Hace pocas fechas Iniciativa Comunista (en adelante IC) realizó un texto entrando en debate con el Movimiento Socialista (MS), sobre el documento del Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS) -¿su posible órgano de dirección política?-, titulado Nueva Estrategia Socialista (enlace.

El artículo crítico de IC, titulado “Sobre la centralidad del trabajo” (enlace) alberga su importancia al entrar en el meollo de la cuestión: ¿hablamos de crisis capitalistas recurrentes y reproducidas en el tiempo indefinidamente, o de una Crisis Sistémica de este modo de producción?  

Y digo que la cuestión es importante porque marca la manera en que concebimos la vida del capitalismo:

La LCTTG [ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia] tiene su fundamento esencial en el hecho de que Marx no entiende las crisis crónicas del capitalismo como fenómenos accidentales, exógenos o evitables, sino como elementos consustanciales a la dinámica del sistema. En este sentido, establece implícitamente una distinción teórica que resulta clave para comprender tanto el significado de la propia ley como el funcionamiento del modo de producción capitalista: la diferencia entre la crisis (en singular) y las crisis (en plural) del capitalismo” (Del Rosal, 2024:62; el propio autor indica que también se han distinguido como “crisis cíclicas” y “crisis secular” del capitalismo). 

De ahí que la opción por la primera respuesta, descartando la segunda, nos remita por lo general a una suerte de fe en la tendencial infinitud del capitalismo como modo de producción capaz de superar siempre todas sus crisis a falta de sujeto que le supere a él mismo. Una fe que, contra toda evidencia histórica precedente, contra toda dialéctica de la Vida -del propio Cosmos-, está muy arraigada entre bastantes marxistas. Una postura próxima a ello da trazos de ofrecer el texto firmado por Iniciativa Comunista.

En uno de los países más atormentados por la imposición de la Doctrina Monroe, se ha recuperado la tradición de los golpes militares que estaban en desuso. Otro grupo “patriótico y salvador” de militares se ha plantado delante del Palacio Quemado para imponer el orden.

Estos salvadores de la Patria han vuelto a trabajar. La siesta y la paciencia les ha durado demasiado. Su tradición, comenzada con el Motín de Chuquisaca, tuvo su continuación con los golpes de 1936 – 1964 – 1969 – 1970 – 1971 – 1979 – 1980 – 2019 (contra el derecho de candidatura de Evo Morales) y ¡2024!

El golpe de estado es la herramienta y el recurso del imperialismo para impedir los procesos de liberación de los pueblos, y se dispone de centro de operaciones en la embajada de EEUU, desde donde se dan las instrucciones a estos comandos de la muerte dopados con la dosis necesaria de fascismo.

El PCPE denuncia la violencia que se ejerce contra el gobierno legítimo de Luis Arce, siendo sus verdaderas víctimas el pueblo boliviano y los pueblos indígenas que continúan manteniendo sus tradiciones culturales.

El PCPE se congratula de la respuesta inmediata de organizaciones clasistas como la Central de Trabajadores de Bolivia que han convocado al pueblo para defender las conquistas logradas. 

El PCPE transmite su solidaridad internacionalista al pueblo boliviano que heroicamente sabe afrontar la violencia que la oligarquía, concentrada principalmente en el departamento de Santa Cruz, prepara conspirativamente contra las instituciones y máximos representantes elegidos en las urnas, como fue la que atentó contra Evo Morales.

El PCPE desea que la intentona golpista vaya acompañada de juicio sumarísimo y detención y cárcel con los cargos más severos que el Código Penal contemple.

“Podéis contar con España como amigo, como socios en la UE y como aliado en la OTAN” con esta rotunda frase Felipe VI, de visita oficial en los países bálticos, se compromete a continuar ayudando militarmente a los gobiernos fascistas de Letonia y Lituania, formando parte de una organización que presta apoyo económico y militar al gobierno nazi de Ucrania, en la cruzada que la OTAN tiene contra Rusia. 

Desde la posición de aliado indiscutible, se encuentra en aguas del Báltico el buque anfibio portaaeronaves Juan Carlos I y la Fragata Blas de Lezo, pero, la afirmación del rey  no es sólo una declaración, para que no deje duda de las intenciones de sus propósitos, nos coloca en la carrera belicista, y participamos con más de 4.000 militares desplazados, asegurando que también se enviará una batería de misiles Nasams a Estonia en los próximos meses. 

La colaboración del gobierno y el rey con la política belicista, debido a nuestra pertenencia a la OTAN, nos obliga a gastar importantes cantidades de nuestro presupuesto en la guerra,  en esta coyuntura nos acercamos peligrosamente a la tercera guerra mundial con una participación directa.

Por ejemplo, la implicación de España en la guerra de Ucrania nos ha costado al pueblo de España 1033 millones de euros, y le sumamos el compromiso de invertir en esa guerra a corto plazo, otros 1.129 millones de euros más.

