Cada edición de la gala de los premios Goya es un evento extraordinario y vibrante en el que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas otorga el preciado galardón a los profesionales más creativos y singulares del panorama audiovisual.

En esa noche de lujo y glamour, por el escenario van desfilando radiantes de emoción actores y actrices, directores, músicos, creadores de maquillaje y de vestuario, fotógrafos, guionistas y técnicos de mil especialidades que dan las gracias y hacen emotivos reconocimientos a madres, hermanos, esposas y mentores y, en alguna ocasión, los galardonados con el Goya que tienen mayor compromiso social cuelan entre los agradecimientos ardientes y bien armados alegatos reivindicando luchas o proyectos que tienen muy buena acogida entre los espectadores.

En el Auditorio muchos artistas y personajes de la cultura y la política aplauden, con entusiasmo unos, y con cierta decepción los que se han quedado sólo en candidatos, mientras telespectadores y asistentes al evento esperan receptivos que, como todos los años desde el escenario, alguno de los premiados profiera un discurso de calidad y con algún brochazo si no revolucionario al menos un pelín inconformista.

Pero a excepción de algunos profesionales que han expresado abiertamente sus posturas y sus ideas progresistas, el negocio del cine evita entrar a fondo en ideas que puedan resultar demasiado comprometidas para la audiencia y trata de desligarse de una ideología que genere controversia o polémica. Se buscan contenidos que no provoquen conflicto con los productores y patrocinadores que ponen el dinero y se hacen tímidas críticas para no incomodar demasiado al gobierno de turno.

El séptimo arte ha dejado de ser un espacio de denuncia y compromiso con causas políticas y sociales para convertirse en un medio de entretenimiento y pasatiempo para el gran público.

La ruptura del alto el fuego por parte del ente sionista el pasado 18 de marzo, con el enésimo bombardeo que deja más de 1000 asesinados en Gaza y numerosas infraestructuras básicas arrasadas, retrata de un modo absolutamente preciso la esencia plenamente terrorista y despiadada de la que hace gala la decadente bestia imperialista. Bestia encuadrada en una alianza en contra de la vida y de la libre determinación de los pueblos, compuesta por el eje imperialista anglosajón, nucleado entorno a la OTAN y que encabeza y comanda EE.UU-Reino Unido, con el ente sionista de Israel como su gendarme del terror más avanzado en Asia Occidental, y principalmente con la belicista Unión Europea de los 27, junto a Canadá, así como a los lacayos del Pacífico: Japón, Australia-Nueva Zelanda y los secuaces coyunturales que intervienen bajo este paraguas, para mantener la dominación imperial.

Hablamos a nivel internacional de este bloque , supeditado a la férrea jerarquía de EE.UU por su poderío militar, porque representa a un bloque de dominación donde cada uno de estos actores, interviene en distintas zonas del mundo, actuando de forma coordinada bajo unos mismos intereses y que conforman un todo, una misma lógica. Todo ello, a pesar de sus puntuales contradicciones, que siempre son menores respecto a la clara y cristalina misión por mantener a los pueblos del mundo bajo su dominación imperialista.

De forma simultánea, el imperialismo no solo desata guerras militares convencionales, sino que también libra a, lo interno, una criminal guerra total contra las masas trabajadoras en varios frentes. Esta guerra se manifiesta en la sobreexplotación laboral, la sustracción de todas la riquezas generadas por estas, la destrucción de los nichos ecológicos y destrucción del medio ambiente, la precarización de la vida y la represión de los movimientos sociales, principalmente los partidos comunistas.

Andan bastante equivocados quienes insisten en que la derecha rancia y casposa del estado español es la que mejor representa los intereses del gran capital. Al menos, no por el momento... Desde luego, es difícil de creer que necesiten de la gestión de esa pandilla de torpes nostálgicos del franquismo (PP-Vox), para aprobar los planes de gasto militar, cuando uno ve que el gobierno de la socialdemocracia consigue anunciar el fin de los servicios públicos, para financiar las guerras del capital y los misiles ukronazis... ¡¡¡Y seguimos sin que se convoque una huelga general en este país!!!

