Nació el 20 de mayo de 1934 en Lisboa, Portugal, y falleció el 4 de febrero de este mismo 2025.

A su muerte, se ha recordado a la escritora feminista y luchadora contra la dictadura, que dedicó sus años a la defensa de los derechos de las mujeres y la libertad de Portugal. Su editorial dijo de ella: "una de las personalidades más notables y admirables de nuestro tiempo, reconocida defensora de los derechos de las mujeres y de la libertad, en un momento en que no siempre era fácil asumirlo".

Escribió 'Novas Cartas Portuguesas' junto con María Isabel Barreno (1939-2016) y María Velho da Costa (1938-2020), conocidas como "las tres Marías"; publicado en 1972, supuso una voz común contra la dictadura, un desafío, y fue un hito feminista en Portugal. En la obra, que comenzaron a escribir en 1971, se trata la guerra colonial, la opresión de las mujeres de la época, la violencia de la dictadura y el exilio de portugueses por ello. Fueron acusadas por su publicación, prohibida en abril de 1972. Dos años después se produjo la Revolución de los Claveles, en 1974 que acabó con la dictadura.

La obra literaria de María Teresa Horta incluye novela, poesía (género en el que comenzó en los 60) y periodismo. Estuvo implicada en la publicación de 'A Capital' y dirigió el ABC Cine-Clube, asociación cultural para la difusión del arte y cine. Estudió en la Facultad de Letras de Lisboa, militó en la causa feminista, donde desarrollaron la revista 'Mulheres'.

Su obra y recorrido militante, pese a la importancia para la historia de Portugal y el reconocimiento como una de las 100 mujeres más importantes de la BBC, es difícil de encontrar fuera del portugués, más que en algunas antologías. ‘Novas cartas portugusesas’, aunque sí está traducido al castellano, no ocupa la posición que merece entre los libros sobre Portugal, su dictadura y revolución.

Iniciamos el año viendo cómo Siria ha caído en manos de mercenarios y terroristas, por eso,  en esta columna hacemos un reconocimiento a las mujeres sirias, recordando la vida de una mujer de letras y de profundas convicciones sociales.

Ulfat Idilbi nació en 1912, en Damasco, en una familia de 5 hermanos varones, cuando un fuerte movimiento femenino contra la ocupación francesa emergía. De niña sufrió fiebre tifoidea, lo que le hizo perder un año de la escuela, pero su talento nació a edad temprana. Se casó a los 17 años cuando Siria estaba bajo la ocupación francesa.

Por la importancia y la calidad de su obra, fue una persona querida y respetada, y sus escritos fueron muy leídos y admirados en el mundo árabe. Dedicó gran parte de su tiempo  a la lectura y llegó a conocer en profundidad los autores y  las obras más destacadas de la literatura árabe e internacional.

De su amor por la literatura, su apego por Damasco  y de su capacidad creadora salió un extenso y valioso repertorio de  novela, poesía, y cuentos y ensayos.

Ulfat Idilbi consideraba que la literatura era reflejo de la realidad y una herramienta necesaria para el cambio social. Ella estuvo afiliada a diferentes sociedades culturales y de beneficencia, y con otros intelectuales solían celebrar reuniones y seminarios para intercambiar ideas y opiniones.

Muchas de sus obras alcanzaron reconocimiento internacional y se publicaron en varios idiomas. Igual sus cuentos que sus novelas o poesías  abordaban sin rodeos las cuestiones y los derechos de las mujeres. Ulfat fue una de las primeras mujeres que levantó la bandera del feminismo en Siria. Defendió en aquella época el derecho de las mujeres a la educación y al trabajo, y  manifestó con determinación que el papel de la mujer no es únicamente el de madre, sino  que, como el hombre, puede dedicarse a la cultura, a la ciencia y a la literatura.

Mujer rebelde y militar que luchó por la Revolución Haitiana.

Se estima que un tercio de las más de 15 millones de personas procedentes de África esclavizadas por medio de la trata transatlántica fueron mujeres, que debido a su género sufrían una triple opresión: además de soportar las duras condiciones de trabajo forzoso, sufrieron formas de discriminación extremadamente crueles, así como explotación sexual debido a su género y color de piel, muchas tuvieron que soportar la prostitución, explotación sexual, violación, tortura e incluso la muerte.

Las mujeres opusieron resistencia a la esclavitud de múltiples maneras, además de desarrollar habilidades de supervivencia, trataron de preservar la dignidad y la unidad de sus comunidades, muchas se convirtieron en líderes espirituales, participaron en revueltas o lucharon por su libertad contra el brutal sistema esclavista, pagando un alto precio, pero sus historias en la lucha anticolonialista y antiesclavista siguen siendo relativamente desconocidas.

De hecho, pocos libros de historia mencionan las diversas formas en que las mujeres han contribuido a la revolución haitiana, que culminó con la creación de la República de Haití el 1 de enero 1804. Pero en agosto de 1791, durante el levantamiento de los esclavos en Santo Domingo, algunas mujeres participaron en la insurrección y la lucha armada y algunas fueron vitales para su estrategia de organizar guerrillas contra los franceses en el interior de la isla, una de ellas es la Sanité Bélair.

