ONU de la entidad sionista en 1948, donde se le facilitó un sillón que está manchado por la sangre de todos los palestinos que han sido conducidos al patíbulo sin juicio ni mínima consideración humana.

La penúltima masacre (desconocemos si se está produciendo otra al redactar este artículo) ha vuelto a reproducir la hipocresía de los que desde el principio postularon la inserción de los creyentes de la farsante fábula de Moisés en esta zona donde ya se habían asentado definitivamente tribus sedentarias procedentes de la península arábica que confluyeron con los grupos que ya moraban en este territorio.

Todo se va generando en torno a la crisis política que desemboca en la Primera Guerra Mundial y que los Tratados de Versalles no son capaces de resolver. Los muchos problemas existentes, entre ellos la descomposición del imperio otomano y la solución justa de todos los pueblos implicados, continúan pertinaces en la realidad de estos pueblos..

La siniestra situación que la crisis del capitalismo provoca por mor de sus irresolubles contradicciones, ahonda los problemas de los pueblos que no han logrado su independencia territorial y, por supuesto, su soberanía política. ¡Aterrado está el sionismo como expresión “libre” y descompuesta de sus padres putativos!, es decir, los vetustos colonialistas y el imperialismo norteamericano que cabalgó sobre ellos.

La victoria de los terroristas en Siria ha supuesto un duro golpe para la resistencia Árabe. Siria representaba una reserva y un retaguardia para el conjunto de la resistencia, la palestina y la libanesa fundamentalmente. Era el último Estado de inspiración arabista y nasserista, y resistió el golpe de la mal llamada “primavera árabe”, que recordemos, acabó con la vida del general Muammar Gaddafi y destruyó Libia.

La victoria del terrorista salafista Ahmed Al Charaa, que ha pasado de rebanador de cabezas a respetable presidente en cuestión de pocos días, ha sumido a Síria en el terror sectario, las minorías alauitas, yazidíes o drusas están siendo perseguidas y exterminadas. Ya se cifran en miles los civiles asesinados por los grupos paramilitares salafistas.

Otra de las consecuencias de la victoria de los títeres de los EEUU e Israel en Siria ha sido la disolución del PKK, la guerrilla kurda, que acabó siendo aliada de los EEUU. Este ha sido el precio a pagar por los ex marxistas kurdos. Recientemente, representantes kurdos han firmado un acuerdo con el nuevo gobierno de Damasco para integrar la administración kurda a la administración del nuevo Estado. Aunque no hay muy buenos augurios para la minoría kurda, tiempo al tiempo, y en este caso lo de “Roma no paga traidores” tiene visos de volverse a cumplir.

En el flanco occidental, las fuerzas salafistas arremeten contra el Líbano en el fronterizo valle del Bekaa, que ya no es solo un objetivo de la ocupación sionista.

Turquía se ha anexionado de facto territorios fronterizos en el norte sirio.

En una escena escalofriante, un hombre palestino de 80 años, con un cable explosivo alrededor del cuello, fue obligado a recorrer las casas desiertas del barrio Al-Zeitun en la ciudad de Gaza.

Durante ocho horas angustiosas, fue obligado a servir como escudo humano para los soldados israelíes, su frágil cuerpo llevado al límite mientras buscaba casas abandonadas bajo la constante amenaza de detonar el explosivo.

Este angustioso acontecimiento fue grabado en mayo del año pasado, en el auge de la guerra genocida del ejército israelí contra la Franja de Gaza, que resultó en un desplazamiento masivo en su territorio asediado de 2.3 millones de personas y la muerte de más de 48 000 palestinos, la mayoría mujeres y niños.

El hombre palestino de la tercera edad y su esposa, ambos con dificultades de movilidad, no pudieron evacuar al sur de Gaza tras las órdenes de desplazamiento. El hombre dependía de un bastón para caminar.

Al descubrir a la pareja, los soldados de la ocupación israelí aprovecharon la vulnerabilidad del anciano, amenazando con detonar el cable explosivo si no cumplía con sus órdenes.

Detuvieron a su esposa, también anciana, en su casa, mientras el hombre de 80 años, apoyado en su bastón, fue obligado a caminar delante de los soldados de la infame Brigada Nahal del ejército israelí.

Una vez cumplida la tarea, los soldados israelíes ordenaron a la pareja que huyera. Sin embargo, cuando intentaron escapar desesperadamente, fueron vistos por otro batallón israelí y asesinados sin piedad en el acto.

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