El engranaje capitalista, per se, necesita de forma acuciante, y más si cabe, en su actual estado de decrepitud, de ingredientes propios de su propia ralea, ingredientes que, contradictoriamente, no se generen en sus más tradicionales “mercados”.

Existe poco, o nada de humano en la maquinaria capitalista. Por lo tanto, el capital precisa “cruzar el charco”, saltar a otros escenarios, adentrándose, sin llamar a la puerta, en la lógica del pensamiento humano, en su actual dialéctica.

Éste ya no se conforma, con explotar, cada vez con más violencia y “sofisticados” métodos de alienación de masas, a la clase trabajadora. Los habituales contextos de sometimiento, traspasan las cadenas de producción, y se dotan de nuevos elementos, que engrasan la vieja máquina.

Ese miedo perverso, a perder el rumbo, a que los vientos no soplen a favor de sus inagotables ansias de someter a la clase trabajadora mundial a sus dictámenes de asfixia, conlleva, a que hace ya, no poco tiempo, observamos como se gesta esta especie de laboratorio de alquimia capitalista; el cual nutre, a todos aquellos organismos, que secundan sin pestañear, sus execrables metas (OTAN, F.M.I, U.E), y también a sus tentáculos o fases, que abraza, cada vez, con más fiereza, siendo estos primos hermanos, el imperialismo y el fascismo.

El capitalismo, en sí, no es un pollo sin cabeza, mal que nos pese, no es un ente carente de conocimiento. Aunque el contenido y desarrollo de éste resulte perverso en todas sus formas, no carece de él. Se encarniza, haciendo perder fuelle a las contradicciones que se suceden en la contienda de la lucha de clases. Es por eso, que parece ser que precisa de una receta que contribuya a dicho objetivo, el cual persigue atendiendo a un infame procedimiento:

 

Hace 45 años se institucionaliza la continuidad del franquismo y la oligarquía en el llamado “Régimen del 78”, el cual siempre hace referencia a la Constitución en el proceso mitificado de la Transición española. Se institucionalizan los pactos de la vergüenza, el olvido y el desmantelamiento de las luchas obreras y populares.

El continuismo institucional franquista bajo la monarquía, con adornos democráticos, sumando la claudicación y traición de los sectores eurocomunistas (PCE, con las políticas de “reconciliación nacional”) y la socialdemocracia (PSOE, con el apoyo y financiación de la socialdemocracia alemana, la CIA y EE. UU.), significó la pérdida y el abandono por parte de la “izquierda pactista” de los valores y la lucha por el restablecimiento de la legalidad de la República, que fue derrocada por un golpe de Estado fascista. El 6 de diciembre de 1978 se institucionaliza la victoria de la burguesía sobre la clase obrera, proceso iniciado en los Pactos de la Moncloa (1977), que supusieron un freno y el desmantelamiento de las luchas obreras que se estaban produciendo, entrando en un período de pactos “sociales” con las burguesías dominantes.

La Transición, con su Ley de Amnistía, finaliza liberando a los responsables de los crímenes del franquismo de sus responsabilidades. Las instituciones franquistas (policías, militares, jueces, etc.) se reconvierten bajo el paraguas de la monarquía borbónica, pasando de ser criminales a ser “democráticas”.

La burbuja que se está formando con dinero público a cargo de las deudas soberanas, explotará más pronto que tarde de forma generalizada.

¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.

Así es cómo el ciego supo que Lázaro de Tormes engullía más uvas que él.

Con los Fondos de Recuperación Next Generation de la Unión Europea debe estar pasado algo similar. Hay quienes se han llevado dinero a espuertas (y aún se llevan), mientras que otros callan. Solo se puede entender desde la lógica del beneficio mayor de aquellos que en silencio también se han enriquecido.

Cuando estamos en pleno periodo de ejecución de estos fondos, parece que la actualidad también silencia todo lo relativo a este asunto como si fuera algo del pasado. Es una cuestión que ya no forma parte del momento. Las noticias sobre otras cuestiones (amnistía, inicio de legislatura, “conflicto” palestino-israelí), acaparan el prime time.