Sanité, también llamada Suzanne, nacida en 1781 como una affranchi, una esclava liberada, fue sargenta y luego teniente en la expedición de Saint-Dominigue, se casó en 1796 con Charles Belair, sobrino, edecán y lugarteniente de Toussaint Louverture, luchando a su lado en las batallas de 1802.

En el barrio del Mochuelo en la ciudad de Pamplona se crio Julia. Nacida en 1912, la tercera de una familia de ocho hermanos obtiene el título de secretaría que la llevaría a trabajar junto a Dolores Ibárruri durante la guerra civil.

Cuando el crecimiento económico fruto de la primera guerra mundial comienza a caer, la familia de Julia decide trasladarse a Francia en busca de mejores oportunidades. Allí viven hasta recibir la noticia de la declaración de la República el 14 de abril de 1931.

Cuando la familia decide regresar a España, Julia comienza su acercamiento a la política afiliándose a la Juventud Socialista de Pamplona, a la vez que es elegida miembro del Comité Ejecutivo de UGT encargada de Archivos y Estadística.

Desde este momento Julia dedicaría su vida entera a la militancia, desde tareas centrales hasta mítines durante las campañas electorales en Pamplona. No le faltaba el don de la palabra como demuestra en el artículo escrito para el diario “Tribuna Juvenil” perteneciente a UGT, respecto a las elecciones generales del 33 titulado ¡Mujer!:

“Mujer proletaria que una falsa tradición te ha tenido esclavizada siglos y siglos; mujer a la que la careta de la religión te ha mantenido en la ignorancia; mujer, que el sostenimiento del privilegio de unos pocos te ha servido para que en tu hogar reine la miseria y la desesperación; hoy frente a los que luchan porque este estado de cosas siga así, el Partido Socialista levanta su roja bandera y te invita a agruparte bajo sus pliegues si quieres liberarte de todos esos males – frutos de una sociedad vergonzante y corrompida – y destruyas para siempre las cadenas que te oprimen.”

Nace en Valencia el 17 de noviembre de 1908 y desde su infancia estuvo ligada al ambiente artístico de la ciudad  debido a que su padre, escultor, tenía un taller de imaginería por el que desfilaban muchos artistas valencianos.   Cursó estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes y siendo aún estudiante ganó un premio de retrato con cuya cuantía económica viajó a Madrid para aprender de las grandes figuras de la pintura española en el Museo del Prado.

Acabada su formación académica en 1928  inicia una etapa creativa en la que paulatinamente se van introduciendo cada vez más contenidos sociales y políticos. Formó parte de la vanguardia valenciana de los años 30 del S.XX y, como artista comprometida con su época,  es parte de esa generación creadora que se implicaron tanto con la renovación del lenguaje artístico como con ideas políticas revolucionarias.

Ella integró el compromiso político en su obra, donde la causa de la mujer estaba muy presente, y  agarró  sus pinceles empleándolos como arma  para realizar carteles de propaganda, ilustraciones comprometidas en revistas, o incluso murales. Artista polifacética transitó el dibujo, el grabado, el muralismo y la fotografía, aplicándolos a diversos géneros y temas como el retrato, el paisaje, la publicidad, la propaganda y la moda.

Manuela forma parte de ese destacamento de artistas que buscaron instaurar un nuevo realismo que fuera socialmente comprometido y que conectara con el pueblo, desde el rechazo de la abstracción  considerada como un ejercicio gratuito y ocioso. Se afilió al Partido Comunista, integró activamente la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura  y  la Agrupación de Mujeres Antifascistas de Valencia en 1936. Ese mismo año  con motivo de las elecciones legislativas  realiza un cartel político-propagandístico en donde se incita a la mujer para que vote por el Frente Popular.

María Pérez Lacruz (Teruel, 1917) fue una mujer valiente que sufrió el escarnio, la represión y el robo de su bebé por el fascismo antes de ser fusilada en 1942 con tan solo 25 años.

La llamaban María “La Jabalina” porque su madre era natural de Javaloyes, en la Sierra de Albarracín y con 6 años, se trasladó con su familia a Sagunto en busca de  mejores condiciones de vida donde empezó a trabajar desde niña por lo que conocía perfectamente las condiciones de la clase obrera lo que le llevó a ingresar en las Juventudes Libertarias cuando tenía 17 años. Durante la guerra fue enfermera de la Columna de Hierro, integrada por milicianos anarquistas, colaboró en la instalación de un hospital de campaña y resultó herida en una pierna en la batalla de Teruel.

Cuando se prescindió de las mujeres del frente por decisión del Gobierno republicano se ganó la vida en una fábrica de armas en Sagunto y en una fábrica de acero en Cieza, hasta que en 1939 fue arrestada por la Guardia Civil.