Son cifras que no se le dan mucha publicidad, porque necesitan trabajar con la oscuridad, pero si algún día se buscan explicaciones, habrá un documento poco difundido que dirá algo al respecto, utilizan sus medios de comunicación para decir en silencio.

Pero hay una realidad que se impone: las pensiones caminan hacia el campo de la privatización, las listas de espera en los hospitales cuesta la vida a pacientes que no son intervenidos a tiempo, alrededor de 70 familias al día son desahuciadas, el 26,5% de la población está en riesgo de pobreza, nos aplican la ley mordaza de forma indiscriminada, con altos costes económicos,  y ante este preocupante escenario,  el gobierno junto a Felipe VI se llevan nuestros recursos económicos para la guerra, a la que irán a morir también los hijos de los trabajadores.

¿Abordaremos en este artículo la huelga educativa del 23 de mayo en el País Valenciano o las condiciones en que nos encontramos los trabajadores de la educación?, ¿tal vez analizaremos esa espada de Damocles, llamada privatización, a la que nos deberemos de enfrentar? No exactamente.

El presente artículo trata de algo totalmente distinto, pero igual o más grave, el envío este mes de mayo por parte de la Generalitat Valenciana, en concreto de la Conselleria d’Educació, Universitats i Ocupació, de un curso formativo para los trabajadores de la educación titulado “Curso de cultura de paz, seguridad y defensa: una responsabilidad compartida” y que promueve la Delegación de defensa de la Comunitat Valenciana.

Este curso se oferta desde 2019, realizándose en la Región de Murcia, Aragón, La Rioja y Madrid, siendo la sección de educación de la CGT Aragón-La Rioja la única en denunciar dicho programa. Algunos docentes achacan la oferta del programa al Gobierno autonómico valenciano, pero no perdamos de vista dos cosas, la primera, cuando se ofertó en Aragón gobernaba el PSOE y, la segunda, y más importante, el Ministerio de Defensa, quien oferta el curso, carece de transferencia autonómica alguna. Este curso es una cuestión de Estado.

 

Hace unos días fuimos testigos de un espectáculo, a todas luces, lamentable, cuando el militante neonazi Alberto Pugilato irrumpió en un show del cómico Jaime Caravaca para agredirle por un comentario que éste había hecho en la red social X, refiriéndose a su hijo recién nacido, unos días antes. Desafortunado el comentario, aludiendo a una hipotética y futura homosexualidad del niño en un tono bastante vulgar, como desafortunado ha sido el hecho de que el debate, ya de por sí delirante, se centrase, casi en su totalidad, en el hecho de involucrar a un menor en una trifulca "tuitera" y no en lo preocupante de que un nazi haya grabado y expuesto públicamente una agresión sin el menor pudor ni consecuencia.  

Lo hemos visto y lo seguimos viendo en todas las redes sociales: Un cómico en su puesto de trabajo que acaba de rematar un chiste recibe risas y aplausos por ello. La cámara de un móvil comienza a grabar en ese momento y se escucha un "ahí voy" al tiempo que, quien graba, le entrega el teléfono a otra persona. Un hombre, bien ataviado con una camisa de manga larga que oculta los tatuajes de los líderes de las SS que luce en sus brazos, interrumpe la actuación y le propina un golpe en la cara mientras le increpa, visiblemente alterado. Y aquí es donde el agresor comienza a interpretar al personaje que, no negaremos que de forma bastante inteligente, se ha propuesto interpretar: "Perdonad, soy únicamente un padre que está defendiendo a su hijo". 

Quienes vimos, no hace mucho, el vídeo viral de un boxeador que terminó golpeando a un maltratador en mitad de la proyección de una película infantil en una sala de cine, para después disculparse con los asistentes, no hemos podido evitar darnos cuenta de que aquí, el nazi, se ha inspirado levemente en este hecho. Así es como Pugilato, que acaba de hacer uso de la fuerza bruta que caracteriza a los fascistas, humaniza su acción en una estrategia que - no nos hagamos ahora los sorprendidos -, le ha funcionado a la perfección.

Hoy el llamamiento general a la clase obrera y sectores populares, acabadas las elecciones europeas, es a la organización y a la lucha para superar esta sociedad basada en la explotación y la opresión. La defensa de nuestros derechos conquistados con duras luchas, las pensiones públicas suficientes y garantizadas desde los PGE, los servicios públicos garantizados y unas condiciones de vida digna, anteponiendo los intereses del pueblo trabajador al de los monopolios y los presupuestos de guerra son tareas que en lo inmediato debe enfrentar el pueblo organizado. Habremos de defenderlos de los ataques de las clases dominantes y sus diversos gestores. No hay rostro humano en la Europa de la guerra y el capital. El conflicto que vivimos con el capitalismo, nos debe lleva a entender que es necesario el cambio de sociedad, no sólo una parcelita de la sociedad.

