Literatura de la libertad y la justicia

Saber nuestra historia, saber de dónde venimos, para saber en dónde nos encontramos y hacia dónde vamos.

Las horas extras hoy, no sólo son un despropósito, una irracionalidad por partida doble, pues se hacen sobre una jornada conseguida en el siglo XIX. Además, las horas extras son el pretexto para no incrementar el salario del convenio, ahorrarse puestos de trabajo y seguros sociales.

En el año 2012 le dieron a la UE el premio nobel de la paz, “por los 60 años sin guerra y el desarrollo de la democracia en el continente europeo” afirma la Wikipedia. Por tanto deberíamos concluir que la Unión Europea es una empresa pacífica, una asociación de estados que pretende crear las mejores condiciones de hacer negocio para sus empresas y como consecuencia aumentar el bienestar de su población; un área de paz y solidaridad por lo menos entre sus países miembros, como lo dijo el ministro francés de exteriores Robert Schuman en 1950 antes de la fundación de la Comunidad Europea (antecedente de facto de la UE) cuando declaró que “Europa no se hará de golpe ni en una construcción de conjunto. Se construirá mediante logros concretos, creando primero una solidaridad de hecho.” Un año más tarde firmaron el tratado de París pero tardaron hasta 1957 para firmar los tratados de Roma, considerados los acuerdos fundacionales. Para entender mejor lo que es Europa, la idea de Europa y especialmente la Unión Europea será instructivo echar una mirada sobre la historia política y económica del continente – en realidad la historia del colonialismo e imperialismo.

De la experiencia de movilización y organización desarrollada durante los últimos años, los vecinos y vecinas miembros del movimiento asambleario vecinal que viene protagonizando la lucha por un Parque Central en los terrenos de ADIF por los que entraba el ferrocarril en la ciudad de Alacant, hemos decidido dar un paso más y constituirnos como Asociación vecinal.

Declaración de Veteranos Por la Paz España

El “Convenio de Cooperación para la Defensa” España/EEUU vence en mayo de 2021. Este convenio vino a consolidar el vasallaje a los EEUU que estableciera el dictador Francisco Franco en 1953 a través de los llamados “Pactos de Madrid”. Con ellos se inició su reconocimiento internacional, tras el aislamiento al que había sido sometido el régimen por su origen fascista.

El Convenio propiamente dicho se firmó en 1988, una vez que se había hecho efectiva la incorporación de España a la OTAN, tras el fraudulento referéndum organizado por el PSOE en 1986.

Gestación subrogada, gestación por sustitución, maternidad subrogada… cuánto eufemismo para disfrazar lo que realmente sucede: SE ALQUILAN MUJERES.

Tras el falso mito de la libre elección y del altruismo se esconde la cruda realidad. Al igual que la prostitución, los vientres de alquiler llevan implícitos la deshumanización de la mujer. Convirtiéndola en un contenedor vacío que se alquila durante nueve meses. Curioso que este hecho solidario siempre se de en las mismas condiciones: mujer obrera con pocos recursos económicos y clientes burgueses con un elevado nivel económico.

Ha sucedido en un pueblo de Sevilla, Castilblanco de los Arroyos, un pueblo con menos de 5000 habitantes y con una presión habitacional casi ridícula. Una mujer, una familia monoparental, con tres hijos y uno de ellos con discapacidad, ha sido desahuciada de una vivienda pública.

Sería un caso más, pero en él confluyen muchas de las injusticias que el sistema democrático capitalista borbónico europeísta otanista (y todos los adjetivos que les quieran poner) maneja para explotar a la población.

La realidad del racismo y la xenofobia en tiempos de la COVID-19

No escapa un área geográfica, donde hoy día no aparezca la práctica de racismo y xenofobia. La pandemia del coronavirus ha sido una justificación para acelerarla, al politizar la COVID-19 se llegó más rápido al desarrollo del racismo y la xenofobia en este contexto.

El Secretario General de las Naciones Unidas , Antonio Guterres, dijo que “la pandemia sigue desatando una oleada de odio y xenofobia, buscando chivos expiatorios y fomentando el miedo” e instó a los gobiernos a “actuar ahora para fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odio”.6

El presente trabajo aborda el tema de la xenofobia y el racismo, específicamente cómo se manifiestan estos fenómenos en tiempos de la COVID-19. La realidad cada día se impone y demuestra cómo estas prácticas de segregación han influido directamente en la incapacidad de muchos gobiernos para manejar la lucha por evitar los contagios y salvar vidas.