A pesar de que el Gobierno, en la página web del PRTR, informa de la marcha de los fondos con determinados informes, no se aportan datos claros sobre el grado de ejecución, sectores económicos de destino y tipo de empresa beneficiada, según ha denunciado FUNCAS (Fundación de Cajas de Ahorros). Esto ocurre cuando las consecuencias del dispendio todavía no hemos comenzado a sentirlas. Aún vivimos bajo los efectos anestésicos de la lluvia de millones.

Sin embargo, es importante recordar que parte de estos Fondos son a devolver y que, a partir de 2024, la Unión Europea reactivará el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Toca política de austeridad y contención del gasto público orientado a reducir una deuda pública que amenaza con hacer saltar en pedazos la economía.

Volviendo a la falta de crítica sobre lo esencial de estos Fondos, es cierto que el Partido Popular, con el comienzo del reparto económico de las partidas, criticó e, incluso, falseó información sobre su gestión. Voceros del partido como Díaz Ayuso o Rafael Hernando llegaron a difundir que la UE iba a congelar los fondos por el oscurantismo de la gestión. También se dudó sobre su destino. Todo ello, más como un elemento para desestabilizar al gobierno que para oponerse al recibo de los fondos en sí.

Este 25 de noviembre llega marcado por el aumento de las agresiones contra las mujeres, dentro del incremento del clima de violencia general que desata el capitalismo, que no encuentra otro modo de superación de su crisis estructural que no sean guerras y conflictos, Palestina es hoy el escenario central de esta nueva ofensiva del imperialismo internacional, con el sionismo a la cabeza, ejecutando un genocidio televisado sin que nadie lo impida. Manifestamos desde aquí nuestra solidaridad internacionalista con las mujeres palestinas y su lucha contra la ocupación, siempre a la vanguardia de su pueblo.

La situación actual donde la violencia contra las mujeres continúa y es continua, cotidiana, tanto que se normaliza, en ocasiones se oculta y últimamente se niega, se le suma el agravamiento de las condiciones materiales de vida, situando a las trabajadoras en una extrema vulnerabilidad que se vuelve brutal cuando esas mujeres sufren violencia de género.

La situación es tremendamente grave, en 2021, unas 45.000 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas u otros familiares en todo el mundo, lo que equivale al 56% de los homicidios de mujeres, solo el 11% de los homicidios de hombres se producen en la esfera privada. Se calcula que, en el mundo, 736 millones de mujeres –casi una de cada tres– al menos una vez en su vida han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual fuera de la pareja, o de ambas, (el 30% de las mujeres de 15 años o más). De las adolescentes que han mantenido una relación, el 24% ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja. Los datos demuestran que la violencia generalizada contra las mujeres a nivel global es estructural, es parte intrínseca del modelo capitalista y por lo tanto acabar con ella, acabar con el patriarcado, debe estar unido inexorablemente a la lucha contra el capitalismo.

En el Estado Español han pasado 20 años desde que se empezaron a contabilizar las muertes por violencia de género, 1.236 mujeres asesinadas desde 2003, con un alarmante aumento de victimas este año, 51 hasta hoy, según fuentes oficiales y 92 feminicidios y asesinatos de mujeres según feminicidio.net. Ya no son portada, aunque la violencia no cesa, después de muchos años de leyes, pactos, declaraciones, concentraciones silenciosas y manifestaciones ruidosas, vemos como las políticas no son de prevención y concienciación, sino se dirigen a las consecuencias, al asistencialismo a las víctimas, siempre insuficiente y abanderando el más cárcel para todos.

Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento es una civilización decadente.
Una civilización que escoge cerrar los ojos ante sus problemas más cruciales es una civilización herida.
Una civilización que le hace trampas a sus principios es una civilización moribunda
(Aimé Cesaire, Discurso sobre el colonialismo)

Así hablaba Cesaire sobre la civilización Occidental en los años cincuenta. Aparentemente, el triunfo sobre el nazismo y el fascismo había liberado a Europa de los regímenes que inundaron de horror el mundo, sin embargo, visto desde los pueblos colonizados, los fascismos y la guerra apenas habían desenmascarado el verdadero rostro de la civilización Occidental.

Cesaire supo ver que, expansión colonial y civilización occidental van de la mano; que el nazismo pudo prosperar y expandirse por la connivencia de esa civilización que veía en él un fenómeno pasajero y no la barbarie suprema que hacía tiempo se aplicaba a los pueblos no europeos. Decía que Europa antes de ser víctima del nazismo había sido cómplice, que había apoyado al nazismo antes de padecerlo, que lo había legitimado porque se aplicaba fuera de sus fronteras.

