Zeca dijo que tenemos que ser personas y somos personas. Los influencers son otra cosa: marca, empresa, publicidad. Por supuesto, detrás siempre hay un ser humano, a menudo incluso bien intencionado, pero ese no es el problema.

Cuando nuestras redes sociales son invadidas por influencers de todo tipo – lindos o fascistas; cocineros o políticos; Budistas o comediantes: hay quienes empiezan a creer que lo que la izquierda necesita es poder contar con sus propios influencers mesiánicos, estrellas que traen a los pequeños espejos negros de la conciencia política de la clase trabajadora subrepticiamente envueltas en consejos de moda, picantes fotos, consejos sobre estilo de vida, frases motivadoras inocuas o vídeos de gimnasio.

El primer problema del influencer es ser influencer. Las redes sociales funcionan como agregadores de atención que la empaquetan y venden como publicidad a empresas que alquilan un lugar en nuestro feed del mismo modo que los periódicos de papel alquilan páginas publicitarias. Las grandes empresas han descubierto desde hace mucho tiempo las numerosas ventajas de la publicidad online: se puede orientar con precisión y es extremadamente más barata que, por ejemplo, un cartel publicitario o un anuncio de televisión. También puede tener una ventaja suprema: lo que se puede llamar “autenticidad”.

Como agregador de audiencias, el influencer vende autenticidad: no es una empresa, ni una marca, lo que aporta algo al consumidor, es realmente una persona, que tiene una vida, una personalidad propia con cualidades y defectos, problemas reales. . Sin embargo, al vender esa autenticidad, el influencer se queda sin ella y, progresivamente, transforma su vida en una marca y sus ideas y opiniones en atributos diferenciadores de la mercancía. Autenticidad total es individualidad total, por lo que cuanto más autenticidad se vende, menos auténtico, menos gente, el influencer.

Para tener muchos seguidores, la influencer se ve obligada a producir constantemente contenidos sobre su vida privada. El algoritmo no permite pausas:

Confirmado el inicio de la primera fase del alto el fuego acordado entre Hamas y el gobierno de la entidad sionista, el Comité Ejecutivo del PCPE,

DECLARA

-             El ejemplo de heroísmo y dignidad demostrado por el pueblo de Gaza a lo largo de más de 15 meses de invasión y bombardeos genocidas por parte del ejército sionista, trasciende su realidad y ya forma parte de la Historia.  

La unidad indisoluble del pueblo y la Resistencia en único cuerpo que vive, siente y lucha con la pulsión  y el propósito consciente de la libertad de Palestina como meta  irrenunciable de su existencia, ha sido la clave de la derrota de los planes militares y políticos del sionismo.

Igualmente la unidad inquebrantable de todas las organizaciones de la Resistencia bajo una misma dirección política y militar, ha reforzado esta unidad antiimperialista del pueblo palestino, permitiendo la acción de todo el Eje de la Resistencia que durante estos meses ha sostenido una constate acción global contra el ocupante colonialista. Su ejemplo solidario, también escribe otra de las páginas más gloriosas de la Humanidad en su lucha contra el imperialismo y el colonialismo.

Imposible cerrar una cifra certera de asesinados y heridos en este genocidio sionista que ha reducido los 360 km2 de Gaza a escombros y cuyo propósito final  siempre ha sido expulsar de Gaza a sus legítimos pobladores.  Todas las víctimas viven en quienes hoy han tomado el  testigo y defienden el derecho a existir de Palestina con su misma fuerza y determinación.

El tránsito a la inmortalidad de todos y cada uno de los asesinados por el imperialismo sionista,  se sustancia en la referencia universal de Yahya Sinwar,  Hassan Nasrallah, Haniye y los líderes del FPLP asesinados en Beirut.  Mártires que riegan la semilla fecunda de la Resistencia y son un ejemplo universal de dignidad y coherencia para todos los revolucionarios y revolucionarias.

No hay duda que Palestina vive en su pueblo que ya se prepara para las próximas gestas que le llevarán a la Victoria definitiva sobre el ente ocupante.

Hoy ha sido un paso más en ese camino que inexorablemente finalizará  con la soberanía de Palestina desde el Jordán al Mediterráneo y capital en Jerusalén.

Es la compleja dialéctica de las luchas de clases, de las luchas por la liberación e independencia de los pueblos que nunca entenderán los imperialistas y quienes se rinden a su relato de la Historia.