 

Introducción

La Covid-19, ya se halla en más de 180 países indicador este que perfila como una pandemia letal, no todos los gobiernos asumen con objetividad el combate de este coronavirus, ni defienden la unidad internacional para vencerla.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha hecho un gran llamado a la unidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), firmemente explicó que lo importante no es buscar el culpable del virus, de hecho, no considera que existan culpables como aseguran diversas teorías de la conspiración. De lo que se trata es de unirse para combatirlo, trabajar de forma solidaria y no dejar solo aquellos que no poseen ni los medios y el capital humano necesario.

Hay algo que es importante tener en cuenta, por cuanto se ha convertido en parte inalienable de la letalidad de esta pandemia: el desarrollo sin freno del racismo y la xenofobia, flagelos que llevan siglos destruyendo al ser humano. Racismo y xenofobia han constituido parte de la propagación de muchas pandemias. Su expresión más amplia se evidencia en la destrucción de muchos pueblos.

La xenofobia y el racismo no son flagelos modernos, sin embargo, no siempre se ha luchado contra ellos, las sociedades donde impera la actitud de unos seres humanos por encima de otros son sociedades enfermas también, porque resultan ser generadoras de desigualdades.

Hoy el mundo está cambiado, los gobiernos en su mayoría han perdido el azimut del camino, los problemas de miles de año se reproducen, los vicios de los poderosos se traducen cada vez más en posiciones xenofóbicas y racistas. La lucha contra un nuevo coronavirus no es ajena a este escenario.

La COVID-19 es nueva… el racismo y la xenofobia no

 

 

Desde que los seres humanos comenzaron a enfrentarse por lograr el poderío de unos sobre otros, afloraron los primeros vestigios del racismo y la xenofobia; existían otros nombres, pero la esencia era la misma. Se luchaba por poder, el ganador trataba al perdedor como un objeto, desaparecía el ser pensante y predominaba el vencedor que se sentía superior como especie.

En Grecia a.n.e. ya existían rasgos xenófobos, Platón en sus escritos daba sobrevaloración a la «polis», de la propia cultura en detrimento de las otras. A través de la historia se ha manifestado xenofobia entre las civilizaciones, así surge el antijudaismo, el racismo contra las etnias europeas, americanas, el racismo colonial y neocolonial europeo en África y la repulsa a los gitanos fundamentalmente; muchos ejemplos pudieran citarse.

El mundo no es una serie de sectores incomunicados, la migración es uno de los fenómenos sociales más destacados, lo cual ha posibilitado la evolución del hombre, así como el desarrollo de los sentimientos xenófobos y racista en todas las regiones del orbe. Se emigra por diferentes razones: hambre, guerra, pandemias, terrorismo, desarrollo personal o grupal. El racismo y la xenofobia en muchos casos se convierte en las consecuencias.

En nosotros han coexistido diferentes prototipos: negativo y positivo; desarrollándose en seres humanos la racionalización y contención del sentimiento xenófobo, el miedo al diferente, que podría ser innato o no, quizás como reminiscente de nuestra historia evolutiva o como resultado de los procesos de opresión de los vencedores y vencidos y explotadores y explotados.

Las diferentes formas del dominio de los imperios antes y después de nuestra era, el movimiento de las cruzadas, los enfrentamientos entre los diferentes grupos de nativos ancestrales, desarrollaron una especie de xenofobia y racismo que era justificado por los vencedores.

La primera mitad del siglo XX, fue especialmente trágica con el exterminio de millones de personas entre la primera y segunda guerra mundial, en muchos casos justificado por la xenofobia y el racismo. Se suponía que con la victoria sobre el fascismo se enterrarían estos dos fenómenos. La realidad es que los movimientos nazis, neonazis, racistas y xenófobos han persistido, y reaparecen con mayor fuerza en los momentos de crisis.

En Europa una vez más, los brotes de xenofobia y racismo empezaron en los años 80, bajo la sombrilla de los partidos de ultraderecha y de la prensa sensacionalista. Con la caída del campo socialista la mayoría de los países que lo conformaban pasaron a ser ciudadanos de segunda o tercera clase cuestión que se extendió hasta el siglo XXI.

