La migración está íntimamente ligada a la historia de la humanidad y a la búsqueda de alimentos y territorios donde sobrevivir o, simplemente, mejorar las condiciones de vida. Las razones demográficas, económicas y ambientales han sido los motores que han movido en masa a las personas de unas zonas hacia otras.

Es complicado fechar con exactitud las primeras migraciones, pero parece claro que la humanidad moderna emigró de África hace más de 60 000 años.

Los flujos migratorios, lejos de detenerse o atemperarse, se exacerban y multiplican. Los problemas territoriales aumentan, la alimentación o el agua escasean más que antaño y la naturaleza, cansada de ser esclava, se revela contra su opresor desplazando a millones de personas de su territorio. El futuro climático y ambiental que nos espera, sin duda, incrementará aún más los desplazamientos en búsqueda de mejores “tiempos”.

El capitalismo, en una minúscula fracción del tiempo que ocupa en la historia de la humanidad, ha desarrollado las condiciones para que una, cada vez, más minoritaria parte de aquella utilice a su beneficio a una cada vez mayor fracción de las personas que habitamos el planeta.

El expolio o saqueo de los recursos, las guerras imperialistas que el capitalismo central desarrolla contra los pueblos; el deterioro medioambiental, fruto de la sobreexplotación de la naturaleza, constituyen una huida hacia adelante de un capitalismo en fase terminal que quema todos sus cartuchos para sobrevivir y, en ese proceso, degrada cada vez más la condición humana, obligando a grandes masas de trabajadoras y trabajadoras a un órdago vital en busca de una esperanza que, como la tierra quemada, va dejando atrás.

En 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales, según datos de la Organización Internacional para la Migración (OIM) . El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, que actualmente es la única iniciativa que documenta las muertes de migrantes en todo el mundo, ha registrado las muertes y desapariciones de más de 59200 personas desde que se inició la recopilación de datos en 2014.

Estamos en guerra. No, no es que sea Palestina o Ucrania, o lo que está por venir; estamos en guerra desde siempre. La humanidad casi siempre ha estado en guerra, el Capital la financia y la fomenta; pero desde que desapareció la URSS, que parecía la responsable de una guerra mundial nuclear que acabaría con el planeta, no ha dejado de haber guerras.

Todas las guerras han sido de rapiña, pero hay una guerra continua que es la manifestación más evidente de la lucha de clases. Es la guerra que nos hace el Capital a diario y que cualquiera diría que estamos perdiendo, que la clase obrera está sumida en una pesadilla y no se sabe cuándo va a despertar.

La guerra nunca es abierta: es una guerra sucia, sutil, fría, a veces con sangre, otras no; pero siempre con una represión implacable. Julian Assange, en la cárcel por airear lo que todos y todas sabemos; Valtònyc, exiliado; Pablo Hasél en la cárcel; Pablo González en una cárcel polaca sin ninguna garantía jurídica y sin juicio. Pero hay más, esa guerra sucia también nos lleva a la ley mordaza y a las multas que sólo afectan a los y las pobres.

En el derecho penal se estudiaba que las multas son una condena injusta, que las sanciones pecuniarias administrativas tenían que adaptarse a la capacidad económica del infractor. Pero en España seguimos manteniendo las multas, la pena de muerte civil para los pobres. Si te manifiestas y no les gusta lo que dices, te pueden caer hasta 30.000 euros de multa por una infracción grave y hasta 600.000 por una muy grave. ¿Y cuáles son las muy graves? Pues "las manifestaciones o reuniones no comunicadas o prohibidas en instalaciones en las que se presenten servicios básicos para la comunidad; fabricación, almacenamiento, venta o utilización de armas reglamentarias, cartuchos o pirotecnia; o la celebración de espectáculos públicos previamente prohibidos o suspendidos".

Y tal y cómo se configura todo el sistema jurídico, hecho por y para la clase dominante, y a la vista de los últimos acontecimientos, cualquier acto puede considerarse terrorismo.