Repasando algunas de las principales ideas de los más destacados autores que han trabajado sobre las causas de la guerra, es fácil concluir que la consideración de la razón de Estado1, de la necesidad de defenderlo frente a enemigos internos y externos, es su principal motivo.

Desde Sun Tzu a Maquiavelo, Clausewitz, Engels, Lenin, Mao o Che Guevara, cada cual con su posicionamiento de clase determinándole su análisis, todos sitúan las razones de la guerra en hechos políticos ciertos y concretos que permiten su interpretación sin recurrir a motivaciones idealistas o religiosas que, en realidad, solo ocultan las verdaderas causas que hay detrás de cada conflicto bélico.

Es por ello que vemos necesario recurrir a esta razón, para interpretar la causa última - más bien las causas -, de la guerra en Europa y la creciente implicación del Reino de España en la misma.

¿De qué razones de Estado estamos hablando? ¿Qué papel juega España en este contexto? ¿Dónde están los intereses de la clase trabajadora en este conflicto? ¿En qué fecha situamos su inicio? ¿En 2014 con el golpe de estado del Maidán, en 2022 con el inicio de la Operación Militar Especial de la Federación Rusa en Ucrania, o el 7 de mayo de 1999 con el bombardeo de la OTAN que destruyó la Embajada de la RP China en Belgrado?

El pasado mes de mayo, el Gobierno “progresista” de Pedro Sánchez firmaba con EE.UU. un supuesto tratado contra la desinformación y los “bulos”, afirmando que servirá para protegernos de las “amenazas para la seguridad” y para “evitar la desinformación”.

En plena escalada bélica de occidente, este es un compromiso más del gobierno de la socialdemocracia con el amo yanki (no había más que ver el énfasis y la cara con la que agitaba su mano el sumiso Albares), para seguir agudizando la dictadura informativa, donde el derecho a la información debe someterse a la visión del mundo bajo los intereses de los grandes monopolios capitalistas, representados por EE.UU.-Reino Unido y UE y aliados. Es el imperialismo en guerra multidimensional contra la humanidad.

Y la realidad es que, puesto que por otras vías no pueden vencer, son ellos quienes llevan la guerra a cada rincón del planeta para mantener su decadente hegemonía, dedicando horas y horas de propaganda ideológica cada día, para legitimar su violencia contra los pueblos del mundo y contra cualquier resistencia organizada.

Aunque en el Reino de España la censura es un método nada novedoso, pues ya hicieron lo mismo con el diario vasco Egunkaria, demostrándose años más tarde, cuando habían conseguido el objetivo de exterminarlo, que no había infracción alguna; partimos de los hechos ya consolidados de la ilegalización de medios de comunicación rusos en los países del centro imperialista, como Rusia Today, Ria Novosti y varios más, tras la guerra de la OTAN impuesta en Ucrania.

Es una constante guerra ideológica dirigida hacia el pueblo trabajador del mundo y de los países del centro imperialista en concreto, para legitimar sus métodos cada vez más violentos. Así, respecto al enorme grado de violencia y guerra mundial, consiguen mantener un alto nivel de desmovilización general, a pesar de continuar con la guerra contra Rusia, llevar a cabo el genocidio en Palestina equiparando al verdugo y al agredido, manteniendo durante más de 60 años un bloqueo criminal contra el pueblo cubano y su dirección revolucionaria, asegurando el caos y la guerra permanente en numerosos países africanos, para extraer sus recursos, alimentando la inestabilidad en el Mar de China, etc.

Decisivo fue el triunfo del Ejército Rojo de la Unión Soviética en la batalla más significativa de la 2ª Guerra Mundial y en la lucha contra el Nazi-fascismo. La revista de la Coordinadora Estatal Contra la OTAN y las Bases, que presentamos a continuación, pretende no sólo conmemorar la batalla de Stalingrado como un acontecimiento histórico, queremos también contrarrestar la manipulación de la historia del siglo XX – que es nuestra historia y nuestra memoria colectiva. La resistencia contra el fascismo y la lucha de los pueblos contra el colonialismo y el imperialismo forman parte de esta memoria colectiva y de clase. No hay que olvidar que la lucha de clases se articula también en el ámbito cultural por el poder y la autoridad de interpretar (o manipular) la historia de las luchas.

La historiografía occidental suele decir que el nazismo se centró en el  exterminio del pueblo judío, pero apenas proporciona información del sufrimiento de las víctimas de los pueblos eslavos de diferentes nacionalidades, sobre todo rusos, bielorrusos, ucranianos, polacos, serbios y otros más. En el prólogo aporta el autor Ángel Descalzo datos sobre unos 11 millones de víctimas de diferentes etnias y culturas, además de los miles comunistas, socialdemócratas, cristianos y todos los que se opusieron al régimen dictatorial de los fascistas.

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