El Gobierno asignará casi 7.000 millones de euros a la rehabilitación de viviendas y a la regeneración urbana. De la partida de 70.000 millones que “no hay que devolver”, supone la segunda en cuantía.

De este paquete, 3.420 millones de euros llevarán la etiqueta de la "rehabilitación para la recuperación económica", de los que 1.994 millones serán para rehabilitación integral de edificios, 976 millones para rehabilitar barrios y otros 450 millones de euros para deducciones fiscales.

Además, 1.000 millones irán destinados a construir viviendas de alquiler social (20.000 pisos) y otros 1.080 millones para rehabilitar edificios de las Administraciones autonómicas y locales.

Y sigue y sigue… Sigue el debate en torno a la interrupción voluntaria del embarazo. Continúa el enjuiciamiento de las mujeres que quieren decidir sobre su propio cuerpo, sobre la opción de convertirse o no en madre y de cuándo hacerlo.

Recordemos un poco la normativa que existe en el Estado Español. Hasta el año 2010 existía la llamada ley de supuestos. Las mujeres únicamente podían abortar en determinados supuestos, el riesgo grave para la salud física o mental de la mujer embarazada, violación y malformaciones o taras, físicas o psíquicas, en el feto. Esta ley vigente desde 1985 obligaba a las mujeres a buscar otras salidas para poner fin a un embarazo como recurrir a la sanidad privada que realizaba informes de riesgo por un módico precio. Todo aborto fuera de dichos supuesto era penado por el Código Penal.

Aprovechando que la Feria del Libro de Madrid que, por la pandemia, se va a celebrar a mediados del mes de septiembre, el presidente de Colombia, Iván Duque, estará representando a su país en este encuentro de editores, libreros y distribuidores, al haber considerado los organizadores a Colombia como país invitado. Hasta aquí, el formulismo del viaje.

Pero las contradicciones aparecen como consecuencia de la apertura de su agenda donde se espera que mantenga encuentros oficiales. Se conoce ya que el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid tratarán de blanquear la presencia de un “narco-terrorista” dándole la pátina de “demócrata”, silenciando su delictivo currículo político, digno de quien preside el país de servidumbre a los intereses imperialistas en América Latina.

Laëtitia o el fin de los hombres es una miniserie francesa que reconstruye, a partir de la violación, asesinato y descuartizamiento real de Laëtitia Perrais, la vida de ella y su hermana gemela Jessica. La serie rememora la infancia y adolescencia de las dos hermanas, aunque la trama se arme siguiendo la investigación policial. Laëtitia y Jessica vivieron desde pequeñas la violencia del padre contra la madre y contra ellas; las retiradas de custodia y el paso por las casas de acogida; todas las miserias por las que pueden pasar unas niñas incluyendo dormir al raso en invierno. Por supuesto, no se identifica necesariamente la pobreza, la violencia y los delitos sexuales, pero sí se deja entrever que no hay caminos de salida de esa situación. Ya he citado en varias ocasiones en estos artículos la máxima de Walter Benjamin según la cual la representación de la miseria sin una salida política revolucionaria es funcional, políticamente hablando, al sentimentalismo reaccionario.

Alan (derecha) y yo (izquierda) en Søgaards Bryghus

Por su propia dinámica y, también, por qué no decirlo, gracias a la refrescante IPA, la conversación se terminó de animar. Fue entonces cuando saqué a colación que Kerala es uno de los primeros Estados de la India en llevar a la práctica políticas de bienestar para la comunidad transgénero. De hecho, en 2016, el gobierno comunista de Kerala introdujo la cirugía de reasignación de género gratuita en los hospitales públicos. A este respecto, Alan me dice que las personas transgénero tienen vetada su contratación laboral en toda la India, por lo que muchas de ellas acaban en la mendicidad y/o residiendo en guetos. Y, aunque está seguro de que la comunidad transgénero tiene una mayor cobertura social en Kerala, no lo está tanto acerca de que pueda obtener contratos laborales. Además, parece ser que aún existe, como en el resto del mundo, un largo camino por recorrer en relación al empoderamiento femenino. Por ejemplo, y a pesar de ser su número menor en Kerala en comparación con el del resto de Estados de la India, los matrimonios infantiles continúan produciéndose, especialmente entre la comunidad musulmana.

