Según han denunciado desde la sección sindical de CGT, “la plantilla de Telepizza en todas las ciudades llevamos semanas denunciando públicamente que la empresa se negaba a dotarse de un plan de prevención”.

El pasado viernes día 10, en Zaragoza, casi una decena de trabajadoras y trabajadores de Telepizza, de la tienda situada en la avenida Miguel Servet, han recibido sanciones disciplinarias por negarse a trabajar sin EPIs ni protocolos efectivos de protección contra el COVID-19 con suspensiones de de empleo y sueldo durante 20 días.

Prestan un servicio esencial, son mayoritariamente mujeres y desde el inicio del estado de alarma han estado en primera línea de exposición y sin ninguna medida de protección para su salud. Han ido saltando noticias de su situación y desprotección.

 

Según datos de la propia Diputación, los fallecidos en las Residencias de Gipuzkoa suman ya más de 90; el 70% de los fallecimientos de Gipuzkoa por COVID-19 se han dado ahí. Los contagiados totales en esos centros ascienden a 301.

 

CGT denuncia que la empresa Airbus sigue haciendo “caso omiso” de las medidas de seguridad, también después de la visita de Inspección de Trabajo reflejada en un acta del día 6 de abril a los centros de trabajo de Getafe y Barajas. Dicha inspección detectó que no hay medidas de seguridad apropiadas entre los trabajadores blue collar (operarios), no consta la utilización de contenedores biosanitarios Tipo III para la retirada de los EPI desechables y tampoco hay distancias de seguridad en una de las salas de almuerzo y en vestuarios. Durante la parada de la actividad, la empresa no ha resuelto ninguno de los problemas de salud laboral detectados por el comité de empresa.

 

Si hay un sector por antonomasia que forme parte de los servicios esenciales, sin duda es el de las personas que tienen a su cargo el cuidado de personas enfermas o mayores. También es uno de los sectores más maltratado a nivel de condiciones laborales, derechos y protección social. El colectivo de trabajadoras del hogar y de cuidados, está totalmente feminizado, calculándose que hay más de 700.000 mujeres empleadas en España. La mayoría son migrantes y una parte importante trabaja como internas, en la economía sumergida y en situación irregular, debido a los requisitos de la Ley de extranjería, que prácticamente les imposibilita su regularización.

 

Estos días se habla de la necesidad de mano de obra en el campo para las campañas de frutas y hortalizas. Más de 100.000 temporeros y temporeras para toda la geografía. Según refiere el ministerio del ramo “el cierre de las fronteras imposibilita la llegada de trabajadores de otros países”. Las patronales están pidiendo «igual la Administración tiene que fletar aviones, como en el caso de los EPIs y facilitar la venida de cuadrillas o, por carretera, respetando las medidas de seguridad y la separación social».

La Dirección General de Trabajo deniega el ERTE en Financiera El Corte Inglés

El pasado martes 7 de la dirección de Recursos Humanos de Financiera El Corte Inglés informaba a la Representación de los Trabajadores que la Dirección General de Trabajo había decidido declarar no constada la existencia de fuerza mayor en el expediente presentado por la empresa, como ya le advertimos desde CSC tanto a la empresa como a la autoridad laboral en el informe que remitimos a ambos el pasado día 4 de abril y que os adjuntamos a este correo electrónico.

 

Los servicios públicos empezaron a desmembrarse para facilitar su privatización, uno de los afectados fue el de la limpieza. A estas alturas no hay servicio de limpieza que no lo preste una empresa privada. En la sanidad también. Las denominadas “externalizaciones” son el eufemismo usado para esconder la grosera entrega a manos privadas de algo que siempre debió estar en lo público. Era un gran bocado para el capital y así han crecido imperios como el GRUPO CLECE S.A. Esas privatizaciones tuvieron y tienen repercusiones directas tanto para la salud de quienes reciben asistencia sanitaria como para las personas que prestan esos servicios invisibles. En tiempos de covid y pandemias, se evidencia mucho más.

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