La creación en 2007 del Grupo Identidad, Tradición, Soberanía (ITS) en el Parlamento Europeo permitió que se asociaran los partidos ultraderechistas y racistas de Austria, Bélgica, Francia e Italia, así como los de Bulgaria y Rumania.

Los partidos fascistas tradicionales de derecha han optado por moderar su mensaje y el perfil de sus simpatizantes y crear un fascismo edulcorado. Los que antes eran partidos puramente fascistas son ahora partidos populistas de derecha cuyos adeptos constituyen un arcoíris que engloba desde personas de ideología fascista, racista, xenófobas y los blancos alienados de clase trabajadora.

El pueblo africano lleva sobre sus espaldas más de medio milenio de racismo y xenofobia. Grandes cantidades de individuos fueron arrancados de sus hogares por las grandes potencias para que sirvieran de esclavos en otros países, principalmente hacia América.

Entre los albores del siglo XVI hasta el siglo XIX, las potencias de entonces: Inglaterra, Francia, España, Portugal, Holanda, transportaron de África fundamentalmente de Angola, Senegal, Gambia, y Sierra Leona, alrededor de 15 millones de negros esclavos para las Américas.1 ,2

No hay cifras exactas sobre las víctimas de las atrocidades cometidas. Expertos estiman que entre los siglos XVI y XIX un total de cien millones de personas fueron deportados o murieron durante la deportación. Esta cifra se refiere al tráfico total (occidental y oriental), contando también los muertos de las guerras de esclavización.3

Pero una vez alcanzada la independencia, los países africanos en su mayoría han continuado bajo la influencia de sus antiguas metrópolis, influyendo con diferentes manifestaciones en su desarrollo económico político y social. Hoy de forma diferente, pero con una explotación despiadada, con hambruna en muchos países y la presencia de múltiples enfermedades entre ellas el SIDA, que es ya endémica y ha ocasionado millones de muertes.

Después de la segunda guerra mundial, la segregación racial, más conocida como el apartheid, fue un acto vergonzoso para la humanidad en pleno siglo XX, a pesar de las acusaciones permanentes en la mayoría de los foros de organismos multilaterales a la oligarquía blanca y rica y al imperialismo norteamericano.

Gracias a la lucha de su pueblo y solidaridad internacional de varios países, se logró la victoria en la última década del siglo XX. Sudáfrica pudo convertirse en un país libre y se cumplió la Resolución 435 que posibilitaba la independencia de Namibia, Sin embargo, los procesos racistas y xenófobos todavía se desarrollan en el continente bajo el apoyo y financiamiento de las potencias imperialistas fundamentales.

El Medio Oriente ha sido una zona permanente de conflicto. Esta región permanentemente es un volcán de violencia , donde la xenofobia y el racismo es una práctica normal y se caracteriza por las guerras, las sanciones, el terrorismo, la falta de gobernabilidad, el financiamiento de “ revoluciones” por oligarquías, países de la región y el apoyo incondicional de los EUA a Israel como garante regional.

En la región de Asia y Oceanía, desde que muchos países lograron la independencia, el desarrollo de la xenofobia y el racismo ha avanzado de diferentes formas, desde la proyección de los polos de poder hacia los más vulnerables, la diferencias entre regiones y la existencia de diferentes etnias y religiones.

América Latina y el Caribe es una región que ha sufrido y sufre los golpes de la xenofobia y el racismo. Los inicios se remontan al siglo XV con la llegada de los europeos a nuestras costas, primero las víctimas fueron los aborígenes, después los negros esclavos que de África fueron arrancados, dando lugar a la explotación más despiadada que ha sufrido el continente.

El logro de la independencia de los países Latinoamericanos y caribeños no disminuyo las manifestaciones de del racismo y la xenofobia. La existencia de una región de un arcoíris social, donde existen grandes cantidades de pueblos originarios, negros, mestizos y blancos con herencia europea, asiática, ha conllevado también a que los más vulnerables en los estratos sociales sufran la segregación social.

Otro problema que se presenta con los países Latinoamericanos y caribeños, es que hemos sufrido el comportamiento imperial de los EUA hacia nuestros pueblos, usados como traspatio de los gobiernos estadounidenses y las diferentes políticas del imperio, dígase, política de las cañoneras, la política del buen vecino, la doctrina Monroe y otras que están llenas de odio hacia nuestros pueblos, viéndonos inferiores en todos los sentidos. América Latina y el Caribe son ejemplos perennes de la práctica de la xenofobia y el racismo, ya sea por las dictaduras que han pasado y de forma directa y de los gobiernos de los EUA a través de su historia de relaciones.