La sociedad española pasó por un proceso de modernización muy intenso desde los últimos años de la década de los cincuenta que la afectó en todos los aspectos: el demográfico, el educativo y cultural, el económico, el urbanístico, el religioso y el ideológico. La modernización de la sociedad la había convertido de hecho en  “incompatible” con el régimen franquista, que podía considerarse '”anacrónico”' desde 1945. Pero los partidos democráticos y de la “izquierda” del sistema, renunciaron prontamente a cualquier posición rupturista, asumiendo un comienzo de transición democrática desde la legalidad del régimen franquista a cambio de la implantación de un régimen de democracia formal, reformista en lo social y profundamente descentralizado en lo político y administrativo, en el que tendrían su acceso a las parcelas de poder ofreciendo “desmovilizar” a la ciudadanía y “mandarla a sus casas abandonando la calle, pues ellos la representarían”. Eso suponía respetar el mantenimiento de la anterior administración, el ejército y las fuerzas de orden público, que habían actuado como celosas defensoras de la dictadura y represoras de todo tipo de organización y movimiento de oposición; suponía respetar asimismo los privilegios concedidos a la jerarquía eclesiástica y la permanencia de los símbolos que habían representado al Estado franquista.

Como señala Vicente Navarro, lo que explica aquella amnesia que padece en su conjunto el pueblo español es el gran dominio de la derecha durante la transición en los aparatos del Estado y en los medios de información y persuasión, que forzaron tal amnesia en la cultura mediática y política del país. Es más, tanto el ejército como otros poderes fácticos -desde la Iglesia al empresariado- continuaban enormemente fuertes y las izquierdas estaban temerosas de antagonizarlas.

La historia no murió, por más vehemencia que proclamaron los apologistas del sistema.  La lucha de clases seguirá determinando el devenir de la humanidad.

Solo bajo esta premisa podremos entender la complejidad de la realidad, aunque hay quienes solo la entienden desde posiciones basadas exclusivamente en la geopolítica. La dialéctica nos impide separar una cuestión de la otra ya que se interrelacionan en un mundo que se nos quedó geográficamente pequeño y cuyos engranajes se determinan unos a otros.

El capitalismo esquiva la contradicción capital-trabajo mediante el sometimiento de las capas populares, el expolio a los pueblos, la aniquilación de la naturaleza y la sobrexplotación de la clase trabajadora. En este sentido es cierto que tanto Trump como Biden o ahora Kamala representan lo mismo. La dictadura del capital continuará férrea por el camino emprendido desde que se consolidó este sistema como hegemónico. Por ello, la consigna de que el nuevo presidente de EEUU recortará los derechos civiles, acabará con los “valores democráticos”, etc. no es más que la expresión interesada de una facción capitalista que con estas elecciones americanas ha sufrido una derrota importante. En este sentido, no habrá cambio sustancial.

Efectivamente, la caída tendencial de la tasa de ganancia, que amenaza con derrumbar el capitalismo agónico que vivimos, ha tenido la virtud de recrudecer una guerra fratricida entre intereses oligárquicos que el sistema no puede conjurar. El sector globalista, basado en las nuevas tecnologías, frente a los nacionalismos económicos, extractivistas, que intentan salvaguardar determinados intereses de  sectores productivos, tremendamente castigados en las últimas décadas.

Esto se verá reflejado en cambios políticos internos e internacionales que afectarán a la defensa y  protección de un dólar que no ha cesado de recibir reveses, de modificaciones en la concepción del mercado internacional, arancelario, desglobalizando el comercio, tal y como se concibió en un pasado reciente, mediante el control de la reserva federal y por consiguiente de los bancos centrales y de la política monetaria y las entidades financieras, de la política bélica, del papel de la OTAN y sus socios, cuyos esfuerzos y reparto de responsabilidad y muertos pueden cambiar de escenario.

Todo ello, afectará de forma distinta a la clase trabajadora del mundo, agravando regionalmente la situación de unos y aliviando temporalmente la de otros, pero clarificando que solo mediante la lucha internacionalista y solidaria de los pueblos y su clase trabajadora está la salvación, no ya de la propia clase, sino de la humanidad.

Redacción.

Prácticamente el mismo día, el periódico local de La Opinión de Murcia, publicaba dos noticias con un nexo en común: el presidente regional Fernando López Miras y sobre qué deben priorizarse los presupuestos públicos.

Más conocido por sus pronunciamientos sobre Cataluña, ETA y “el sanchismo” que por las problemáticas que afectan a la Región de Murcia desde hace más de 20 años que sufrimos los gobiernos del PP en “La Región”, el presidente afirmaba que hay que “aprobar una Ley de Financiación de Defensa”, para garantizar el gasto en armamento para la guerra.