En el 38 Aniversario de aquel 12 de marzo de 1986 en el que se celebró el Referéndum sobre la pertenencia de España a la OTAN, se hace más necesario que nunca recuperar la memoria colectiva de aquella lucha frontal del conjunto de pueblos y naciones del Estado español contra las bases militares yanquis y la pertenencia a la organización militar del Imperialismo.  Un combate con las cartas marcadas, lleno de mentiras y amenazas contra la voluntad mayoritaria del pueblo trabajador a favor de la neutralidad, en el que la socialdemocracia del PSOE actuó como ariete del Imperialismo y del sector oligárquico de la burguesía que trabajaba por integrarse plenamente en las estructuras más avanzadas del capitalismo internacional.

Igual que el perjuro Coronel Segismundo Casado, entregando Madrid al fascismo en marzo 1939, en el mismo mes de 1986, fue Felipe González el peón del Capital que levantó la miserable bandera de la traición y las amenazas.

Un Referéndum amañado y perverso con preguntas manipuladas y que el tiempo ha demostrado que se hizo con la clara voluntad de no cumplirse en ninguno de sus términos.

Se mantienen las bases yanquis, hay armamento nuclear en sus instalaciones y España pertenece y participa plenamente en la estructura de la OTAN, como también se ha dejado de reivindicar la soberanía territorial de Gibraltar y el consecuente desmantelamiento de la base militar que alberga en todo su territorio.

El Estado en su conjunto, con la monarquía y la totalidad de los partidos que avalan nuestra pertenencia a esta organización criminal, son responsables de unos engaños que no podemos olvidar, y el PCPE afronta la responsabilidad política de denunciarlo.

Para enfrentar la guerra imperialista que azota a la Humanidad, hoy más que nunca, es necesario recuperar toda la experiencia de lucha y confrontación obrera y popular que, no solo arrancó el Referéndum al Gobierno del PSOE, sino que logró 6.872.421 votos de dignidad y la victoria en Canarias, Euskadi, Navarra y Catalunya.

El 13 de enero acabamos de conmemorar el 40 aniversario de la fundación del PCPE. Unos ejes de principios ideológicos y políticos estaban gestando aquel día de 1984 el Partido Comunista que la clase obrera necesitaba para la toma del Poder.

Entre los pilares del régimen monárquico-burgués del estado español se encuentra la OTAN, brazo armado del imperialismo para operar, como organización militar, en la agresión contra los pueblos que osan cuestionar el capitalismo y/o promover proyectos de independencia y soberanía. El emplazamiento de bases militares en distintos lugares del planeta, facilita la ejecución de sus agresiones; su instalación representa, ya de por sí, una amenaza real. Su delictiva actuación, marca el devenir de la Historia desde el funesto 4 de abril de 1949, es decir, ¡75 AÑOS DE DELINCUENCIA TERRORISTA ORGANIZADA! para evitar que los pueblos eligiesen la vía socialista como solución a sus problemas. Ha valido todo, incluso la acción de comandos terroristas de “los ejércitos secretos de la OTAN” que operaron bajo patrocinio y financiación de la CIA que recibió el nombre de “Red Gladio”

La posición estratégica de la Península Ibérica sitúa al estado español en un punto geográfico de referencia de confrontación militar. 1974 fue un año peligroso para el imperialismo en esta zona. La Revolución de Abril en Portugal, y, en España, la agonía del “criminalísimo”, auguraban una situación problemática. El archipiélago de las Canarias, que votaría mayoritariamente contra la entrada en la OTAN en el referéndum celebrado el 12 de marzo de 1986, formaba parte también de la importancia estratégica.

Llegamos al 8 de marzo de 2024, jornada en que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en un contexto en que las condiciones de vida de la clase trabajadora empeoran día a día y las mujeres trabajadoras ven cómo se agravan sus ya difíciles y precarias condiciones materiales de vida, golpeadas crisis tras crisis y guerra tras guerra.

