El ciclo de la crisis estructural iniciado hace más de una década, ha entrado ya en una fase de profunda crisis de poder en el que se hace evidente la incapacidad para gestionarla dentro de unos mínimos parámetros de justicia social y democracia. Más precariedad y menos pensiones, junto a una progresiva liquidación/privatización de los servicios sociales vaticinan un futuro de represión y violencia sistémica contra quienes levantemos la voz.

Los viejos partidos del sistema y los nuevos son incapaces de ponerse de acuerdo para hacer lo que el capital les exige, y nos llevan de elección en elección sin saber qué hacer

Es la hora de construir un poder diferente. El poder de la clase obrera y el pueblo, constituido como el centro de todas las decisiones públicas. Basta ya del poder de una exigua minoría que todo lo tiene; es el momento de quienes todo lo producimos

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