Podemos acercar esta reflexión a lo que ocurre en estos momentos en Oriente Próximo y explicar las raíces profundas de la complicidad europea en el genocidio de los palestinos.

El conflicto colonial sionista en Palestina tuvo su origen en Europa, y ni siquiera podemos decir que se inició con la autoproclamación del Estado sionista israelí en 1948, todo empezó mucho antes. El colonialismo fue, y es, la condición necesaria del capitalismo; y fueron las potencias europeas las que al tiempo que ponían en práctica el expansionismo saqueador y el exterminio de las poblaciones de los territorios colonizados, necesitaron desarrollar una ideología que, ante sus propias poblaciones, justificara el genocidio y la barbarie.

  

1.- La operación “Diluvio del Al Aqsa”, iniciada por la Resistencia Palestina el 7 de octubre ha mostrado, una vez más, la profunda unidad de la lucha de clases a nivel mundial, destacando en el ámbito antiimperialista. Los mismos estados que apoyan el régimen colonial y genocida sionista son los que han condenado la contraofensiva antifascista de la Federación Rusa en Ucrania y los que arman hasta los dientes a los banderistas nazis del títere Zelensky. Son los mismos que imponen las sanciones y el bloqueo contra Cuba, Venezuela, Rusia, Irán, China, Corea... Son los mismo que destruyeron en base a mentiras Afganistán, Irak, Siria, Libia, Yugoslavia, Sudán, Somalia, Panamá, Grenada, Vietnam, Camboya, Laos, Corea, Indonesia... Es el Occidente Imperialista, dirigido por su fracción hegemónica, el imperialismo anglo-yanki-sionista.

2.- El proyecto colonial sionista, genocida y racista desde su fundación, ha quedado herido de muerte gracias a la contraofensiva de los combatientes de la Resistencia Palestina. La estrategia del Sionismo es realizar una nueva Nakba, la “Endlösung”, la “Solución Final” del “problema palestino”, deportando a los habitantes de Gaza al Sinaí egipcio, y haciendo lo mismo con los palestinos de Cisjordania y Jerusalem, deportándolos hacia Jordania. Es una operación y una lógica genocida apoyada de hecho e hipócritamente por todo el Imperialismo.

3.- El choque frontal de estas dos estrategias antagónicas, por un lado la voluntad de la Resistencia Palestina (y de todo el Eje de la Resistencia) de liberarse total y plenamente del colonialismo sionista, y por otro, el plan imperialista de mantener a toda costa un estado colonial genocida en pleno corazón de la Nación Árabe, avanza hacia una escalada progresiva que, para nada es descartable, acabe cristalizando en una confrontación de mayores dimensiones, que implique directamente a los países del denominado Frente Multipolar contra el Imperialismo anglo-yanki-sionista y sus lacayos europeos, al acumularse todas las explosivas contradicciones geopolíticas que se han ido desarrollando desde el colapso, implosión y destrucción de la URSS, en 1991.

 


 

El pasado martes 31 de octubre, Leonor Borbón juró la Constitución en su 18.º cumpleaños. En su discurso se dirigió a «los españoles» pidiéndoles su confianza y apelando a la democracia. Resulta muy curioso que la heredera de la monarquía impuesta por Francisco Franco en 1969 siga pidiendo confianza después de haber demostrado con creces el carácter delictivo de una institución que, además de estar absolutamente implicada en la organización del golpe de estado del 23F, no ha parado de robar. Los constantes escándalos y corruptelas que han ido protagonizando Juan Carlos Borbón, Sofía Glücksburg, Cristina Borbón, Froilán Marichalar y Felipe Borbón son un suma y sigue constante que exigen una permanente campaña de blanqueamiento por parte de un Estado que sigue considerando la monarquñia como una pieza fundamental para la continuidad del poder burgués.

Pese a ello, y por si en algún momento fuera necesario aliviar las contradicciones que genera la crisis general del sistema y que, ya en este momento, hunden en la pobreza a un 26 % de las familias, también queda abierta la puerta de una república burguesa al más puro estilo gatopardista que defiende con ahínco todo el espectro político del oportunismo, encabezado por el PCE.