Las multitudinarias manifestaciones unitarias de los últimos años han ido perdiendo fuerza como consecuencia de la fragmentación política general y del Movimiento Feminista en particular, y aunque el movimiento sigue teniendo mucha fuerza, la ola reaccionaria, con los medios de propaganda a la cabeza, cuestionan la desigualdad de género, incluso desde posiciones autodenominadas revolucionarias, surge el cuestionamiento y consideran que esta lucha no merece la misma atención que otras. Como si las luchas contra todas las opresiones no formaran parte de la lucha general contra el capitalismo.

El lema que adoptamos este 8M viene con una intención muy clara: reivindicarnos como comunistas y feministas en un momento del movimiento comunista en el que hay discursos que rechazan el feminismo por considerar que divide a la clase obrera. Lo que verdaderamente divide a la clase obrera es olvidarnos de la doble opresión de la mujer trabajadora, de todas las opresiones que atraviesan esta sociedad, de la brecha salarial, del trabajo reproductivo no remunerado, de la violencia machista, de la precariedad del trabajo de cuidados, de pensiones que no alcanzan,etc... Es una traición a nuestra clase borrar la fecha que consiguió declarar, precisamente, un movimiento de mujeres comunistas.

Manifestación por la sanidad pública en Santiago de Compostela

Este pasado domingo 18 de febrero se celebraron los comicios a la Xunta de Galicia, en los cuales salió vencedor, como de costumbre, el Partido Popular, que recibió 700 491 votos, es decir, el 47.36 %. Alfonso Rueda apenas desmejora los resultados de su predecesor, Alberto Núñez Feijóo, que en 2020 había alcanzado el 47.96 %. Frente a este Partido Popular ayudado por las monjas del Asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que se mantiene con 40 escaños, de los 38 necesarios para la mayoría absoluta, se sitúa el Bloque Nacionalista Galego, que ha sido un motivo de resaca para la pequeña burguesía galega debido a sus altas espectativas de llegar a gobernar como principal fuerza. Eso sí, los de Pontón consiguieron los mejores resultados electorales de su historia gracias, seguramente, a su capacidad para arrastrar una buena parte del voto obrero y popular que veía una esperanza en el cambio de Gobierno. Si tenemos en cuenta que la Confederación de Empresarios de Galicia considera amigable la mayoría de sus propuestas, es posible que estemos ante la nueva alternativa del capital en Galiza cuando su clase obrera y sus sectores populares decidan organizarse para dejar de aguantar los abusos de la extrema derecha.

De hecho, no es casualidad que el PSOE no levante cabeza desde el bipartito. El proyecto de la socialdemocracia española convence cada vez menos y la pequeña burguesía galega se ha ido decantando cada vez más hacia el BNG. El PSOE ha sacado, esta vez, 9 tristes escaños (5 menos que en 2020) y tan solo el 14.04 % de los votos. No obstante, el mejor ejemplo de intrascendencia lo encarnan Sumar Galicia y Podemos‑Alianza Verde, que ni siquiera fueron capaces de acordar una sigla unitaria para concurrir juntos a los comicios. Esta decadencia es un ejemplo más de una dinámica del reformismo que desde el PCPE llevamos tiempo analizando: el progresivo acercamiento de sus partidos (PCE-IU-Podemos-Unidas Podemos-Sumar) hacia el PSOE con el objetivo de destruir toda la capacidad organizativa de la clase obrera que pudiere acercarla a la toma del poder.

 

El pasado 10 de febrero se realizó en Vallecas, Madrid, el 2º Encuentro de la Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases (CECOB) – Crisis de Occidente y Nuevo Orden Multipolar, convocado ante la necesidad de actualizar el análisis de la coyuntura política, debido a los profundos y acelerados cambios que se están dando en el marco de la lucha de clases internacional.

Esta convocatoria abierta, se realizaba con el objetivo de cohesionar el análisis colectivo de las organizaciones vinculadas a la CECOB, así como de aquellas que aún no lo están pero comparten sus planteamientos.