El mes pasado hablábamos del carácter belicista de este gobierno, y el desarrollo de los acontecimientos no hacen sino reafirmar una y otra vez esta tesis que venimos desarrollando hace tiempo. El gobierno PSOE/Sumar, en plena desorientación de la UE por el sopapo que le ha plantado EEUU, se pone a la cabeza de quienes apuestan por la economía de guerra, como salida hacia delante a la crisis de una UE que es un zombi político. Así lo ha querido dejar bien claro, el presidente Sánchez, en sus recientes intervenciones e insistencias en avanzar hacia la creación de un ejército europeo, o las de Albares, su ministro de exteriores, que afirmaba en Bruselas antes del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, que “la amenaza es europea y por lo tanto la respuesta tiene que ser europea”.

El Gobierno de España contribuye a esta ficción de la necesidad de la guerra para justificar su sumisión a los planes del gran capital, que pretende resucitar su tasa de ganancia a través de la economía de guerra, financiada con dinero público a espuertas. Así lo impone la OTAN, ampliando la exigencia del gasto militar al 3 % del PIB. Es decir para comprarle chatarra obsoleta a EEUU, que necesita saciar su industria militar.

El único plan válido para las élites capitalistas europeas, es la búsqueda de una fuerza militar propia que permita conseguir la parte del pastel que EEUU se niega ahora a repartir, mediante el expolio a los pueblos del mundo. La expulsión de las tropas francesas del Sahel, que no podrán seguir garantizando el expolio que realizan los monopolios galos, es bastante ejemplar. Una visión imperialista, eurocéntrica y supremacista, que pretende insistir en la guerra (contra Rusia y contra quienes no se sometan), para seguir empobreciendo a los pueblos de Europa y a llevar a nuestra juventud a morir únicamente por los intereses del capital.

 

El Gobierno de coalición PSOE & Sumar gritan ¡A las armas!

Hace 39 años la socialdemocracia estafó a la clase obrera y sectores populares  con su pregunta trampa y  con aquello de mantenerse fuera de la estructura militar. Menudo cínico oxímoron y  forma de engañar(nos) pues si ingresas en una estructura militar ¿cómo es posible a la vez quedar fuera de dicha estructura?

Hoy  la Unión Europea y la OTAN impulsan el bando de la guerra.

¡A las armas! es la consigna que lanzan las instituciones y los gobiernos europeos.  El plan de rearme está en marcha  y 800.000 millones de euros  se van a financiar las aventuras bélicas de la U.E.  y la OTAN.

Nuevamente las mentiras y el engaño forman parte de la puesta en escena para que el pueblo trabajador no se levante contra las medidas pro guerra. La falaz justificación del rearme europeo y del aumento del gasto,  que saldrá del techo de déficit, del techo de deuda, de recortes en servicios públicos educativos, sanitarios y de pensiones públicas, cuenta con el altavoz de los medios de propaganda  para que  aceptemos sumisamente una guerra que podría destruir el planeta.

La Comisión Europea, con la Sra. Von der Leyen al mando, afirma que Rusia va a invadir la Unión Europea (UE) y que los países de Europa occidental están desarmados ante el poder militar ofensivo de Rusia. Lo que no nos dice ni ella ni el resto de los presidentes proguerra es que, actualmente, el gasto militar de los 27 países de la UE, sumado al del Reino Unido, es cuatro veces mayor que el de Rusia, alrededor de 400.000 millones de euros frente a los 100.000 millones de euros de Rusia.

El 8 de marzo pasado, en la fachada del instituto Numància colgaba una pancarta que decía: “El 8 de marzo no es una fiesta, es una protesta. COMISION FEMINISTA”. Creada por alumnas y alumnos de Santa Coloma de Gramenet, conscientes de que el camino es la lucha y que hay que organizarla. Necesitamos que estas acciones vanguardistas no solo se mantengan, sino que evolucionen, que den ejemplo, y despierten conciencias. Porque tenemos el mundo que nos han robado por conquistar.

El postmodernismo y toda la propaganda capitalista han conseguido desposeernos de nuestra conciencia colectiva como clase obrera. La base sobre la que tiene que estructurarse el feminismo de clase que nos conduzca al socialismo. Que nos permita, a la inmensa mayoría de la población mundial, reconocer y unirnos a nuestras iguales contra nuestros antagónicos e irreconciliables enemigos de clase. Parece que esa falta de conciencia junto a las muchas violencias que ejercen, permite a las oligarquías del mundo, a la clase dominante, al capital; seguir perpetuando la represión, la explotación, el fraude, la contaminación, la desinformación, el exterminio y la acumulación a través del expolio de materias primas y el negocio de la muerte. Por suerte un grupo de irreductibles jóvenes estudiantes lo tiene claro.