 

A principio de este mes de Agosto desde los micrófonos de Alacontra Radio, en su programa #EnDefensaPropia entrevistaron a Julio Díaz, Secretario. General del PCPE. La entrevista es un monográfico de lo acontecido en los últimos meses en el Estado español y en el mundo.

Desde Unidad y Lucha socializamos esta entrevista y animamos a escuchar la opinión de Julio Díaz, que sintetiza los puntos de vista del PCPE sobre la crisis sanitaria, política y económica en el Estado español. A nivel internacional, comenta temas como la represión al DKP en Alemania, del imperialismo de los EE.UU. y la U.E, y de la resistencia revolucionaria de los pueblos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Cuba … Palestina.

Escucha y difunde

Pincha aquí para acceder al podscat de la entrevista

Redacción UyL

Casi todos fueron incompetentes, negligentes, incapaces, corruptos, sexualmente insaciables, retrógrados, traicioneros, cobardes y ladrones, aunque también los hubo trastornados, nudistas o cochinos. Hablo de los monarcas españoles de apellido Borbón. Un linaje que ha conseguido mantenerse en el trono de España desde hace más de tres siglos con alguna que otra interrupción, tras la cual siempre han conseguido retornar. Son, por así decirlo, una familia en constante reinvención. 

Con este breve repaso biográfico familiar, que, a pesar de lo que pudiera parecer, más que acalorado debería considerarse prudente –los relatos tras los calificativos resultan bastante más ignominiosos, obscenos y extravagantes–, cualquiera tendería a pensar que resulta difícil que un monarca actual pudiera destacar. Pero ahí está Juan Carlos I, todo un campeón entre los Borbones que ha conseguido grandes logros con muy poco coste e inversión –llegó casi con lo puesto al trono–. 

 

Una revolución, para Fidel, no puede limitarse a modificar las condiciones materiales de vida de la población. Aunque mejore ostensiblemente la situación de las mayorías, no estaría nunca completa ni sería duradera si no es también una revolución cultural. Tiene que cambiar el entorno de los seres humanos y cambiar igualmente a los propios seres humanos. Por eso, cuando visitó con Chávez la Universidad Central de Venezuela, dijo que «una revolución solo puede ser hija de la cultura y de las ideas».

Hay que detenerse en el significado cultural que tuvo la proclamación del carácter socialista de la Revolución, el 16 de abril de 1961, en vísperas de la invasión de Girón. Habían pasado solo dos años, tres meses y 15 días del triunfo. Junto a  transformaciones radicales de todo tipo en beneficio del pueblo, se había producido una acelerada renovación a escala masiva en el campo de la cultura y de la conciencia, que fue clave para lograr que los principios e ideas asociados al orgullo patriótico, al antimperialismo, a la justicia social y a la auténtica democracia se hicieran hegemónicos.

La mezcla explosiva de neoliberalismo, fake news y procesos electorales es una industria de la destrucción social altamente sofisticada. Ilustración: Pawel Kuczynski

Es un error enorme suponer que el neoliberalismo es solo una canallada burguesa exclusiva del campo económico-financiero. Es un error grave que, de existir así en algunas cabezas, debe corregirse de inmediato. El neoliberalismo es, patéticamente, una emboscada ideológica (en el sentido de la «falsa conciencia» que explicó Marx) desarrollada para disputar e imponer el «sentido común» de ciertos intereses capitalistas en su fase imperial. Verbigracia: es una máquina trituradora de derechos sociales adquiridos; una demoledora de los principios humanistas solidarios; una «picadora de carne humana» en los centros laborales, educativos y sanitarios; es una aplanadora de instituciones y una fenomenal maquinaria de humillaciones, depresiones y desmoralización… todo eso al servicio de un sector peligrosamente desquiciado por la usura, el individualismo más tóxico y la meritocracia supremacista de los amos en alianza con sus cómplices. Un infierno de corrupción y crimen que debe ser tipificado como etapa histórica «de lesa humanidad». La mezcla explosiva de neoliberalismo, fake news y procesos electorales es una industria de la destrucción social altamente sofisticada.

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