Días 18 y 19 de mayo, Palacio de Vistalegre. Comienza el festival. Como cada año y con mis mejores galas (fachaleco, pantalones chinos y zapatillas casual) me planto en la entrada. Siempre el acceso es libre. Bueno, liberal. Por si acaso, yo con mi pulsera rojo y gualda (100 % algodón, 100 % español) entro y salgo las veces que haga menester. Los españoles tenemos ese derecho, los inmigrantes solo a salir.

Jorge Buxadé en la puerta da la bienvenida a la asistencia, regalando abrazos varoniles. Esos que se dan con golpecito en la espalda. Sin confusión de género. Dulces regionales y vinitos con D.O. España nos reciben.

Europa Viva 24 contó con conferencias, discursos, encuentros, zona comercial y gastronómica, y actividades lúdicas para pequeños (neofascistas) y mayores (gerontofachas).

Antes de las actuaciones exploramos cual Alfonso de Ojeda el recinto. Pantallas gigantes recreaban el gol de Zarra, el de Iniesta, el de Marcelino. Mercadillos con “souvenirs” de toda la vida: la bailaora, el torito, el delantal flamenco, el abanico rojigualda, el llavero del R. Madrid, se mezclaba con lo más actual: un Funco-Pop del Caudillo, un frasquito de “sol español”, el niño Jesús con el brazo levantado o la cajita de música de la que sale Ortega Lara bailando la musiquilla del cara al sol.

Avanzamos hacia la caseta antiocupación, la del punto azul, lugar seguro contra la violencia feminista, la confederación de peñas taurinas repartiendo muletazos a los asistentes y la caseta informativa de caza grande y libre. Todo en su sitio, en Orden, repartiendo publicidad de los patrocinadores: folletos de Desokupa Express y Demolition, FundaHOM, HazteOir (HO), reparto de toallitas “Manos Limpias”, rosarios del Yunke y orejas y rabos a granel.

Sección restauración. La gastronomía... autóctona y auténtica, sin mariconeos. Los clásicos azulejos de “hoy es un gran día, seguro que alguien llega y lo jode”, el de “hoy no se fía, mañana sí” o el ya clásico "Rojo que vuela, a la cazuela" y como novedad este año los de “si eres vegano comeme todo el …” o el de “si la quieres Halal pídela en Rabat”.

La caseta de Casa Pepe al fondo a la derecha como no podía ser de otra forma. Casa Eladio pugnando por escorarse aun más o el “Rincón de Bertín” que sin complejos lo vemos en el centro. Tortilla española, chorizos rojos, ensaladilla imperial, crokETA muerta, pan-tomate con jamón ibérico, muerte por garrote, perdiz al horno regado con Soberano que es cosa de hombres y muchas más exquisiteces que podemos leer en la cartilla de racionamiento que espera sobre las mesas de los locales.

Y lo mejor está por empezar… las actuaciones. Este año, gran cartel.

Néstor Rodríguez Lobaina, ejemplo de la represión castrista que como se pudo ver, ni es libre para opinar ni para moverse por el mundo, los concejales de VOX Francisco González y Esther López, ejemplos de patriotismo estoico y honesto y muestra que se puede tener cargo público en VOX sin ser imputado; el portugués André Ventura, otro elegido al que “Dios encomendó la difícil pero honorable misión de transformar Portugal”, José Antonio Kast del Partido Republicano de Chile, con su innovadora propuesta de rebajar impuestos a grandes empresas y la posibilidad de arrestar a personas en lugares que no sean cárceles, el ex primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, gran defensor de la Iglesia y azote del movimiento LGTBI; el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel y combate contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, “un faro de claridad moral.” según nuestro amado líder y nunca suficientemente ponderado Abascal ; y la diputada de la Asamblea Nacional de Francia y candidata a la presidencia de la República, Marine Le Pen, de los “Le Pen” de toda la vida.

Por si fuera poco y de forma telemática, Viktor Orbán, el gran emulador de Goebbels y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ejemplo de que se puede ser mujer y no caer en el feminismo loco. Pero la estrella, sin duda, cabeza de cartel 2024, Javier Milei, que ofreció un espectáculo antológico. Motosierra en mano azuzó al sanchismo y a la zurdería como nadie, paseó a sus “hijos de cuatro patas, Conan, Murray, Milton, a Robert y a Lucas” y entre pastilla y pastilla coreó aquello de "Viva la libertad, carajo"

¿Para cuándo Trump, Ayuso, B. Netanyahu o R. Vaquero? El año que viene más, quizá...

Nos fuimos como vinimos, al grito de “Que bote, que bote, comunista el que no nos vote…” "Puigdemont a prisión, Sánchez maricón” y otras consignas que expresan la profundidad de nuestro planteamiento político.

Crispín de Sotogrande

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