Mientras tanto, la otra noticia reflejaba que “el Servicio Murciano de Salud dejará sin ofertar 46 plazas de atención primaria a las que se comprometió” en el EMAP 2023-2026 (Estrategia de Mejora de la Atención Primaria”) y que de las 123 plazas que se comprometió a incrementar en el programa, aún siguen vacantes 61 de ellas.

El Gobierno Regional del Partido Popular insiste en dinamitar la sanidad pública, mientras berrea que es prioritario fabricar más misiles y garantizar el gasto para la guerra. Parece que la sumisión a la OTAN y la mayor partida de la historia en armamento realizada por los últimos Presupuestos Generales del Estado, no ha sido suficiente muestra.

Esta política guerrerista de López Miras y liquidadora de la sanidad pública, ya está haciendo mella en una plantilla de trabajadoras/es, que este año ha sufrido intensas sobrecargas de trabajo debido a la no realización de contratos para sustituir las bajas, lo que ha dejado a cientos de trabajadores con un abismal exceso de cómputo de horas trabajadas, como en el Servicio de Farmacia del Hospital Virgen de la Arrixaca, donde algunos Técnicos Auxiliares de Farmacia acumulaban más de 200 horas de exceso (más de un mes de trabajo) en el mes de diciembre. Para el año que viene… más de lo mismo, puesto que el PP regional ha sido incapaz de aprobar los presupuestos, en su tira y afloja con sus socios fascistas de Vox.

Toca  balance del año en lo que respecta al gobierno de coalición y sí,  tras darle vuelta a lo que surge a bote pronto, ese es el resumen que mejor se adapta a este  año. Mucha propaganda  y mucho bombo para dar importancia y relevancia a muchas de las medidas y propuestas que no lo son tanto, al menos en sus consecuencias prácticas para la clase obrera y las capas populares.

A nivel legislativo se han aprobado cinco leyes, de un total de 37 propuestas, y las 32 restantes están varadas en prorroga tras prorroga ampliando plazos de enmiendas para “contentar a todos con encaje de bolillos” y tener apoyo suficiente en el Congreso. 

De las cinco aprobadas, la que más ruido levantó ha sido la de Amnistía. También la que quitó la careta fascista y la vena “españolaza” a más de uno y una, pero que a efectos prácticos tampoco ha logrado volver al campo político el enfrentamiento ocasionado con la represión y la aplicación del artículo 155 a Catalunya. Ahí están siempre al quite los rancios togados y la alta judicatura que fieles herederos del franquismo, no permiten que nada salga del guion del “atado y bien atado”. 

Las restantes son la del Poder Judicial para lavar un poco la cara a ese pilar del Estado que ya olía un poco mal y había que airearlo, tras lograr levantar a sus señorías de la poltrona y renovar su Consejo General que llevaba caducado más de 5 años. La de las enseñanzas artísticas superiores, la que crea una autoridad independiente para investigar accidentes ferroviarios y la de paridad. Esta última sí ha tenido consecuencias prácticas, pero negativas, al  modificar el art. 53 y 55 del Estatuto de los Trabajadores y suprimir la nulidad objetiva de aquellos trabajadores que sean despedidos sin causa justificada y hayan solicitado o estén disfrutando de una adaptación de jornada, al igual que ha eliminado los permisos por accidente o enfermedad grave y hospitalización de un familiar. Se achacó a “error técnico” y este error ha levantado menos ruido que el de la ley del sólo sí es sí de la anterior legislatura y, pese a la afectación general y en vigor desde finales de agosto pasado, ahí sigue tal cual. ¿Qué pasará con los despidos?

El anual mensaje de Navidad del Borbón, Felipe VI, estuvo marcado por una idea principal: la defensa del Estado. Esta idea es repetida anualmente, como es lógico, pero el presente año ha sido expuesta de forma mas clara y rotunda, señalando abiertamente los límites hasta donde se puede llegar dentro del Régimen del 78.

La gestión criminal de la Dana de Valencia obliga a ello. Reiteradamente desde el PCPE se ha analizado y expuesto que la gestión criminal de esta es un asunto de Estado. Los lemas que se quedan en el “Mazón Dimisión” tienen como único objetivo un nuevo Botànic, un gobierno del PSOE y satélites como, principalmente, Compromís. En esta opción converge la totalidad de la socialdemocracia, gran parte de los sindicatos llamados de clase y los autodenominados movimientos sociales. Los lemas que señalaban a Sánchez y Mazón únicamente, sin señalar al Estado y su clase dominante, han quedado dentro de los parámetros del fascismo. Los dos, socialdemócratas y fascistas, obvian el papel del Estado.