Se trabajaron tres ponencias,publicadas con anterioridad, relativas a los Principales acontecimientos recientes en el panorama geoestratégico, su Incidencia en los marcos de lucha antiimperialista y las contratendencias que despliega el capitalismo y por último, La crisis de la izquierda y las propuestas alternativas.

En una jornada de debate participativa, se hicieron aportaciones a las ponencias, que fueron recogidas y serán publicadas más adelante.

Aprovechando el encuentro, se hizo valoración de las campañas llevadas a cabo en los últimos meses. Como la campaña “Voces contra la guerra de la OTAN”, con decenas de vídeos publicados, enviados por compañeros y compañeras de todo el estado, no solo de organizaciones de carácter antiimperialista, sino también sindicales, políticas, etc, que se posicionan abiertamente contra la guerra que la OTAN realiza en Ucrania y las consecuencias nefastas que suponen para el pueblo trabajador.

8 de marzo, nuestro primer pensamiento es para el pueblo Palestino, objeto de un genocidio. En este día internacional de las mujeres por su emancipación traemos aquí a las mujeres palestinas que históricamente han celebrado este día y unido en él la lucha por la igualdad con la lucha por los derechos de su pueblo y contra la ocupación sionista.

Les reconocemos desde el PCPE su referencia y su valor históricos en estos momentos que la agresión sionista se ceba en ellas, con múltiples formas de violencia y su eliminación física, la de sus hijas e hijos dentro del plan de exterminio y limpieza étnica que se está ejecutando por el ente sionista.

Este 8M de 2024 seguimos con la desmovilización a pesar de que las condiciones de vida de la clase trabajadora empeoran día a día. Las trabajadoras vemos cómo se agravan las ya difíciles y precarias condiciones materiales de vida, golpeadas crisis tras crisis y guerra tras guerra. Al conflicto bélico de la OTAN en Ucrania se ha unido ahora el de Palestina, lo que ha encarecido el coste de la vida.

Las multitudinarias manifestaciones unitarias de hace poco se han diluido entre la fragmentación y la ola reaccionaria que cuestiona la necesidad de la lucha de las mujeres, acompañado de unos medios de propaganda sistémicos que hacen de este día una fecha intrascendente, folclórica e interclasista.

Nosotras como feministas de clase reivindicamos la asamblea, la calle y la manifestación como espacio de lucha y organización para ahondar en la concienciación sobre la desigualdad estructural que sufrimos las mujeres como clase y como género.

ANDRÉS PIQUERAS 

Profesor titular de Sociología y Antropología Social en la Universidad Jaume I de Castellón.

Quiero agradecer mucho la invitación del PCPE para estar aquí. Un Partido con el que me identifico, y un Partido con el que llevo muchos años trabajando. A muchos de vosotros ya os puedo llamar amigos y amigas desde hace bastante tiempo, y eso creo que es un motivo muy importante para compartir con vosotros aquí, más allá de lo que yo pueda aportar en lo concreto.

Mi modesta aportación viene del trabajo de ya casi veinte años estudiando la crisis del capital. En el trabajo colectivo en el Observatorio Internacional de la Crisis, en el que he tenido la suerte de participar, llegamos a la conclusión de que el sistema está en su fase degenerativa profunda, en una crisis que cada vez más difícilmente puede ser revertida. Y esta crisis degenerativa le lleva, le está llevando ya, a su fase bélica total. 

Como se ha dicho estamos en una guerra total, una guerra total que está planificada para varias décadas, y que es una guerra total contra el mundo emergente, en la que se recurre a batallas diferentes. Unas batallas son en el plano del estallido militar directo, pero otras son de asedio, de acoso económico, de destrucción social, etc. Porque esta guerra no solamente tiene una vertiente militar, tiene también una vertiente social, una guerra social contra los pueblos, una guerra social contra las sociedades, en la que la destrucción de las condiciones laborales y sociales es cada vez más evidente y cada vez más agresiva.

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