No obstante, la prioridad, de momento, es mantener viva la institución. Para eso, es necesario que la monarquía empiece a comulgar con los valores de la moderna burguesía: supuestos ecologismo y feminismo, que, sin ningún componente de clase y con la intención de canalizar las luchas verdaderas por la igualdad y la supervivencia de la especie hacia intereses opuestos, son hoy una bandera que enarbola la monarquía. De ahí que Letizia Ortiz tenga un papel tan protagónico a la hora de representar la monarquía y, por eso también, que la mayoría de los sectores monárquicos quiera que el trono lo herede Leonor Borbón.

 

Me levanto por la mañana. Ducha, café rápido y al hospital. De camino, en la radio hablan del acuerdo entre cúpulas sindicales y la patronal. Aunque el coste de la vida ha subido un 6 %, han firmado una subida de salario solo del 4 %. Perdemos salario. A cambio, las mutuas privadas controlarán parte de las bajas que no son laborales. Privatización sanitaria.

Llegando, largas colas en la puerta del aparcamiento de personal. Quienes llegan una hora antes de empezar el turno han ocupado ya las escasas plazas asignadas para el personal trabajador en el parking cubierto que gestiona una empresa privada. El resto de los cientos de plazas es de pago, así que espero en la cola mientras veo llegar a las compañeras en la línea 78, que se apresuran a entrar a trabajar. Hoy es día de suerte y no se ha retrasado el bus, por lo que van más tranquilas. Mañana será otra historia, el señor alcalde decidió que el 78 ya no pasa los fines de semana y tendrán que madrugar casi una hora más para coger dos buses. Ballesta pone unas flores muy bonitas en el centro de Murcia, pero puede presumir de uno de los peores transportes públicos urbanos de España y la clase trabajadora de pedanías lo sabemos. No digamos ya quienes vienen desde Caravaca, Cehegín, Bullas...

Al aparcar voy caminando por la ciudad sanitaria hacia la sección sindical. A la izquierda, el Policlínico, atestado ya desde primera hora con colas larguísimas para las consultas de especialidades médicas. La situación pone a la gente nerviosa, agresiva, y a menudo grita a las celadoras o a las enfermeras. Las trabajadoras, siendo viernes, están agotadas. Se siguen abriendo más listas de pacientes, con el mismo personal. El teléfono no para de sonar, pero no hay tiempo y muchas llamadas no se pueden atender... Más café y a seguir con el ritmo fabril...

JAMAL HALAWA, palestino, nace en Kuwait, sus padres son obligados a marcharse por la fuerza de Palestina en 1948.

UyL: Siempre que hablamos de la Palestina ocupada, de los crímenes del sionismo, nos remontamos a la historia más contemporánea para entender la coyuntura política actual. ¿Cuándo aparece Israel en Palestina?

JAMAL HALAWA: En 1897 (entre el 29 al 31 de agosto), en Basilea (Suiza), se celebró el I Congreso del Movimiento Sionista con un objetivo primordial: la creación de un estado nacional para todos los judíos del mundo. Después de varios años de estudio y vacilación sobre el lugar idóneo para establecer dicho estado, los pesos pesados de la organización, en coordinación con el centro del capitalismo colonial de entonces (Reino Unido y Francia), decidieron que dicho lugar debería ser Palestina (territorio que formaba parte del imperio otomano).

Un estado ficticio y artificial creado en base a mitologías y leyendas talmúdicas llenas de controversias, pero que en realidad, y hoy en día lo sabe hasta el más inculto en política internacional, es un estado colonial en toda regla y con toda una sociedad militarizada al servicio de los intereses económicos y geoestratégicos del centro del capitalismo; un estado intruso y extraño en el área geográfica donde fue implantado por la fuerza. Es un estado-herramienta para partir al mundo árabe y musulmán en dos, impidiendo cualquier avance y progreso en sus distintos ámbitos, y entre otros servicios, tendría que: salvaguardar a los regímenes totalitarios, corruptos árabes cuyas fronteras fueron creadas por las potencias coloniales antes de abandonar físicamente el espacio geográfico árabe, en aras de garantizar el sistemático expolio de los gigantescos recursos naturales del inmenso mundo árabe y subordinar sus mercados, monopolizándolos y repartiéndoselos entre las antiguas y nuevas potencias coloniales e imposibilitar cualquier desarrollo industrial, tecnológico y económico en sus respectivos países.

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