Con la cabeza afeitada, fue obligada a desfilar por las calles de Sagunto. Después del correspondiente interrogatorio, se la puso en libertad, pero al mantenerse firme y negarse a ratificar la declaración que el capitán juez militar le leyó, por la falsedad del contenido, el 18 de enero de 1940 ingresó en la prisión provisional del convento de Santa Clara, de la que pasó, en enero de 1942 a la Prisión Provincial de Mujeres de Valencia.

9 de abril de 1911 en Catral (Alicante)  nace una mujer extraordinaria, en una época donde los grandes ejemplos de luchadoras infatigables por la causa de las trabajadoras, nos deja  muchos nombres  y vidas. La suya es una de esas historias,  que poco a poco se van rescatando  para la memoria colectiva  y que iluminan el camino de la resistencia contra la opresión.

De origen pobre y familia numerosa,  fue a la escuela y la maestra propuso al padre “quedársela” a fin de darle una carrera, no sucedió tal cosa.  Con 9 años Teresa empezó a trabajar en la industria conservera  de  la cercana población de Almoradí. Sus primeros trabajos fueron repartiendo agua a las trabajadoras de la fábrica, para pasar a puestos más cualificados al saber leer, escribir y  hacer cuentas.

La lucha por mejorar las jornadas y los sueldos la llevó  a organizar en Almoradí, el primer ”Sindicato de Obreras Conserveras, Agricultoras y similares”  como también sucedió con el sindicato “La feminista” en la fábrica de tabacos de Alicante, pues recordemos que por aquellas fechas las organizaciones obreras no admitían mujeres en sus filas y había un encendido debate sobre la  incorporación de las mujeres al mundo del trabajo asalariado.

Tina Modotti, la primera gran fotógrafa de la Historia, la más grande fotógrafa de la Historia, mujer comunista y revolucionaria, merece un lugar primordial en la memoria histórica emancipatoria. Tanto Rafael Alberti como Pablo Neruda llevaron su testimonio a la poesía. La escritora mexicana Elena Poniatowska escribió la novela Tinísima.

Tina forma parte de las máximas altitudes del arte en Latinoamérica y a nivel mundial,compartió lucha y amistad con Frida Kahlo y Diego Rivera en México. A diferencia de Frida que ha sido instrumentalizada, convertida en una especie de totem naif, desprovista de su identidad comunista y neutralizada por el andamiaje ideológico burgués, Tina ha sido ignorada por las élites burguesas a la hora de su difusión cultural y social, reducida a las guaridas elitistas intelectuales.

Es necesario acoger en nuestra biblioteca imprescindible el libro Verdad y leyenda de Tina Modotti de la escritora alemana Christiane Barckhausen-Canale, obra que obtuvo el premio de ensayo Casa de las Américas en 1988 y que sería publicado en Cuba en 1989.

La obra que reseñamos nos revela un extraordinario testimonio fascinante de la vida y obra de Tina Modotti, inmigrante italiana, actriz en Hollywood, quien padeció el asesinato de Julio Antonio Mella, lider revolucionario cubano, sufrió la ignominia por parte de la oligarquía mexicana, huyó de la Alemania nazi rumbo a la Unión Soviética y se enroló en las Brigadas Internacionales en la guerra contra el fascismo en España, ella participó en el Socorro Rojo para la protección de mujeres, niños y brigadistas.

Hay que enarbolar la fascinación por la labor revolucionaria y por su obra artística de relevancia universal como un ejemplo extraordinario de mujer revolucionaria y comunista en el legado grandioso y revolucionario de la Historia. Tina Modotti es una de las grandes mujeres revolucionarias.

Miguel Ángel Rojas

 

Nora Morales de Cortiñas nació en Buenos Aires el 22 de marzo de 1930 y falleció allí el pasado 30 de mayo de 2024. Fue más conocida como Norita Cortiñas, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo.

Comenzó el movimiento de la Plaza de Mayo ante la desaparición de su hijo Gustavo Cortiñas, militante del Partido Justicialista y la organización Montoneros en la Villa 31. Lo detuvieron miembros de las Fuerzas Armadas el 15 de abril de 1977, y a día de hoy, sigue sin aparecer. La que terminó siendo una de las fundadoras del movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo, se enteró por un pariente de que en esa misma plaza se estaban juntando otras madres. Ella comenzó pidiendo ayuda en la Catedral de Morón, incluyendo la presentación de un habeas corpus para tratar de encontrar a Gustavo. En una de las entrevistas que ha dejado encontramos estas palabras: “Tuve que dejar la casa, y bueno, ya después en mi casa yo no hacía nada; la prioridad era salir a buscar a mi hijo, y entré en una espiral de locura, ¿no? Porque es una locura. Pero de bajar los brazos no, ¡nunca!”. Lo que empezó como una madre buscando a su hijo, creó una de las referentes de la lucha por la memoria y contra la dictadura; llegó a participar en 1993 en la Marcha del Orgullo, compartía las luchas de los trabajadores de las fábricas, de las comunidades indígenas y continuó su militancia en causas como la del aborto legal, como con su participación en la marcha de 'Ni una menos' del 4 de junio de 2018.

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