 El Borbón es consciente de la situación, más aún cuando han sido los voluntarios y volunarias quienes han caracterizado esta gestión como responsabilidad del Estado, siendo este su valor político y no el de quitar barro, que es a lo que lo quiere reducir la socialdemocracia. Esta caracterización por parte de las y los voluntarios, ese instinto de clase que ha marcado al Estado como responsable, es lo que ha provocado las reiteradas visitas del máximo representante del Estado, el Borbón, a las zonas afectadas y el colocar a dos militares para gestionar la reconstrucción, siendo una de sus funciones las relaciones con el Estado. Esto va de salvar el Estado.

La gestión de la Dana se une a los elevados niveles de pobreza y depauperación crecientes entre la clase obrera y los sectores populares. A esto debemos unir los recientes datos de noviembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que apuntan a que alrededor del 50 % de los españoles desconfían de las instituciones del Estado, al igual que de los partidos y sindicatos del sistema.

Esto ha motivado que el discurso del Borbón tenga un denominador común: el bien común, plasmado en el Estado y la Constitución de 1978. Destacar tres frases del discurso que sintetizan la postura ideológica del mensaje:

La OTAN quiere desviar el dinero de pensiones y seguridad social a armamento

El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Mark Rutte, quiere iniciar una economía de guerra. La suya y la de sus amos y ha soltado la perla siguiente:

"En promedio, los países europeos gastan fácilmente hasta una cuarta parte de su renta nacional en pensiones, salud y sistemas de seguridad social. Necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para fortalecer nuestras defensas y preservar nuestro modo de vida [...]. ¡Es una obligación!".

En realidad da igual cuándo leas esto. La OTAN es el más firme defensor del capitalismo, y como tal, en momentos de crisis hace inversiones para obtener rentabilidad a corto plazo.

Esa es la figura que trasluce en las declaraciones del actual Secretario General de la OTAN: Queremos guerra para mantener nuestro modo de vida y obviamente no se refiere al de la clase obrera europea, se refiere a la burguesía de esos mismos países, que sin invadir a otros es incapaz de mantener su tasa de ganancia.

Ha sido así desde su creación, primero amenazando a los países socialistas del este de Europa (por si alguien anda despistado, la OTAN se creó antes que el Pacto de Varsovia) y provocando una escalada militar sin límites.

Desaparecida la URSS y el Pacto de Varsovia, se suponía que la OTAN ya no tendría sentido, pero obviamente su finalidad nunca fue defensiva, su finalidad fue expoliadora, agresiva, de ataque y secuestro de todas aquellas materias primas que la burguesía atlantista necesitaba para sus negocios.

Bajo este pretexto van desapareciendo todos nuestros derechos conseguidos tras años de luchas y con la vida de muchos trabajadores y trabajadoras del mundo.

Y puestos aquí, habría que pensar: ¿Qué modo de vida tiene que defender la clase obrera? ¿Acaso vivimos mejor que los chinos? ¿Acaso vivimos mejor que los rusos?

Cuando hoy (referencia al 9 de diciembre) se dedica al menos un instante a conmemorar y dignificar a las víctimas del genocidio, a «pensar» en cómo prevenirlo, nos parece mejor invocar todas esas resistencias que lo enfrentan

Hay quien quiere que uno dedique un día del año a lo que lleva luchas de vidas enteras. Hay quien quiere lavar su conciencia con actos simbólicos y aislados que generen postales conmemorativas, fáciles de colgar en las historias de WhatsApp.

La palabra genocidio no alcanza para describir ciertas cosas, determinados traumas históricos y tremendos, de los que la mayoría de nosotros y nosotras provenimos.

Genocidio, según la academia de la lengua, es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad. Pero siempre ha tenido un poco más detrás de lo que dice, porque la raza y la etnia la inventaron, la religión y la política la manipulan y la nacionalidad la prostituyen.

Ya sabemos quiénes son, conocemos el olor de cómo miran y el espectro sordo que hacen sus aviones cuando se lanzan a romper la barrera del sonido y otras cuantas barreras más.

Ya sabemos cómo hablan, que hay palabras que repiten mucho y otras que jamás mencionan, que les encanta rifar culpas y responsabilidades, que cambian rápido de tema, que pueden hacerlo, tienen con qué.

Genocidio… ¿Qué se pensarán que entendemos nosotros por que nos maten gente? ¿Un crimen común que se borra con tres días de llanto, cuatro meses de dolor y cien velorios?

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