Alrededor de la primera década del siglo pasado y finales del XIX, Clara Zetkin y Alexandra Kollontai, entre otras muchas luchadoras comunistas, nos enseñaron la diferencia entre feminismo burgués y feminismo proletario, y que su corta andadura juntas solo tuvo que ver con la fundamental e irrenunciable demanda y posterior conquista del voto femenino. Las feministas burguesas buscaban la igualdad de derechos con los hombres a través de reformas, dentro del marco de relaciones de producción capitalistas, es decir, luchan por privilegios para ellas mismas y consideraban que: “Los hombres son el principal enemigo, se han apropiado injustamente de todos los derechos y privilegios, dejando a las mujeres solamente cadenas y obligaciones”. Poder entrar en los parlamentos burgueses y a su vez poder explotar fuerza de trabajo proletaria “igual que hacían los hombres (sus maridos, padres y hermanos) para ellas era una victoria, un fin en sí mismo”. 

 

La situación urgente de la clase trabajadora en España, requiere expropiar las viviendas a los fondos de inversión o fondos buitre. Expropiar a los Bancos las viviendas vacías y el Banco Malo. En esta situación urgente hay que regular garantizando que las familias obreras y las capas populares tengan derecho a una vivienda digna, deteniendo la acumulación de vivienda por parte de los rentistas, puesto que están especulando con un derecho básico esencial. A través de los desahucios, las fuerzas del orden público, los aparatos represivos del estado, se ponen a favor del los Bancos y de los Fondos de Inversión reprimiendo a los desahuciados, reflejando la naturaleza de clase del estado capitalista, por mucho que el gobierno se reclame progresista.

Pero debemos tener muy claro que estas medidas, no se pueden aplicar con la Constitución de 1978, por ello el reformismo solo hace poner tiritas, que son inefectivas para los problemas que tienen los sectores más vulnerable de la clase trabajadora,como la juventud, que necesitaría que se implantaran medidas urgentes como que el alquiler de la vivienda no estuviera por encima del 15 % de su renta, y la compra de la vivienda en el 20 %.

Sobre la propiedad del suelo, para construir vivienda nueva, debería ser centralizado. Se podría coger todo el suelo público, y si falta, expropiarlo a los grandes capitalistas y rentistas. No se alarmen señores de la izquierda burguesa parlamentaria, reformistas y oportunistas y no pidan migajas al Sistema Capitalista para la Clase Obrera y las Masas Populares.

Tovarik, militante del PCPE

La tarde que Mariano Rajoy se encerró durante horas en un local, mientras se llevaba a cabo su moción de censura, recuerdo brindar con unos amigos con los que había quedado esa misma tarde, mientras la tele del bar lo retransmitía en directo. ¡Pa tu casaaaa!, decíamos entre risas, pipas y cerveza, mientras nos partíamos con cientos de memes que inundaban las redes. ¡Qué jolgorio! Tenía muy claro qué era y qué es el PSOE y la continuidad en esencia que suponen sus gobiernos, pero necesitábamos soltar un poco después de tanto palo, recorte y mordaza a degüello.

Se nos pasó la risa hace ya tiempo... Después de casi 8 años de esto, el Gobierno PSOE-Unidas Podemos primero, y de PSOE-Sumar posteriormente, han hecho méritos sobrados para colocarse el pin del Gobierno “más pro-guerrerista de la historia”.

Medidas sociales, ¿con qué saldo?

Sí, han llevado a cabo medidas sociales, pero... ¿con qué saldo? A través de maniobras de trilero. Con una mano han subido el salario mínimo pero con la otra el resultado es que la clase trabajadora ha perdido poder adquisitivo, han subido las cifras de empleo, porque al trabajo parcial y la precariedad la han llamado “fijos-discontinuos”,  hablan de apostar por los servicios públicos, pero atacan las pensiones públicas (pensiones de empresa, cuestionamiento de su viabilidad, planes privados...), se multiplican los seguros sanitarios y se fomenta la jubilación a los 72 años, dicen que prohíben los desahucios, pero tenemos que aumentan las cifras de familias desahuciadas, mientras los rentistas hacen negocio con la vivienda1 ...

