La clase dominante en España tiene nuevo gobierno. Todo apunta a que, una vez más, la socialdemocracia se ofrece como gestora de la crisis capitalista y todo apunta que puede alcanzar la mayoría parlamentaria que se lo permita. A pesar de las desconfianzas que pudiera generar UP a los sectores más rancios y franquistas de la oligarquía y del nacionalismo periférico, la opción de una gestión de las crisis liderada por partidos de raíz obrera y popular se ha impuesto. A la esperanza de aminorar la reacción que, sin duda, generará la sucesiva aplicación de recortes en derechos laborales y sociales impuestos por la nueva fase de la crisis que ya asoma a la puerta, se suma la confianza en que, una opción menos reaccionaria y chovinista que la que representan PP, Vox y Ciudadanos, pueda abrir algunas vías que permitan rebajar el grado de confrontación territorial, muy especialmente en Catalunya. 

CONTINÚA LA CRISIS DE PODER Y LA INCAPACIDAD DE LA OLIGARQUÍA PARA RESOLVERLA 

El resultado de las Elecciones Generales no resuelve la cuestión de la formación de un nuevo gobierno, y sobre quién recaerá la responsabilidad de conformar el nuevo poder ejecutivo 

Como consecuencia inmediata de la profunda crisis económica de carácter estructural que se evidenció con toda su fuerza en 2008, el capitalismo español –cada día más concentrado y dependiente de sus negocios en el extranjero- es incapaz de resolver la situación de boqueo institucional, y confrontación territorial, en que está instalado el Estado Español. Ante la quiebra del modelo de Estado legitimado por la Constitución del 78, los sectores dominantes de la oligarquía centralista y la monarquía, solo contemplan como alternativa a esta situación la represión y el recorte de libertades y derechos laborales y sociales. Junto a ese bloque de poder, todos los representantes políticos del sistema, pese al acuerdo global en cuanto al marco general, son incapaces de consensuar el calendario de las medidas antiobreras y antipopulares que, sin la menor duda, nos depara el futuro del capitalismo español. Esa es la verdadera dificultad para conformar una mayoría de gobierno; ese es el escollo que enfrentan, incluso quienes, desde la nueva socialdemocracia con su discurso interclasista, dicen defender el interés de la “gente” 

Ante los graves, amenazadores y preparativos sucesos del Golpe de Estado contra la mayoría del pueblo boliviano y su presidente reelegido en las urnas, Evo Morales Ayma, el PCPE denuncia la nueva agresión que el imperialismo norteamericano, a través de los sectores oligárquicos de la propia Bolivia, trata de ejecutar impunemente.

La ofensiva desesperada del imperialismo contra los pueblos y los gobiernos que no se pliegan a todos sus intereses, generan una agudización de la lucha de clases a nivel internacional que no permite ni una falsa neutralidad, ni un mirar hacia otro lado.

Pedro Sánchez ha propuesto a la Comisión europea la aplicación, a partir del 2020 y de forma progresiva, de la denominada “mochila austriaca”. Un plan de pensiones privado que se cobra de forma diferida.

No son “Fake News“, no son noticias falsas. No es invento de la derecha derechona con ánimo de restar electorado a la izquierda (en especial al PSOE). Es una propuesta seria, muy seria, tan seria que fue enviada al Consejo Europeo pocos días después de que Pedro Sánchez ganara las elecciones. El nombre del documento es: Programa de estabilidad 2019-2022[1] (las líneas económicas del futuro gobierno). En paralelo, también se envió el denominado Programa Nacional de Reformas [2] (las leyes y decretos que piensa aprobar el ejecutivo).

En estos documentos se definen las líneas fundamentales y algunas concreciones en temas como relaciones laborales, pensiones, recortes, previsión de déficit público, etc. Es la hoja de ruta del nuevo gobierno, que se pondrá en marcha con la bendición de la Comisión Europea. Nuestro país, no lo olvidemos, perdió su soberanía cuando Zapatero y las derechas, estatales y nacionalistas, modificaron la Constitución para asegurar el pago de la deuda.

 

La división de la clase obrera en sindicatos fue uno de los grandes aciertos del capitalismo, al conseguir que compitan entre ellos, por sus intereses, que algunas veces están por encima de la clase a la que dicen representar. En sus estatutos, algunos hablan de unidad, pero esa unidad solo la vemos en las altas direcciones para llegar a acuerdos con la patronal o el gobierno, no se da en las empresas. Cuando bajas, te encuentras, algunas veces, con mucha rivalidad sindical no exenta de odio y juego sucio en ocasiones, todo por obtener delegados, no mejoras para la clase obrera.

Las pensiones y los derechos de nuestros pensionistas y jubilados se defienden en la calle luchando contra los recortes y las privatizaciones. Es urgente un plan púbico de residencias para personas mayores y dependientes que deje de entregarle la salud y el bienestar de nuestros mayores y dependientes a las empresas.

Para defendernos como clase y lanzar una contundente contraofensiva en defensa de nuestros derechos laborales. Basta ya de pactos sociales y conciliación de clases que solo nos hacen retroceder. Todo lo ganamos luchando y todo lo perderemos si no luchamos unidos y conscientes de nuestro papel central en la sociedad. Si la clase trabajadora somos quienes todo lo producimos, tenemos derechos a decidirlo todo.

Ya habíamos asumido que los partidos políticos cuando se presentaban a las elecciones hicieran promesas al aire con la intención de recabar votos. Esas promesas una vez en instalados en los distintos gobiernos no se cumplían. Tampoco ahora.

Esa falta de ética política y de rendición de cuentas hacia quienes votamos es completamente inocente en comparativa con la práctica en boga consistente en mentir descaradamente, lo que los modernos llaman “fake news”, o manipular la realidad de los hechos, tergiversando perversamente la realidad, para que determinados planteamientos ideológicos sean asumidos por una masa enajenada gracias a los “mass media” y la desinformación generalizada.

 

El programa del PCPE es un llamado a la dignidad rebelde de nuestra juventud, a que plante cara y ponga fin a esta situación de exclusión social a la que es sometida. El capitalismo le niega el presente y el futuro a la juventud obrera y de los sectores populares, y ellos y ellas tienen la obligación de organizarse y luchar para defender sus derechos. Sufren la agresión del paro, la mercantilización de los estudios, la degradación de los barrios populares, el consumismo y la alienación constante que le imponen los monopolios de la comunicación y aun tienen, los monopolios y sus gobiernos, la desvergüenza y el cinismo de decir que son lo que más importa de la sociedad

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