En el 1790, el Congreso de Estados Unidos de América, decretó la primera Ley de Naturalización, donde establecía la ciudadanía estadounidense solo para las “personas blancas libres”, lo cual fue ratificado por la Corte Suprema en el 1857.

Pero no fueron los negros los únicos que fueron víctimas de la xenofobia del naciente Estado, muchos inmigrantes europeos blancos en diversas etapas fueron víctimas de la xenofobia como resultado de su origen nacional, irlandeses, franceses y alemanes, judíos, italianos, eslavos, fueron despreciados por no ser anglosajones.

Desde los orígenes de la colonización estuvo presente la discriminación a las poblaciones indígenas, llevada al punto del exterminio masivo, los supervivientes fueron concentrados en reservaciones hasta el día de hoy. Al igual que los de origen asiático, hasta el 1940 no podían optar por la ciudadanía estadounidense.

También desde el siglo XVI con la conquista por los españoles territorios norteños comenzó el desarrollo del racismo en los futuros Estados Unidos de América los cuales llegaron al país como fruto de la inmigración forzada en condición de esclavos desde África, la cual llegó a ser la más nutrida del mundo.

El racismo y la xenofobia tienen su causa fundamental en la necesidad de los grupos dominantes de segmentar la sociedad y estimular diferencias que limiten las posibilidades de articulación política de las clases subalternas, algo particularmente funcional en Estados Unidos, debido a su extraordinaria heterogeneidad social.

No hay nada novedoso en las políticas contra los inmigrantes de Donald Trump, sino una reversión a la más primitiva xenofobia para justificarlas, asumiendo como propios los presupuestos más groseros de los ideólogos de la supremacía blanca. El Ku Klux Klan es un ejemplo de esto.4

En los países europeos y en los EUA, tradicionalmente han sido, y son, las formaciones de extrema derecha las que alimentan y promueven el sentimiento de xenofobia, debido al creciente fenómeno migratorio, los conflictos interculturales derivados de su mala gestión y la crisis económicas.

Sin embargo, la «Convención sobre racismo y xenofobia de la ONU, define estos fenómenos como:

“Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública”. (Artículo 1º de CER)5

Numerosos Estados tienen tipificadas como delito las conductas racistas y xenófobas. Por ejemplo, la Unión Europea aprobó, en septiembre de 2008, una ley contra el racismo y la xenofobia, teniendo los países miembros un plazo de dos años para adaptar sus legislaciones a esta ley.

Mario Antonio Padilla Torres (Dr. en Ciencias Filosóficas, Universidad de la Habana.  Profesor e Investigador Titular del Centro de Investigaciones de Política Internacional de la República de Cuba. (CIPI). Alainet.

Notas 

1 Consultar w.w.w.cervantevirtual.com Los comienzos de la esclavitud en América. Conrado Habler (PDF), consultado el 2 de julio 2020

2 Consultar Esponera Cerdán, Alfonso. «Bartolomé de las Casas y la esclavización de los negros según aportaciones de I. Pérez Fernández, OP (+2001)». Universidad de Valencia. Archivado desde el original el 28 de noviembre de 2015. Consultado el 3 de julio de 2020.

3 Consultar w.w.w.monografia.com pasado y presente de la esclavitud. Consultado el 3 de julio de 2020.

4 Ku Klux Klan (KKK) es el nombre adoptado por varias organizaciones de extrema derecha en Estados Unidos, creadas en el siglo XIX, inmediatamente después de la Guerra de Secesión, y que promueven principalmente la xenofobia, así como la supremacía de la raza blanca, homofobia, el antisemitismo, racismo y el anticomunismo. Con frecuencia, estas organizaciones han recurrido al terrorismo, la violencia y actos intimidatorios como la quema de cruces, para oprimir a sus víctimas.

5 Esta fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965.

 Declaración de Veteranos por la Paz España (VPPE)

Como militares veteranos dedicamos esta conmemoración:

 A los capitanes Fermín Galán y García Hernández,

sublevados en Jaca contra la monarquía,

primeros héroes de la II República.

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