El firme compromiso del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) en la defensa de los derechos fundamentales y la memoria democrática ha logrado un importante avance judicial. El Juzgado de Instrucción Nº 1 de Palma de Mallorca ha dictado auto de apertura de juicio oral contra Gabriel Antonio Le Senne Presedo, presidente del Parlamento Balear, por un presunto delito de odio, recogido en el artículo 510 del Código Penal1.

Este resultado es fruto del inquebrantable trabajo jurídico del PCPE y del abogado Pablo Alonso De Caso, quien, con su experiencia y meticulosa estrategia legal, ha permitido que la querella avanzara con solidez hasta esta fase procesal. Su detallado escrito de acusación2 ha fundamentado con pruebas y argumentos jurídicos incuestionables la necesidad de llevar al presidente del Parlamento Balear ante el Juzgado de lo Penal.

La querella, impulsada por el PCPE, denuncia los hechos ocurridos durante la sesión parlamentaria del 18 de junio de 2024, cuando Le Senne, en un acto cargado de simbolismo político y desprecio hacia la memoria histórica, rompió fotografías de mujeres comunistas asesinadas por el franquismo y expulsó a diputadas que las exhibían. El auto judicial subraya que estas acciones, realizadas desde la presidencia del Parlamento, no solo vulneran la memoria de las víctimas sino que representan un acto de humillación hacia quienes defienden los valores democráticos que ellas encarnaban.

El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) ha liderado este proceso desde su inicio, manteniéndose firme en su compromiso por la justicia histórica y la protección de los derechos democráticos. Este logro judicial es reflejo de su coherencia política y de su trabajo constante en la defensa de las víctimas del franquismo y sus ideales.

El auto judicial reconoce que los actos del presidente del Parlamento Balear constituyen un menosprecio deliberado a la memoria de las víctimas y un ataque a los valores democráticos. La apertura del juicio oral supone un paso crucial en la rendición de cuentas de los responsables de discursos de odio y la defensa de la memoria democrática.

Las limitaciones estructurales de la democracia burguesa, diseñada para perpetuar los intereses del capital, ha demostrado ser incapaz de garantizar el bienestar de la mayoría social: la clase trabajadora y los sectores populares una vez más.

Mientras el gobierno (PSOE + SUMAR1 ) incumple sus compromisos electorales y se desgasta, la derecha avanza con una ofensiva reaccionaria que amenaza con consolidar un retroceso histórico en derechos sociales y laborales.

El gobierno español llegó al poder con un programa progresista que prometía mejorar la vida de la clase trabajadora, proteger los servicios públicos y redistribuir la riqueza. Sin embargo, todos estos años, esas promesas han quedado relegadas o incumplidas. El mercado laboral sigue marcado por la precariedad, los precios de la vivienda y los servicios básicos son inasumibles, y las políticas medioambientales permanecen subordinadas a los intereses empresariales. Esta situación no es fruto únicamente de errores de gestión. Es el resultado de un sistema político e institucional diseñado para proteger los intereses de las élites económicas.

La democracia burguesa, lejos de ser un espacio neutral, establece límites claros a cualquier intento de transformación que cuestione el poder del capital. Presiones de los mercados financieros, la influencia de los lobbies empresariales y las restricciones de las instituciones supranacionales como la Unión Europea condicionan las políticas del gobierno. Esto ha generado frustración entre quienes esperaban un cambio real, abriendo espacio para que la derecha canalice el descontento hacia propuestas reaccionarias.

Mientras el gobierno se debilita, la derecha y la extrema derecha avanzan con un discurso simplista y oportunista que capitaliza el malestar social. La oposición de derecha y extrema derecha ha aprovechado el desgaste del gobierno para desplegar una narrativa que promete “orden” y “seguridad”. Sin embargo, detrás de su retórica populista se esconde un programa político destinado a profundizar la desigualdad, protegiendo los privilegios de la oligarquía, consolidando: la  privatización de servicios públicos, recortes de derechos laborales y criminalización de las luchas sociales.

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