Una campaña electoral para fortalecer al Partido

Dicen en las tertulias radiofónicas que las Elecciones Generales del próximo 20 de diciembre son, posiblemente, las más animadas desde 1982, cuando con la victoria del PSOE parecía que iba a abrirse una nueva época en la política española.

 

Con esa frase, los contertulios hacen referencia a que no está nada claro, en estos momentos, cuál de los cuatro partidos que pugnan por las primeras posiciones de las encuestas será el que se lleve el gato al agua y tenga opciones de formar Gobierno. Tampoco está claro qué posibles pactos pueden salir adelante en caso de ninguno obtenga mayoría absoluta, algo que sí que parece seguro ahora mismo.

La campaña electoral, por mucho que diga la legislación, ya ha comenzado. Los discursos, las poses, las entrevistas y las declaraciones están pensadas y estudiadas ya en clave electoral. PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos comienzan la recta final de un año cargado de citas electorales, y se vislumbran unas semanas repletas de promesas, acusaciones, insinuaciones, ataques directos y desmentidos. Izquierda Unida, por su parte, buscará ahora espacios en común para no desaparecer del Parlamento tras el fracaso de su doloroso cortejo a Podemos, esperando que la marea sea benevolente con sus siglas y no las haga desaparecer definitivamente del panorama institucional.

El resto de fuerzas parlamentarias pelearán por salvaguardar sus posiciones, algunos quizás pensando en qué negociar con el Gobierno que llegue a casa por Navidad, quién sabe si con regalos o con malas noticias, según las aspiraciones de cada cual.

La política del espectáculo, que ya no es exclusiva de las campañas electorales, va a impedir debates serios sobre el fondo de lo que cada uno de los Partidos que concurrimos a las elecciones proponemos. La prensa del capital se centrará en dar voz a los “bendecidos” por las encuestas tras una presencia arrolladora en sus mismas televisiones, periódicos y radios y, quizás, dedique algunas líneas a otras candidaturas por aquello de dar un barniz democrático y plural al proceso electoral.

Nuestra campaña.

Los y las militantes del PCPE, una vez se superen las trabas burocráticas que el Gobierno de Zapatero impuso al modificar la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), obligando a recoger avales a las candidaturas que no obtuvieron representación en las anteriores Elecciones Generales, vamos a tener que pelear muy duro para conseguir que los planteamientos esenciales del programa del Partido sean difundidos y lleguen al mayor número posible de personas.

La campaña electoral de un Partido como el nuestro tiene que estar enfocada a romper el cerco mediático que nos imponen los Partidos y los medios del capital, que se excusan en las encuestas cocinadas para negar la posibilidad de intervención equitativa a las distintas opciones políticas en juego. Desde luego, permitir al PCPE el mismo espacio que al PP sería un gesto muy loable de quienes se llenan la boca de “democracia”, pero luego actúan como si sólo una fracción de las candidaturas presentadas tuviese derecho a exponer sus posturas por todos los medios posibles.

Pero no podemos hacer una campaña electoral basándonos en la pataleta y en el intento de legitimación de un proceso electoral, en el que participamos precisamente porque nos abre la posibilidad de intervenir, de otra manera, ante las masas trabajadoras de nuestro país. Nuestro interés no es que nos hagan caso los representantes del capital y quienes quieren gestionar el capitalismo, sino los millones de trabajadores y trabajadoras que se encuentran huérfanos de una propuesta política, que atienda a sus intereses colectivos y que no haga pasar los intereses de ciertos sectores de la burguesía por los intereses de todos y todas.

Los materiales con los que contamos, de carácter muy agitativo y orientados al reparto masivo en los centros de trabajo y estudio, las calles y los barrios de todos los lugares donde están presentes el Partido y la Juventud Comunista, incluyen en esta ocasión un “llamamiento”, que el PCPE realiza a todos aquellos sectores sociales hacia los que se dirige la propuesta comunista, a quienes interpelamos directamente para pedirles su apoyo y su incorporación a nuestro proyecto.

Igualmente, para aquellos sectores que siempre exigen propuestas específicas para problemas concretos, contaremos con un programa más desarrollado en el que situaremos una serie de elementos irrenunciables, que vertebrarán la lucha de los y las comunistas frente al gobierno que se forme tras el 20 de diciembre, y frente a todos aquellos que se esfuerzan por embellecer el sistema capitalista ante los ojos de las víctimas de ese sistema.

El trabajo electoral de un Partido Comunista debe ser planificado, bien pensado y lo más efectivo posible. Cada militante debe esforzarse por hacer llegar nuestras posiciones a todos los ámbitos que sea posible, fomentar la discusión y el debate con quienes siguen defendiendo el capitalismo como el mejor de los sistemas posibles, mientras se sacrifican mes a mes para no perder su vivienda o para poder cubrir sus necesidades básicas.

¿Queremos discutir con los representantes del capital? Desde luego que sí, queremos generar contradicciones en su discurso, obligarlos a comprometerse ante los trabajadores y trabajadoras para que éstos comprueben, con sus propios ojos, lo poco fiables que son las posiciones políticas de los Partidos del capital, queremos mostrar que la posición de clase está muy viva, a pesar del silenciamiento, y debemos demostrar que, cuando planteamos nuestras propuestas, no lo hacemos en absoluto desde el idealismo, sino desde una experiencia material y una realidad que ellos niegan.

Debemos estar presentes en la calle.

Cada militante comunista, el trabajo de cada célula y de cada Comité, debe ser bien visible para todos aquellos a quienes no llegan nuestros comunicados ni nuestros perfiles en las redes sociales, a quienes no están implicados en ninguna lucha obrera o popular o no saben ni siquiera que existe este periódico. Esas personas, que ahora mismo no nos conocen, seguramente piensan a diario en los derechos que han perdido, en cómo el patrón está cada vez más envalentonado o en que deben empezar a ahorrar para que su hija recién nacida pueda acudir a la universidad algún día, o para tener una pensión digna dentro de veinte o treinta años.

A todos esos trabajadores y trabajadoras, a los que no conocemos y que no nos conocen a nosotros, es hacia quien debemos enfocar nuestra campaña política del mes de diciembre. El crecimiento electoral vale de poco si no va acompañado de un crecimiento organizativo, de una influencia cada vez mayor entre aquellos sectores que conforman el grueso de la población de este país, y que son quienes han sufrido la crisis capitalista y su gestión por los gobiernos burgueses.

Para todos ellos las cosas van a cambiar en muy poco si llegan al Gobierno los nuevos Partidos de refresco del sistema. Es nuestra responsabilidad hacer avanzar la conciencia de clase y revolucionaria aprovechando todos los espacios que aún tolera la dictadura burguesa, con el objetivo de ganar nuevos luchadores para la causa de la clase obrera en las empresas, en los institutos, en los barrios, allí donde realmente nos interesa estar presentes.

A.G.

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