Los y las que vivimos aquí tenemos bastante claro que Canarias juega dentro de la Unión Europea principalmente el rol de ser el balneario de toda Europa. Que ese rol, se ha hipertrofiado hasta convertir el turismo en el monocultivo económico de las islas, es otra verdad como un templo. Que las leyes actuales, los incentivos económicos y fiscales, van en la misma dirección, para que el turismo sea el centro de todo en nuestra vida, también.
Las consecuencias de esto son evidentes. Hace unos años existían dos realidades en Canarias. La realidad más turística, geográficamente localizada en el sur insular. Y la realidad de los residentes geográficamente localizada en el norte insular. Todo eso está ahora mezclado. El turismo ha pulverizado todos los records de viajeros y de gasto, generando en los residentes serias molestias:
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Crecimiento acusado del precio de la vivienda y del alquiler.
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Aumento del número de viviendas de tipo vacacional.
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Alza de precios de la cesta de la compra.
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Masificación de espacios de ocio de los residentes.
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Saturación en servicios.
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Colapso de las carreteras.
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Aumentos en el consumo de agua y energía.
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Polo de atracción de trabajadores y trabajadoras de otras regiones del mundo que vienen a trabajar en el sector turístico.
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Se ha desplazado el foco de las prioridades de los residentes a los turistas con mayores aportaciones de dinero en proyectos de promoción turística frente a cubrir con ese dinero las necesidades de la población residente.
Esto último lo vemos en la falta de mantenimiento de las instalaciones de generación de energía que nos avocan a una mayor probabilidad de ceros energéticos (apagones de toda la vida), por poner solo un ejemplo.
La burguesía en Canarias ligada al sector turístico hace su agosto durante todo el año a costa de la sobreexplotación de la clase trabajadora que desempeña en este ámbito. Camareras de piso que se automedican para poder rendir y terminar sus turnos. Personal de hostelería con lesiones musculares por los ritmos de trabajo frenéticos.
El deteriorio del territorio por la masificación, y la ocupación de espacios naturales es otro elemento de gran preocupación para este pueblo.
La Union Europea no nos permite jugar otro papel. Todo lo que pueda hacerse fuera del sector turístico tendrá a duras penas algo de viabilidad o será contado como la excepción de la regla.
El nivel de records del sector convive con los cientos de miles de pobres en Canarias con cerca del 40% de los niños y niñas en Canarias bajo el umbral de la pobreza.
Y no hay dinero para políticas sociales que pueda resolver esto. Porque se trata de un modelo que se comporta bajo unos criterios que no respetan la vida de las personas. Un modelo, el capitalista, que tiene en la Union Europea una aliada fundamental.
A esto, y por si fuera poco, se suma el papel que reserva para Canarias la OTAN. El papel de autentico portaviones en el atlántico para apoyarse en él cuando deciden atacar otros pueblos cercanos principalmente en Africa. Esto convierte a Canarias en una autentica amenaza para muchos países, aumentando la tensión en la zona (Marruecos, Argelia, Sahara Occidental, Mali, etc) y poniendo así en peligro a la población de las islas.
El 20 de Abril de 2024 más de cien mil canarios y canarias salieron a la calle en las 8 islas para decir alto y claro que Canarias tiene un límite. Que Canarias no puede más. ¿Prenderá esa chispa?
Solo la salida de la OTAN y un estatuto de Neutralidad para nuestra tierra nos da un futuro de esperanza. Romper con la Unión Europea es la única forma de quitarnos de encima esta camisa de fuerza. Vamonos pa´fuera!.
Javi Delgado